La nueva temporada del Teatro Real será un homenaje a Shakespeare, cuya figura vertebrará el curso del coliseo. Otello, la penúltima ópera de Giuseppe Verdi (1813-1901) cuya dirección recae en David Alden, inaugura hoy la temporada con funciones hasta el 6 de octubre.

Otello, basada en la tragedia de William Shakespeare (1564-1616), es una adaptación de Arrigo Boito (1842-1918) que relata la historia de un hombre de armas, general de la República de Venecia, manipulado por celos e inseguridades hasta convertirse en asesino de su esposa Desdémona.

El Otelo de Shakespeare rompió en su momento por representar a un norteafricano con grandes virtudes militares y sociales, pero que se perdía por los celos, una baja pasión nacida del miedo y la irracionalidad. El libreto de Boito reduce la importancia del racismo y pone el acento en los celos.

El propio David Alden, responsable de la puesta en escena, no eludió el controvertido debate en torno a la representación bajo parámetros raciales: “En Shakespeare, Otello es un hombre negro en el centro de una sociedad blanca y poderosa. Sin embargo, Verdi y Boito deciden recortar la obra original y apartar en buena medida el conflicto racial directo. En nuestra época, seguimos representando esta ópera con cantantes blancos en el papel de Otello, algo que en otras disciplinas estaría terminantemente prohibido. Nos preguntamos hasta cuándo será posible este doble rasero. Probablemente, la fuerza musical e interpretativa de la ópera permite que el mundo no pueda prescindir de ella, a pesar de estas contradicciones”.

Alden, cuyo montaje ya se pudo ver en 2016, va más allá en su análisis sobre la importancia del color y la tensión racial: “En la ópera quedan muy pocos textos que hablen explícitamente de la raza de Otello. Así que la cuestión es: ¿realmente estaban Verdi y Boito tan interesados en recalcar este aspecto? El verdadero enigma está en cómo se leía esto en la época isabelina y en la sociedad de Shakespeare, si la obra era percibida como racista, compasiva o como qué”.

La ópera de Boito en una cápsula del tiempo con muestras del patriarcado en estado puro que con una mirada contemporánea muestra una masculinidad tóxica que culmina en un feminicidio, en violencia de género. 

El director musical Nicola Luisotti enfatiza que la obra refleja un problema social vigente: “No debemos pensar que es de otros tiempos, sino un asunto que nos atañe ahora. En los periódicos vemos cada día una mujer asesinada, para nada”. Señala que la violencia de género en la ópera, lejos de ser una cuestión sólo literaria, es un reflejo de los crímenes actuales y que Otello es “un monstruo que tenemos dentro de nosotros”, representando esa pulsión destructiva del ser humano. Añade que "el feminicidio" es el eje que ancla la obra a la actualidad y que no debe verse únicamente como un argumento histórico, sino como un problema contemporáneo que interpela al público: “Es un tema que nos incumbe”.

Eso sí, señala Luisotti "lo que cambia aquí es que tenemos una música maravillosa haciendo todo esto”. Según el director musical con Otello Verdi cambia la música la música italiniana y la adentra en el siglo XX: “Desde el principio, la orquestación con instrumentos nunca antes usados, la ausencia de arias convencionales y la fuerza dramática marcan el adiós a ciertas fórmulas del siglo XIX”.   

El tenor Brian Jagde, que debuta en el papel titular, compartió el vértigo y la responsabilidad del papel: “Este papel es el sueño de cualquier tenor. La dificultad está en conseguir conjugar la fuerza del guerrero con la fragilidad de quien se siente indigno del amor que recibe. Yo, como intérprete blanco, nunca podré conocer realmente la experiencia del racismo, pero la inseguridad y la sensación de no estar a la altura sí es universal. Eso es lo que busco transmitir: el punto de quiebra emocional que lleva a Otello a la tragedia”.

Por su parte la soprano lituana Asmik Grigorian, encargada de dar vida a Desdémona, se mostró emocionada por el regreso a Madrid y abogó por centrar el foco en el drama y la música: “Me entristece que, con una de las obras más hermosas de la humanidad, sigamos debatiendo sobre si hay que pintar o no a los cantantes. Yo sé lo que es enfrentarse a la discriminación; fui una armenia en Lituania. Pero el verdadero reto es mirar de frente los problemas, no maquillarlos ni fingir que no existen. Debemos agradecer seguir interpretando Otello y preguntarnos cómo abordar la diversidad en el arte de verdad”.

El palco real se abre a las causas sociales

El Palco Real visto desde el escenario del Teatro Real. | Javier del Real

Coincidiendo con el arranque de la temporada los Reyes han decidido abrir el emblemático Palco Real del Teatro Real a la sociedad civil, permitiendo su uso por representantes de diversos colectivos sociales en aquellas funciones donde no se requiera para actos institucionales. Este espacio, de uso tradicionalmente reservado, será accesible gracias al trabajo conjunto entre el Teatro Real y la Casa de Su Majestad el Rey, haciendo realidad una aspiración que los monarcas tenían desde hace años. El próximo 21 de septiembre del Día Mundial de la Paz, se ha propuesto que sean Unicef, ACNUR, Unesco, Médicos sin Fronteras, Cruz Roja Española, Cáritas Española, Save the Children, Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, Manos Unidas y Paz y Desarrollo las organizaciones que seleccionen a las personas que ocuparán el Palco Real en las funciones de Otello.