Víctor Escudero lleva 24 años consecutivos viviendo Eurovisión en primera línea. Dicen en el entorno festivalero que es el que más sabe de este evento, si no del mundo, de España. Escudero se muestra modesto, pero sí reconoce que, como mínimo, figura entre los más versados. Es, de hecho, el único periodista que trabaja para Eurovisión durante todo el año y el segundo nombre que aparece en los créditos que cierran los programas que retransmite la UER (Eurovisión de la Unión Europea de Radiodifusión (UER).

Gran conocedor del festival desde las bambalinas, desde 2010 también es asesor y apoyo de los comentaristas de TVE, desde José Luis Uribarri hasta José María Iñigo y, actualmente, colabora con Julia Varela y Tony Aguilar.

Escudero, en pleno trajín eurovisivo en Tel Aviv, desvela a El Independiente algunas de las claves y los secretos del espectáculo no deportivo con mayor audiencia de la televisión y encumbra a nuestro representante Miki, ya una celebridad entre los eurofans.

Pregunta.-Dicen que tras la famosa bola de cristal de Uribarri , estabas tú, en la sombra…
Respuesta.- La bola es mítica para los seguidores de Eurovisión. Empezó haciéndolo un amigo mío y los últimos años que Uribarri comentó el festival sí que estaba yo con él haciendo vaticinios sobre los puntos que iba a recibir cada país. Era, de hecho, lo que más interesaba a José Luis de la retrasmisión del festival.

P.- Según esa bola de cristal, ¿cómo va a quedar Miki este año?
R.- Tengo muy buenas vibraciones aunque mi bola de cristal no funciona bien con España porque se mezclan los sentimientos, pero intento ser objetivo Creo que vamos a lograr el mejor resultado en muchos años.

P.- ¿Por qué en las últimas ediciones España ha tenido un papel tan poco relevante? ¿Nos castiga Europa?
R.- Me gustaría saberlo y, a veces lo he pensado, pero creo que este año he encontrado la respuesta… Si tengo razón, se confirmará el sábado.

P.- ¿Veremos alguna edición celebrarse en España?
R.- ¿Qué te parece la de 2020?

P.- Eurovisión ha vivido en España horas bajas, pero da la impresión de que está recuperando brillo.
R.- Yo llegué en las horas bajas de Eurovisión pero también he visto cómo está creciendo. El amor de los fans de Eurovisión es lo que está consiguiendo que recupere el brillo y la grandeza. Los colectivos LGBTI han ayudado mucho y también OT para elegir la canción

Nos tiene a todos embrujados y lo más valioso es que él no lo provoca deliberadamente. Es natural.

P.- ¿Cómo ves a Miki?
R.- Muy trabajador, carismático y potente. Es un chico con estrella y genera ilusión. Además de su físico, su sonrisa y sus brazos...

P.- Da la impresión de que los eurofans, muchos de ellos gays, están enamorados de Miki.
R.- Nos tiene a todos embrujados y lo más valioso es que él no lo provoca deliberadamente. Es natural. Nos encanta al público y a las cámaras. Yo lo llamo ‘el encantador’. Le trasmito ese sentimiento generalizado cuando estoy con él y se muere de vergüenza.

P.- En tu quiniela, ¿a qué país te tocará viajar el próximo año con el festival?
R.- Parece ser que será Holanda. Es la favorita, pero no descarto a Suecia y mantengo la ilusión viva con España.

P.- En tu casi cuarto de siglo trabajando para el festival, ¿qué momento te ha marcado?
R.- Son innumerables, pero por la tensión que supuso, recuerdo la gala de la semifinal de 2011. Yo estaba en la cabina de comentarista con José María Íñigo. Era su primer año y por problemas técnicos no funcionaba la conexión. Tuvimos que retransmitir desde Duseldorf (Alemania), a través de mi teléfono móvil. No era un problema de España, sino que no funcionaba nada. El control central era como el camarote de los hermanos Marx: gritos y nervios. Pero al final salió adelante.

P.- ¿El retorno de Madonna marcará esta edición?
P.- Su presencia no tiene que dominar el festival, pero sí añadir, sumar. Es un icono de la música.