“Hola, Luis. He pensado que como estás de bajón, te gustaría escuchar una canción que sé que te encanta.” Esto es algo que todos los que en algún momento hemos pasado por la radio musical, hemos querido hacer. Ahora gracias a la IA, lo promete y lo está cumpliendo en algunos países Spotify.

Pero nosotros no podíamos. Porque hablábamos (entonces) a varios millones de seres humanos desde un solo estudio conectado vía satélite con decenas de centros emisores repartidos por toda España. Atrás quedan los tiempos en los que, por ejemplo, mi compañera en el podcast de esta casa Mar Barrera preguntaba desde el estudio con vistas al mar de Radio Cádiz “¿quién está escuchando Los 40 en la Playa de la Victoria?” y media playa levantaba las manos. Lejos.

La creatividad de programas como Gomaespuma y tantos otros, en los que las canciones ocupaban su espacio, pero no era el objetivo fundamental de la emisión, peligraba

¿Qué ha pasado en todo este tiempo? Todo el sector sabe que a principios de los años 2000 unos inteligentísimos consultores norteamericanos cobraron cantidades enormes de dinero por auditar a las cadenas musicales y decir que se hablase lo menos posible. La creatividad de programas como Gomaespuma y tantos otros, en los que las canciones ocupaban su espacio, pero no era el objetivo fundamental de la emisión, peligraba. Se tenía que ser generalista, molestar a pocos. En el camino se quedaron decenas de emisiones “de nicho”, dedicadas a públicos concretos. Hubiera sido un tesoro ahora en el reinado actual de la “segmentación”. Eso, y la automatización de la emisión gracias a los ordenadores, sacó del micrófono a centenares de seres muy sintientes de cualquier provincia que ponían todo su corazón cuando abrían el micro.

Era la época de las famosas frases “x minutos sin interrupciones”, “aquí te ponemos más música y menos palabra”, etc. Claro, al final llegaron las plataformas que sí ponían música sin más. Al DJ, que no le había matado el vídeo como decían Buggles, le había asesinado la propia estructura de la radio, por orden de los sabios que se llevaron un buen botín, dejando atrás algún cadáver radiofónico.

Aquel recorte de creatividad general en pos de hacer algo que (ay, consultores) luego harían las máquinas, como poner música casi sin hablar, convirtió en funcionarios a la mayoría de los sobrevivientes de la debacle. El DJ de radio, salvo honrosísimas excepciones, ya no es lo que era. Los menos conocidos de los que siguen en activo se agarran con celo excesivo a sus asientos tras décadas de robotización programática, y seguro que no ven con agrado que para correctas, ya están las máquinas.

La estocada la ha dado estos días la aparición de Radio GPT. Ni una sola voz humana. Juzguen ustedes mismos. De momento son solamente locuciones, pero indistinguibles de las reales, y sin dejar de repetir una y otra vez que cualquier cosa que un locutor convencional puede hacer, ellos lo hacen mejor. “Como humanos, pero mejores”, aseguran sin reparos. Si esas son las voces, que se preparen los que solamente son correctos y nada personales en su emisión.

Me duele pensar que determinados programadores se cargaran a los disc jockeys. Ahora me cuentan que la inteligencia artificial quiere recrearlos en las plataformas"

Sí, ex-oyentes, la primera “radio artificial” ya tiene un par de décadas. No es nueva. Se creó en los despachos y recibió el beneplácito de los financieros y accionistas. Ahora ya no hay respirador que devuelva a la vida o trate de captar personal entre una juventud que mayoritariamente quiere ser “influencer” o “top gamer”. No hay manera de recuperar lo que en otros países se conservó mucho mejor que aquí. Esa opinión la defiende con más pasión de la que puedo expresar el que fuera el más alto directivo que la radio musical ha tenido en España. Luis Merino dispara, a golpe de whatsapp encendido: “Me duele pensar que determinados programadores se cargaran a los disc jockeys. Ahora me cuentan que la inteligencia artificial quiere recrearlos en las plataformas. ¡Dios mío! ¿Por qué no les diste un poco de inteligencia a esos pseudo programadores, aunque fuese artificial? No, Luis, la IA no quiere recrearlos. Lo hace de forma prácticamente indistinguible para la mayor parte de los mortales. Y le queda “cerocoma” para que sea en español.

¿Qué piensan algunos de los DJs que destacan en la radio musical actual? Me faltó tiempo para escribir a mi muy querido Dani Moreno, “el Gallo”, que sigue en el que fuera en tiempos mi programa, “Anda ya”, el despertador de Los 40. “En la década de los 80 nos sorprendía a todos un personaje con inteligencia artificial que co-protagonizaba una serie para la cadena ABC. Se llamaba Max Headroom.”

Sigue Moreno: “Todos pensamos en aquel momento que algunos presentadores de televisión desaparecerían y serían sustituidos por la IA. Evidentemente, no sucedió. Ahora vuelve a surgir esa pregunta cuando aparece la tecnología suficiente para crear textos y programas que emulan cualquier voz para sustituir a los DJs de radio. Ya existe una emisora en EEUU con presentadores digitales, pero será curioso presenciar cómo evoluciona. En cualquier caso, no tendrán nunca algo que sí tenemos los humanos: que somos imperfectos. Y eso es muy difícil de emular. Yo diría que imposible.”

No sé si la gente escucha a los locutores de la radio por ser imperfectos. Quizá más por la compañía cómplice de la que habla otro de los puntales en los que se apoya la radio musical actual. Xavi Rodríguez conduce el programa despertador en la conocida cadena KISS FM. Él, que es un apasionado de la tecnología, considera que hay que separar el uso de la inteligencia artificial para, por ejemplo, recomendarte canciones en un servicio de streaming, de la emulación del trabajo que hacen los locutores de radio. “Escuchar música por streaming es un acto solitario, mientras que escuchar la radio es un acto comunitario, ya que te conectas con otros que están compartiendo ese momento. La IA puede ser útil para recomendarte canciones o para ayudarte a descubrir nuevas, pero tengo dudas sobre si los locutores sintéticos pueden suplir el trabajo que hacemos en la radio. La magia es sentir que formas parte de una comunidad y compartes un momento único con otros”.

En la misma línea se manifiesta Cristina Boscá, compañera de Dani en “Anda ya”. Afirma no no haber investigado mucho sobre la radio y la inteligencia artificial aplicada a locutores, pero le han hablado de ella y le da bastante miedo. Opina que “la radio es compañía y la magia de escucharla en directo es saber que hay otra persona al mismo tiempo que está compartiendo ese momento contigo. La radio es alma, incluso cuando se trata de música.” Sin embargo, tras escuchar unos segundos de RadioGPT, se quedó en shock.

La radio debería asimilar la IA como una tecnología más del desarrollo de su negocio, igual que el software de emisión, las librerías musicales o la gestión digital de las cuñas publicitarias"

No he conseguido declaraciones de los directivos actuales de la radio musical, pero sí de estudiosos de la talla de Luis Miguel Pedrero, Profesor e investigador en la Facultad de Comunicación y Artes de la Universidad Nebrija y uno de los mayores especialistas en este medio que tenemos en nuestro país. Desde su newsletter en AudioGen, lo ve de un modo más “glocal”: “La radio debería asimilar la IA como una tecnología más del desarrollo de su negocio, igual que el software de emisión, las librerías musicales o la gestión digital de las cuñas publicitarias. Quienes experimenten con ella brindarán al oyente nuevas experiencias en un entorno donde cada vez hay más propuestas de audio digital y es más necesario que se diferencien entre sí. La proximidad local siempre fue un atributo explotado por la radio que la centralización de las emisiones para rebajar costes ha diluido en los últimos años: en España, las cadenas comerciales apenas conceden 2 horas al día a las emisiones territoriales. Y aquí la IA, guiada por profesionales humanos, se puede convertir en un necesario aliado para la radio.”

Efectivamente, el mundo financiero y la crisis de la publicidad “de la tienda de la esquina” se llevaron por delante a centenares de proyectos de radio local que ya en los últimos tiempos eran dirigidos y locutados por una sola persona. La locución artificial, tal y como se anuncia, podrá hablar del socavón en la rotonda cercana a tu casa, pero ¿realmente hará compañía?

También de “alma” habla Gorka Zumeta, Profesor de Comunicación en ESIC Business & Marketing School y de Radio en el Máster de RNE, cuando afirma que “Hay quien cree que con la IA mejorará la cuenta de resultados, pero en realidad lo que se juega la radio en esta historia es el alma”. Gorka señala que la automatización de la emisión de radio ya se ha visto en el pasado, y que la IA permitirá la creación de locutores y actores virtuales con voces sintéticas. “Aunque la tecnología avanza rápidamente, el oyente tendrá la última palabra y decidirá si prefiere la radio automatizada o la radio más artesanal y personalizada”. Advierte también sobre los posibles riesgos de la síntesis de voz y el clonado de la voz humana, y plantea la posibilidad de que los locutores y actores virtuales reemplacen a los humanos en la radio y el cine. “El actor Bruce Willis, retirado desde el pasado mes de marzo, ha vendido sus derechos de imagen a Deepcake, compañía que crea rostros virtuales mediante IA. Bruce Willis seguirá apareciendo en películas pese a su retirada el pasado mes de marzo a causa de la afasia que padece. ¿Qué nuevos escenarios se abren, incluida la radio? ¿Escucharemos un programa dirigido por el ‘nuevo’ Carlos Herrera, o el ‘nuevo’ Luis del Olmo o el ‘nuevo Iñaki Gabilondo’? Técnicamente, ya es posible.”

El que fuera uno de los directivos de la radio más relacionados con la última tecnología, Chema Lastra, desde su puesto actual como Director de Media en la empresa Cristaliza, empieza por analizar al DJ personal de Spotify: “es una combinación de tecnologías muy innovadoras: Tecnología Open AI, Voz dinámica de IA, más la inteligencia de personalización de Spotify. Es un intento de la plataforma de streaming de música de competir con las radios, con el objetivo de dar un servicio más personalizado y humano. Mi opinión es que no puede competir con un DJ real, pero significa un paso más en la conquista de la audiencia del audio musical. La radio tendrá que buscar formatos que no sean puramente "playlists". En este momento todas las marcas están lejos de encontrar ese modelo, el DJ necesita retomar el liderazgo y la prescripción.”

Y la pregunta puede ser ¿le dejarán? ¿Será capaz, tras tantos años de creatividad reprimida? En lo referente a Radio GPT, su análisis es que se trata de un “experimento realizado por una empresa de la industria radiofónica para aprovechar el potencial que a priori tiene la Inteligencia Artificial. Debemos entenderlo sólo como eso: un experimento”. Ve interesante cómo la tecnología IA crea contenido muy local gestionando fuentes de noticias, básicamente desde las redes sociales. Después de eso, construye contenido en forma de frases, y las traduce en voz. “Esto último no es algo novedoso, en muchas industrias y sectores se vienen utilizando ya voces sintéticas. Entiendo que una radio así no tiene la personalidad que se espera de un comunicador, pero sí que nos muestra algo interesante: la radio puede aprovechar la tecnología IA para encontrar contenidos adecuados, pero la personalización, adecuación, elección final y locución ha de pasar por una persona real.” De momento, amigo Chema, de momento.

No es casual que nos pille todo esto en pleno “boom” del audio, y que cada día haya centenares de nuevos podcasts. Si ya era barato hasta la explotación la contratación de voces y talento para el audio, esto es la puntilla. El abuso hacia el profesional de la locución tiene su paradigma en lo que está ocurriendo con algunas de las voces que usan sistemas de “text to speech”: una IA se descarga y “aprende” a hablar accediendo a decenas de audiolibros grabados por voces muy humanas en jornadas maratonianas. Nadie ha pagado ni pedido permiso a las voces reales, pero ya es tarde. Las inflexiones de la voz será complicado regularlas por Ley, aunque nada es imposible. Seguramente porque será también una IA la que será capaz de detectar y perseguir esos delitos.

No son buenos tiempos para los locutores. La conclusión que podemos sacar de todo lo visto, es que más vale que sean todo lo “humanos” y personales que puedan. Porque de momento, y solo de momento, la inteligencia que maneja las locuciones automáticas es eso, artificial.