El armenio Missak Mannouchian fue uno de los cabecillas de la Resistencia francesa contra la ocupación nazi. Él y los 22 miembros de la célula que dirigía fueron detenidos en noviembre de 1943. La policía de la Francia colaboracionista los entregó a la Gestapo. Les interrogaron y torturaron antes de ser fusilados en el fuerte de Mont-Valérien el 21 de febrero de 1944. Este miércoles, en el 80 aniversario de su ejecución y por iniciativa del presidente Francés Emmanuel Macron, Mannouchian será el noveno miembro de la Resistencia en ingresar en el Panteón de París, el monumento donde descansan más de ochenta glorias de Francia como Voltaire, Rousseau, Victor Hugo, Alejandro Dumas, Zola, Marie Curie, Malraux, Simone Veil o Joséphine Baker. Los restos de Mannouchian reposarán con los de su compañera Mélinée, fallecida en 1989. Y estarán acompañados, de manera simbólica, por sus 22 compañeros de unidad. Entre ellos Celestino Alfonso, primer nombre español en el gran templo laico de la república.

El nombre de Alfonso quedará inscrito junto a la tumba de Mannouchian. Ningún español hasta la fecha ha recibido un honor semejante. Nacido en 1916 en Ituero de Azaba, pueblo salmantino entre la frontera portuguesa y Ciudad Rodrigo, emigró con su familia a Francia. Ejercía como obrero carpintero en París cuando ingresó en las Juventudes Comunistas francesas en los años 30. Volvió a España para defender a la República durante la Guerra Civil, y tras la derrota logró regresar a Francia. Cuando se desencadenó la Segunda Guerra Mundial, después de que su país de adopción sucumbiera ante el rodillo militar nazi en junio de 1940, Alfonso se sumó a la Resistencia.

Los 23 héroes del cartel rojo

Fue un de los miembros de la unidad parisina de las FTPF-MOI, los grupos de francotiradores y partisanos integrados por obreros extranjeros. Su líder era Missak Mannouchian. Nacido en el Imperio Otomano en 1906, había llegado a Francia huyendo del genocidio armenio. Obrero, poeta y editor, Mannouchian ingresó en el Partido Comunista Francés en 1934 y se implicó activamente en la resistencia contra los nazis.

Antes de la detención de los miembros de los las FTPF-MOI, los grupos dirigidos por Manouchian habían realizado más de treinta operaciones importantes contra las fuerzas de ocupación durante 1943. Entre ellas la ejecución, en septiembre de 1943, de Julius Ritter, el coronel de las SS responsable del Servicio de Trabajo Obligatorio, que envió a Alemania a decenas de miles de franceses para trabajar en la industria de guerra nazi.

Aquel atentado hizo que la policía colaboracionista redoblara sus investigaciones para desmantelar la organización. Menos de dos meses después, Mannouchian y sus compañeros eran detenidos y entregados a los alemanes. La Gestapo les interrogó y torturó, y aprovechó su captura con fines propagandísticos. Empapelaron París con un cartel donde se reproducía el rostro de diez de ellos acusándoles de terrorismo. Una acción propagandística que en realidad contribuyó a convertir en héroes a los miembros del comando, inmortalizados por el cantautor Léo Ferré en su canción de 1959 "L'affiche rouge" (El póster rojo), basada en un poema de Louis Aragon.

El 21 de febrero de 1944, pocas semanas después de su detención, 22 de ellos fueron fusilados en el fuerte de Mont-Valérien, hoy memorial de la Resistencia francesa (la número 23, Olga Bancic, fue decapitada en la prisión de Stuttgart en mayo de 1944). Celestino Alfonso tenía 27 años. Hoy, 80 años después, él y sus camaradas recibirán el homenaje de la república francesa. En representación del Gobierno español estará el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, que ayer ya asistió a la vigilia en honor de Mannouchian y sus hombres celebrada esta noche en Mont-Valérien.

Sobre la vida de Celestino Alfonso se conoce muy poco. Tuvo un hijo, Juan, que contaba apenas dos años cuando su padre fue fusilado. Juan tuvo a su vez una hija, Juana, que cuando su padre falleció era solo una niña de cinco años. Ella es hoy la voz de la memoria del héroe. Y una de las fuentes de la novela Après nous (Después de nosotros, no traducida al español), del escritor Patrick Fort, basada en la vida de Celestino Alfonso. Una calle recuerda al salmantino en el municipio parisino de Ivry-sur-Seine.