A escasas veinticuatro horas de la gran final de Eurovisión, el festival se ha visto envuelto en un escándalo de carácter sexual, después de que varias azafatas voluntarias hayan denunciado haber sido "manoseadas" y "tocadas" durante la fiesta de bienvenida que tuvo lugar, posterior a la alfombra turquesa, este pasado domingo en el Palacio de Venaria, en Turín. "Fue una fiesta sin frenos, como una discoteca. Se bebió mucho. Cada vez veíamos más abrazos impertinentes de algunos bailarines extranjeros, te manoseaban y tocaban por todos los lados", relata Paola -nombre es ficticio-, una de las voluntarias que afirma haber sido acosada a el periódico italiano Corriere Della Sera, que recoge el testimonio de varias azafatas que asistieron a la fiesta. 

"Nos abrazaban continuamente, uno puso su mano en mi cintura y trató de besarme. Me las arreglé para escapar, pero luego alguien más trató de hacer lo mismo. Estoy feliz de ser azafata de Eurovisión, pero no esperaba que lo que debería haber sido una buena experiencia para mí se convirtiera en manoseos y acoso. Los mismos que, lamentablemente, suceden a menudo en la discoteca. Nunca esperé que esto sucediera", añade.

El ayuntamiento de Turín y la organización del Festival (UER) niegan los hechos, mientras la RAI (Unión Europea de Radiodifusión), la televisión italiana que emite el festival, ha abierto, junto a varios grupos feministas en Italia, una investigación policial urgente. "Hay un comunicado de prensa de la ciudad de Turín, y estamos esperando que concluyan las investigaciones".