Se dejó ver el cineasta Oliver Laxe (París, 1982) en el espacio de TVE La revuelta el pasado lunes por Sirat. Dos metros de altura. Larga melena y barba. A su lado estaba sentado Domingo Corral, el hombre que hasta hace unos meses decidía las películas y series de Movistar Plus+, aquel por quien Almodóvar, Penélope Cruz y Amenábar firmaron una carta de apoyo tras su despido. Laxe, cuyo apellido saltó al mainstream hace 6 años con la película nominada a cuatro Goyas Lo que arde, reivindicó a Domingo Corral en la última edición del festival de cine de Cannes. Laxe hubiera paralizado Cannes en protesta contra el genocidio de Israel contra Palestina.
Allí presentó Sirat, un largometraje que Oliver Laxe Coro rodó en plena crisis (se acababa de divorciar) y que arranca con una rave –una fiesta multitudinaria– en el desierto de Marruecos. El protagonista de Sirat es un señor corriente de 50 años, al que interpreta Sergi López (El laberinto del fauno). Le acompaña su hijo menor (Bruno Núñez) y busca a su hija mayor. Van de rave en rave con una Tercera Guerra Mundial de la que son ajenos sus personajes, unos raveros franceses y mutilados. Sirat compartió el premio del jurado de Cannes con la película alemana Sound of Falling. Dividió al público. Unos la amaron y otros la odiaron. Un clásico en Cannes. Allí, en 2010, Laxe estrenó su debut, el documental Todos vosotros sois capitanes.
Travesía por el desierto
Laxe sabe de lo que habla, pues él también vivió una rave en el desierto de Marruecos. Tres años vivió en un palmeral. El cineasta compara el desierto con la vida. O sea, no hay mal que por bien no venga. Cree en el aprendizaje del dolor. "El desierto te da quitando. La vida te da cuando te quita", resume Laxe en el pódcast Carne Cruda. Escribió el guion junto al argentino Santiago Fillol, colaborador habitual (Lo que arde, Mimosas).
El camino de Oliver Laxe: de Pontevedra a Barcelona
Define Oliver Laxe Sirat como una obra realista, no nihilista. Le inspiran Francisco de Asís ("La gracia está en los excluidos") y al poeta musulmán persa Rumi ("Los corazones rotos son los más bonitos porque dejan pasar la luz por sus fisuras"). 12 años vivió Laxe en Marruecos, donde fundó una escuela. Contó a la periodista Mara Torres que el mar le aterra y le atrae. Y aún así, hizo submarinismo. No recuerda si vio el mar por primera vez en Normandía, al norte de Francia, o en Foz (Lugo). El cineasta rodó Lo que arde en el Valle de Ancares, cerca de Lugo, de Navia de Suarna y Cervantes. Sus padres trabajaban en una portería en Francia. Allí, de niño, aprendió a dibujar. Su primer recuerdo es el boceto de un as de copas. Le llegó la adolescencia y se esfumó la creatividad.
Vive en una aldea gallega
Laxe estudió Marketing en Pontevedra. Se mudó a Barcelona para estudiar Cine. Allí se reencontró con la creatividad. Vive ahora en la parroquia (aldea) Vilela (La Coruña). Una de sus abuelas nació allí. Allí rodó Lo que arde. Muchos maestros ha tenido Laxe: sus abuelos, el cineasta estadounidense David Lynch, el cineasta ruso Andréi Tarkovski... "Creo en los santos. Hay una cantidad fija de santos. Muere uno, nace otro. Me he encontrado a alguno vivo. Santos y santas comparten que están en la sombra, en el anonimato. Hay que hacer elogio de lo invisible. Estamos en la fiebre de que hay que ser alguien, tenemos muchas cosas que decir, hay que diferenciarse...", contó a Mara Torres en El Faro (La Ser). En Carne Cruda reconoció su ambición y ego: "Soy narcisista".
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