El Teatro Real estrena Medea, la ópera de Luigi Cherubini (1760-1842) inspirada en el mito griego, y arranca la temporada operística con la presencia de los reyes en el palco y la sombra de una amenaza de huelga de tres días convocada por el Coro Titular del Teatro Real para los días 22, 23 y 25 de septiembre.

La producción pone el acento en los hijos de Medea que ella misma asesina para vengarse de Jasón, su marido. Paco Azorín, director de escena, propone una lectura actual de la tragedia de Eurípides sobre el horror que espera a los hijos de Medea y Jasón. "En este mito hay una violencia sobre los niños, que han sido los grandes olvidados, no solo por parte de la madre, sino también por la de Jasón. La sociedad proyecta sobre ellos lo que somos, nuestras basuras emocionales y es así como generamos monstruos", reflexiona Azorín.

"Es un caso de violencia vicaria, pero es mucho más que eso, -continúa Azorín- porque desde una lectura feminista es la historia de una mujer que elige ser mujer antes que madre. Es como la reivindicación de las ‘malas madres". Para el director de escena de Medea se ha hecho una lectura limitada del mito por parte del patriarcado. “Medea es mucho más que la historia de una madre que mata a sus hijos para hacer daño a su pareja, afirma. 

Nueva versión

Con 11 funciones previstas entre 19 de septiembre y el 4 de octubre, esta Medea es una coproducción entre el Teatro Real y el Abu Dhabi Festival y cuenta con una partitura inédita de los recitativos, compuesta por el musicólogo y director Alan Curtis (1934-2015), a partir de los textos originales de la ópera, emulando el estilo de Luigi Cherubini.

El proyecto de Luigi Cherubini y su libretista François-Benoît Hoffman (1760-1828)  fue rechazado por la Ópera de París. En el contexto de la Francia revolucionaria, en el que primaba la evasión en la comedias, no encajaba un drama como el que presentaban. Se estrenó en 1797 en el Théâtre Feydeau, en París, y desde entonces se cuentan diez versiones con diferente éxito. La que más éxito tuvo fue la de Franz Paul Lachner en el siglo XIX, en Alemán. Fue esta versión la que traducida al italiano triunfó en el siglo XX, en particular con las interpretaciones de Maria Callas. Precisamente a la diva están dedicadas las representaciones de Medea en Madrid.

La versión que se verá estos días en el Real es íntegramente cantada como quería Cherubini, gracias al trabajo del musicólogo Alan Curtis (1934-2015) que nunca pudo llegar a ver en escena su aportación a Medea. “Era imprescindible que una editorial tuviese agallas de coger esa partitura magistral y hacer una lectura crítica adecuada que respetase el estilo del autor, que no tenía que sonar a Donizetti, y es lo que hace Curtis", asegura Joan Matabosch, director artístico del Real.

Plensa en el Cielo del Real

Desde el estreno este martes de Medea, que presiden los reyes de España, se podrá ver antes de las representaciones una instalación creada por el colaboración del artista plástico Jaume Plensa, quien ha abierto "una ventana" en la cúpula de su Sala Principal gracias a una videoproyección que reproduce el cielo. La obra así titulada, Cielo, podrá verse también en los entreactos.