De Curro Romero a Roca Rey, de Rafael de Paula a Tomás Rufo. Zabala de la Serna y Pepe Aymá han retratado literaria y fotográficamente a los mejores del mundo del toro, a todo lo que fue y lo que es, y lo han hecho sacándoles las tripas a las figuras, mostrando cada pliegue, cada rasguño, todas sus caras.

El toreo al completo se ve en Ya nadie dice la verdad (Editorial El Paseillo), un libro que reúne las entrevistas y retratos que ambos han realizado durante las últimas décadas para el diario El Mundo y en las que todos son llamativamente sinceros. El último periodista taurino y el gran retratista dibujan, como dice en el prólogo el poeta Antonio Lucas, «el mapa de una autenticidad: toreros hablando de lo suyo más allá de las palabras».

Portada de ‘Nadie dice la verdad’, El Paseillo.

P.- Es muy llamativo como todos hablan abiertamente de depresiones, de malos momentos, algunos lloran durante la entrevista…

Z- Siempre con respeto, hay un acto psicológico de ir conduciendo a los personajes hasta donde los quieres llevar, a sitios donde no puedes entrar a bocajarro. Queríamos ofrecer una visión del mundo del toro abierta al gran espectador, no sólo del mundo del toro al mundo del toro, y para eso era necesario tener un prisma más amplio a la hora de plantear las entrevistas y no sólo preguntar por cosas taurinas. Estos son los últimos héroes del siglo XXI y queríamos ofrecer esa especie de radiografía amplia de ellos, yo a través de la escritura y Pepe con sus retratos que más que fotografías son scanners.

P.- «Corren tiempos de adoptar perros y abandonar padres», dice Camino al preguntarle por los animalistas

A- Así es. Y yo no he visto gente que respete más y esté más pendiente de estos animales. Sueñan con los toros. Es verdad que al final la consecución es la muerte pero es un respeto absoluto. Hablan con auténtica devoción de los animales.

Hablan del toro sin muerte, pero es mentir, lo no quieren es la muerte pública porque lo van a matar dentro de un puntillazo ,y eso para el toro bravo es indigno

Z.- Creo que la consecución no es la muerte, la muerte es la causa, todo este rito no tendría sentido si el toro muere de un puntillazo en el desolladero. Porque cuando han querido legislar contra los toros han apostado por los toros sin muerte, como cuando intentaron la ley balear, y eso es mentira. Lo que no quieren es la muerte pública porque lo van a matar dentro de un puntillazo y eso para el toro bravo es indigno.

La izquierda ha jugado a un ecologismo falso y urbanita. Les pasa como con lo de la España vaciada, siempre se les llena la boca con la España vaciada pero cada vez que legislan lo hacen contra ella. Les ha pasado también con la caza.

El torero Ándres Roca Rey fotografiado por José Aymá en el Cortijo El Esparragal.

No hay un espectáculo más ecologista que los toros. A los taurinos nos ha fallado el relato, se nos ha olvidado trasladar todo el backstage del espectáculo. Sólo hemos enseñado el toro en la plaza pero el toro fuera de la plaza tiene una trayectoria medioambiental, de fijar puestos de trabajo… No es lo que quieren ver del ganadero señorito andaluz, está el mayoral, el de los forrajes, el veterinario… Hay mucha gente detrás. Pero ellos sólo han visto el toro en la plaza y quieren vivir de espaldas a la muerte, quieren una sociedad aséptica en todo.

A- La muerte se transforma en un anacronismo. Como nos aterra la eliminamos, no la miramos, ahí está la clave.

Z- En el momento en que se dejan de velar los muertos en casa y se crean los tanatorios donde fijas una cristalera para ver al muerto… Bueno, pues el ecologismo mal entendido esto lo margina; el toro como animal ecológico y se centra en la muerte. Como la izquierda.

P.- En la entrevista a los Lozano, os dicen que a la izquierda hasta hace un cuarto de hora le gustaba los toros, ¿qué ha pasado en ese cuarto de hora?

Z.- Un alejamiento y un error garrafal de la izquierda que ha vendido parte de su historia por un puñado de votos. Han abandonado sus postulados taurinos. La izquierda siempre estuvo al lado del toreo sin ningún tipo de complejos y ahora desgraciadamente va por un camino que le pesará siempre en su conciencia.

No hay nada más democrático, más transversal que la gente que se reúne en una plaza de toros"

ZABALA DE LA SERNA

La primera gran equivocación es la lectura que se hace de que el toreo es de las élites; no hay nada más del pueblo que los toros. Sus raíces van ahí, te puedes ir a los juegos de la Grecia antigua. Han ideologizado la Fiesta y ésta no tiene ideología.

A raíz de este alejamiento sí que se ha producido un posicionamiento firme de la derecha y del PP y Vox que les ha llevado a ciertas gentes que no comulgan con esos partidos a decir que ha habido una apropiación identitaria, y no es cierto, lo que hay es un posicionamiento de defensa en tiempos en los que la izquierda no solo ha abandonado la Fiesta sino ese territorio abonado que tenía.

Curro Romero posa para José Aymá con motivo de una entrevista concedida a Antonio Lucas y Vicente Zabala de la Serna en Sevilla.

P.- ¿Veremos el fin de los toros?

Z.- Espero que no pero la solución es la aceptación de la libertad. Antes los moralistas estaban en la derecha y ahora esta gente que te dice cómo vivir, dónde tienes que ir y qué comer están en la izquierda. La cultura de la cancelación viene ahora de todo ese mundo que nos quiere prohibir no sólo ir a los toros sino comer chuletón, y que no haya matanza del cerdo y que todo sea chorizo creado en laboratorio.

P.- Dices que los antitaurinos han ganado la batalla de la educación.

Z.- Sí, han ganado la batalla de la pedagogía y la han ganado hace muchísimos años. Toda ley abolicionista siempre ha ido acompañada de una ley del menor, el pujolismo en los años 80 planteó ese recorrido, con el toro como excusa, porque al final siempre hay algo identitario con lo españolista como dicen ellos, yo digo lo español, y tiran a la base. Ellos saben que hacer desaparecer los toros de todas las televisiones en abierto les iba a venir muy bien, por ejemplo. Todos los de cierta generación hemos tenido acceso a través de TVE a retrasmisiones y quién no veía los toros con su abuelo en televisión. Y ahora hay un fundido en negro, eso ya no existe… y que si el horario infantil… Pero si están viendo a Jorge Javier diciendo barbaridades a las 6 de la tarde.

A mí me gusta mucho poner el foco en Francia porque la Fiesta está prohibida en el 80% del territorio pero ese 20% de la franja taurina es absolutamente transversal en ideología, desde un alcalde comunista a uno de derechas, también de centro. ¿Aquí quién puso la bomba lapa de la identificación de los toros con el franquismo? Es que, ¿de dónde viene todo esto? En la época de la Segunda República se inaugura la Monumental de Las Ventas y es una de las épocas más fértiles en cuanto a expansión del toreo. Y antes de eso hay una historia en los años 20, los 10… La apropiación del relato es terrorífica.

P.- También la apropiación por parte de la derecha de lo que es ser taurino, ¿no?

Z.- Bueno, genera mucho escándalo esto de que Morante haya comulgado con Vox pero aquí se ha comulgado y ha habido brindis muy distintos. José Tomás era amigo de Sabina, de Serrat… el toro es inclusivo no excluyente, si Morante quiere estar en las filas de Vox pues perfecto, igual que hubo toreros que eran comunistas. Tendremos que hacer una defensa de los toros desde todos los sitios, bienvenidos sean quien se sume a la causa. Todavía hay socialistas, como Page, que siguen siendo taurinos. En Castilla La Mancha tienen un canal temático de toros, pero claro Page está un poquito fuera de lo que es el PSOE ahora. El otro día me encontré con el alcalde de Arganda y me decía que en el PSOE también hay taurinos y no se les ve tanto y es verdad porque detrás de cada ley abolicionista ha estado el PSOE negándose.

Todas las leyes que se están intentando desarrollar bajo el prisma de Teresa Ribera son absolutamente radicales, es que ahora están mal las presas y el curso del río, es que es todo es una locura. Ribera es una fundamentalista y una radical y legisla con políticas urbanitas, con un desconocimiento brutal… Dentro de estos movimientos es tremendamente dañino el mascotismo, el error es humanizar a la mascota, la humanizas pero tienes un mastín en un piso de 60 metros cuadrados o un galgo, pues mira el galgo tiene que estar donde tiene que estar. El animal está para servir al hombre y siempre ha sido así.

P.- ¿Cómo ha afectado internet, las redes sociales… al mundo del toro?

Z- Lo de las redes sociales es una persecución contra el toreo. Para seguir mi cuenta en Twitter tienes que pasar por una advertencia de que vas a ver imágenes que pueden dañar tu sensibilidad. La cuenta oficial de El Mundo Toros nos la llegaron a cancelar porque teníamos una verónica de Morante de la Puebla. Imagínate al punto de ahogo y persecución al que hemos llegado.

Cada vez que hemos dado una portada dura ya salen enseguida, también con las cornadas… La Fiesta, más allá de lo artístico y de vestirlo de colorines, es la lucha de un hombre y una bestia. Si un día un torero cae herido, eso hay que mostrarlo

El 40% de las grandes fotos de la historia de la fotografía no se publicarían hoy. La niña corriendo con napalm estaría prohibida…

JOSÉ AYMA

A- Pero esta censura está ocurriendo en muchos ámbitos, en todos. No permiten enseñar la realidad de lo que está sucediendo. Con Ucrania, por ejemplo, hay un filtro con las imágenes porque parece que agreden a la sociedad pero quitarlas no quita que esté sucediendo. El 40% de las grandes fotos de la historia de la fotografía no se publicarían hoy. La niña corriendo con napalm estaría prohibida… y esto nos tiene que decir que no vamos por el buen camino. Nos interesa la ceguera, solo queremos lo agradable cuando la vida no es agradable.

P.- ¿Cuál fue tu entrevista más difícil? ¿La de El Cordobés por tu padre?

Z.- Sí, llevaba la losa de que mi padre había sido un anticordobesista furibundo, con unas campañas en contra de El Cordobés tremendas y lo que traía al toreo y bueno… iba acongojado.

El torero Manuel Benítez Pérez, conocido como El Cordobés, fotografiado por José Aymá.

Por eso y por la dimensión de El Cordobés más allá de lo taurino porque creo que a los taurinos de la época se les escapó la dimensión que cobró. Para mí, los 60 se explican por los Beatles, por Ali y por Benítez; y lo pongo a esa altura. Es un tío que de donde sale alcanza tres portadas de la revista Life, que los Kennedy le abrían la Casa Blanca. Es la hostia lo que representa. Sí es verdad que el franquismo hace un uso de su figura en la época del desarrollismo.

El Cordobés volvió a terminar la entrevista después de vender un terreno con el cinturón lleno de fajos de billetes"

ZABALA DE LA SERNA

Bueno, que llegué acojonado y me encontré con un personaje con el corazón abierto e hicimos el grueso de la entrevista sin ningún parón, le pregunté incluso por mi padre y me dijo algo muy bonito: «Él hizo lo que tenía que hacer y yo hice lo que tenía que hacer, creo que nos hubiéramos llevado muy bien».

Mira, cuando ya habíamos hecho casi toda la entrevista me dice que se tiene que ir a vender unos terrenos. Él era propietario de todo el perímetro industrial de Córdoba, entonces me quedo a esperarlo y vuelve de la venta y nada más verme se levanta la camisa y tenía todo lleno de billetes metidos en el pantalón, fajos metidos. Bueno, y nos pusimos a celebrar, que si botella por aquí… Perdí el tren. Todo tremendo, menos mal que lo gordo ya estaba hecho.

P.- ¿Y la tuya, Aymá?

A.- La mía la de Rafael de Paula, me resultó complicada porque tiene una mirada muy profunda, te entra dentro. Mucho más allá que los otros toreros. Es una auténtica experiencia, guardamos fotos suyas porque son muy buenas. Ese día nos llamó y nos dijo que le fuésemos a buscar, que le había fallado el chófer y bueno, fuimos en mi coche y yo llevo unas bayetas para limpiar las cámaras siempre en la parte de atrás. Pues él estaba hecho polvo, constipado, mocos por todos los lados y me dice: «¿No tendrás algo por ahí para limpiarme?». Y el tío ve la bayeta de piel y empieza a sonarse los mocos y luego se la quedó, me dijo: «Esto absorbe genial los mocos».

Z.- Paula es el complemento perfecto con Curro. Curro es la bondad, la satisfacción con lo que ha sido, el temple en su palabra y Paula es el tormento, una cabeza complicada, una corona de espinas, el sufrimiento de lo que sus rodillas no le dejaron ser, los sentimientos contra su padre..

Ureña también fue difícil, ¿no, Pepe? Le colocó un flashazo con el ojo de cristal y el tipo se moría de risa diciendo que menos mal que le había entrado la luz por el ojo malo. Yo le dije que en aquel retrato se veía la pena y él me respondió: «Cada arruga es un sufrimiento, la vida, etc» y ya cuando apago la grabadora me dice: «Oye, sobre esto que me has dicho de la pena, qué pena ni qué pollas, mi cara es esta».

P.- Son fotografías difíciles en las que se necesita que el personaje coopere. ¿Primero las fotos y luego las preguntas por si las moscas o al revés?

Z.- A veces el grueso de la entrevista es a posteriori y primero trabaja Pepe, otras casi a la par, él va haciendo y yo hablando. Es verdad que así se distorsiona un poco, así que procuramos que él lo haga antes. Al final no es fácil, la cámara antigua, el paraguas negro… no son las fotografías corrientes.

También depende del personaje; hay personajes que lo ponen más fácil que otros. Por ejemplo, la fotografía de la portada del libro, de Morante, no es mérito nuestro. Él tenía muy claro lo que quería hacer, la noche anterior hicimos la entrevista en su casa y era el año del centenario de Gallito y él ya tenía en la cabeza la escenificación. Cogió su sombrero, ese abrigo, una silla, el puro, la vela… y de repente llegamos a ese mausoleo impresionante en el cementerio de San Fernando, un día gris, lloviendo, que eso parecía más Londres que Sevilla y joder, nos la dejó botando… si fallábamos eso…

Tienes que medir muy bien, el enfoque y el desenfoque de la historia, y en ese encuadre tiene que estar la esencia y lo que hará que una foto perdure en el tiempo

JOSÉ AYMA

A- Sí pero desde el punto de vista del fotógrafo ese tipo de variables hay que saber manejarlas, es decir, esta cámara que utilizo tiene solo 12 fotos, sólo 12 oportunidades. Tienes que medir muy bien, el enfoque y el desenfoque de la historia, y en esa percepción y en ese encuadre tiene que estar la esencia y lo que hará que una foto perdure en el tiempo o no.

P.- ¿Alguno os ha puesto pegas? Pienso en el desnudo de Antonio Ferrera

Z- El desnudo de Ferrera lo propusimos nosotros y no fue difícil que aceptara, lo consintió enseguida. El enfoque fue más complicado porque queríamos normalizar el tema de la salud mental ya que en otro tipo de artes, en deportes… se ha normalizado mucho más.

En el toro, con todo lo que hay detrás, pues me parecía importante. Intentamos enfocarlo así y se nos escapaba todo el rato, por todos lados… pero en esas escapadas iba dejando girones de «cada uno es terapeuta de sí mismo pero…» y te dabas cuenta que había una realidad en la que no quería entrar.

A- Ninguno nos ha dicho que no, los toreros en general respetan el trabajo que estás haciendo y son conscientes de que se enfrentan a un examen de su persona a la hora de hacer el retrato, tienen esa especie de arrojo que sólo pueden tener ellos y se enfrentan a esos fantasmas cuando les preguntas y les fotografías.

P.- ¿Había antes más rivalidad entre toreros que ahora?

Z.- Siempre la hay, ahora más por detrás, ahora hay un escaparate de buenismo que antes no estaba, ya no existe un César Girón que llegue a decirle a Ordóñez "Voy a meterte los pelos pa’ dentro", pero sigue existiendo la rivalidad. La tarta del toreo es la que es y los puestos son lo que son, y las exigencias son las que marcan a las figuras del toreo.

R.- ¿Y rivalidad generacional? Paula es feroz con los toreros jóvenes.

Z.- Es verdad que la rivalidad generacional también ha existido a lo largo de toda la historia del toreo, lo de cualquier tiempo pasado fue mejor por parte de los aficionados y la prensa… La época de Belmonte y Joselito decían: "Ya no salen los toros del Guerra". Somos un sector muy cainita y muy autocrítico y muy cabrón entre nosotros mismos.

A- Estoy de acuerdo pero también he observado que hay un reconocimiento, casi de veneración, por lo que se hizo y respeto hacia los grandes maestros. Muchas veces cuando hablan de otro torero que en su momento fueron rivales hay un respeto absoluto porque cuando haces algo bien se percibe y no se puede borrar. Es un mundo con unos valores muy fuertes.