El décimo Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) arranca este miércoles en Arequipa, Perú, envuelto en un inusual ambiente de crispación que parece contagiado de la polarización política nacional. La bellísima Ciudad Blanca, cuna de Mario Vargas Llosa, ya está preparada para recibir al rey Felipe VI, que inaugurará hoy oficialmente el encuentro a partir de las cinco de la tarde, hora española. Pero los preparativos de la cita se ha visto enturbiados por una tormenta institucional que ha desbordado el terreno académico. Las declaraciones del director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, sobre, o contra, el director de la Real Academia Española, Santiago Muñoz Machado, han enrarecido las vísperas del congreso, monopolizando la conversación cultural del mundo hispano.
La disputa se remonta al pasado jueves, cuando el poeta granadino describió al director de la RAE como "un catedrático de Derecho Administrativo experto en llevar negocios desde su despacho para empresas multimillonarias". La RAE replicó con una nota de "absoluta repulsa", calificando las palabras de "incomprensibles", "inoportunas" y "ofensivas" y defendiendo la labor de su director y su doble elección "democrática" al frente de la institución.
Los actos previos al Congreso no han hecho más que confirmar lo que todos ya anticipaban: que la tensión entre García Montero y Muñoz Machado, ambos presentes en la cita peruana como coorganizadores, iba a ser imposible de disimular. "Las diferencias, que son muchas, las hablaremos después, cuando acabe el congreso", señaló García Montero el lunes durante la presentación del congreso en la Municipalidad Provincial de Arequipa, ante una sala abarrotada, evidenciando que no tiene la menor intención de acercar posturas o disculparse por sus palabras de la semana pasada. Mientras, su homólogo de la RAE, Muñoz Machado, intentó cerrar filas: "He venido a celebrar un congreso, no a referirme a accidentes periféricos".
El 'linternazo' de Pombo
Pero el cruce de declaraciones no se detuvo ahí. García Montero volvió a mencionar la inminente sucesión al frente de la RAE –el segundo mandato de Muñoz Machado expira en 2026– y deslizó que el comunicado de la Academia, que calificó sus palabras de "agresión", tenía que ver con esa cuestión. El jurista respondió con un lacónico "ni idea", que no logró rebajar la tensión.
El domingo, el académico y último premio Cervantes, Álvaro Pombo, encendió aún más el ambiente desde las páginas del diario ABC. En un artículo titulado El imaginario cutre de un poeta de la experiencia blanda, el escritor cántabro arremetió sin contemplaciones contra García Montero: lo calificó de "poeta menor, agradablemente menor, pero faltón" y de "burócrata con vocación de burócrata", mientras reivindicaba el papel de Muñoz Machado, "que nos ha sacado de la ruina", en referencia a la RAE.
Pocas horas después de ser saludado cariñosamente por los reyes en la recepción del 12 de Octubre, Pombo proseguía por su cuenta y riesgo la defensa pública de su director ante los micrófonos de la Cope. En declaraciones a Jorge Bustos, se mostraba convencido de que su artículo ha debido de sentarle a Luis García Montero como "una patada en los cojones", antes de preguntarse: "¿Por qué agrede al director de la Academia en este momento?".
La diplomacia de Pérez-Reverte
Frente a la artillería de Pombo, Arturo Pérez-Reverte, también académico, ha optado este martes por la prudencia. "No me enteré de nada", declaraba desmarcándose de la disputa en la misma sede de la RAE, donde ha presentado un monumento a Alatriste, es decir, a sí mismo por personaje interpuesto, en Cartagena. Por una vez, el casi siempre belicoso escritor ha preferido no alimentar la polémica en vísperas del congreso. "Las guerras son malas", ha añadido, en una insólita apuesta por la paz entre las partes.
También este martes se ha sabido que la Generalitat de Cataluña ha concedido a Luis García Montero el Premio Blanquerna, un premio que llevaba dormido ocho años y que ahora el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, ha decidido resucitar. El galardón, que distingue el compromiso del poeta granadino "con todas las literaturas del Estado" y su labor al frente del Cervantes "como puente de diálogo entre las culturas españolas", llega con la firma política de Illa y una nómina de jurados en la que figuran Jordi Amat, Àngels Barceló, Enric Juliana o José María Lassalle. Un reconocimiento oportunamente concedido que supone un respaldo tácito a García Montero en uno de sus momentos más delicados al frente del Cervantes, y no ha habido pocos.
El diccionario como escudo
En medio del ruido, la RAE ha marcado territorio en Arequipa con la presentación de la primera edición impresa del Diccionario histórico de la lengua española (DHLE), un proyecto de 112 años que se materializa a la antigua usanza, en diez tomos y con más de 20.000 páginas. "Es un hito, nunca más habrá uno", afirmó Muñoz Machado en el paraninfo de la Universidad Nacional de San Agustín.
La obra, editada por Espasa, combina la reedición de los fascículos publicados entre 1960 y 1996 con el "avance" del nuevo diccionario nativo digital, fruto de la colaboración panhispánica entre las academias. "Las palabras a veces son reticentes a dejar ver lo que hay detrás de ellas, sus miserias y grandezas, y la lexicografía histórica hace ese trabajo", explicó María José Rincón, académica dominicana y una de las responsables del proyecto, y, aunque lo parezca, sin referirse a la controversia creada por Luis García Montero.
Arequipa: mestizaje, IA y Vargas Llosa
El programa del CILE –organizado por la RAE, el Cervantes, la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE) y el Gobierno peruano– se desarrollará hasta el 17 de octubre con más de 250 participantes de todo el ámbito hispánico. Su lema, "Grandes desafíos de la lengua española: mestizaje e interculturalidad, lenguaje claro y accesible, culturas digitales e inteligencia artificial", da una pista de los ámbitos de reflexión lingüística que se tratarán en las ponencias.
Entre los ejes temáticos destacan el español de Estados Unidos, la convivencia entre lenguas, la claridad institucional del lenguaje y el impacto de la IA en el uso del español. En la presentación del congreso, Muñoz Machado subrayó que la inteligencia artificial "debe hablar un buen castellano", a lo que García Montero no se resistió a replicar: "A mí no me preocupa que las máquinas hablen bien español, me preocupa que los que hablan español puedan convertirse en máquinas".
El Congreso rendirá también homenaje a Mario Vargas Llosa, fallecido el pasado abril, quien impulsó personalmente la elección de Arequipa como sede del encuentro. Horas antes de inaugurar el congreso en el Teatro Municipal junto a autoridades peruanas y representantes de las academias, el rey ha visitado la Casa Museo Vargas Llosa.
El porqué de un ataque
A pocas horas de que Felipe VI pronuncie su discurso inaugural, el español, esa lengua de 600 millones de hablantes, llega a su cita más importante del quinquenio con la responsabilidad de celebrar e impulsar su diversidad y el inconveniente sobrevenido de gestionar las tensiones surgidas entre las instituciones responsables de hacerlo. ¿Pero qué tensiones son esas? ¿Por qué García Montero, tal y como se pregunta Álvaro Pombo, "agrede al director de la Academia en este momento?". ¿Cuáles son esas diferencias, muchas, de las que habla el poeta?
Resulta difícil de creer que el director del Cervantes esté tratando de trasladar al territorio de la lengua la polarización que existe en el ámbito político y social, con una RAE caricaturizada como carca, de derechas y amiga del capital, y el Cervantes, controlado por el Gobierno –el nombramiento de García Montero fue uno de los primeros de Sánchez tras su llegada a La Moncloa–, progresista, desinteresado y popular. Quién sabe. Como dice la académica Rincón, "las palabras a veces son reticentes a dejar ver lo que hay detrás de ellas". Pero las intenciones de los hombres de poder y los mandarines tarde o temprano acaban por aflorar.
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