Tendría que empezar por hacerme entender. Que todos (y todas) entiendan que este proyecto tiene visos de solvencia, que puede ser un gran éxito, o hundirnos en la más absoluta miseria de los fracasos. 

Tengo un libro, una novela, una buena historia, pero todos sabemos que hoy en día ya nadie lee, hay que llevarla al cine, hay que hacerla cuasi real, hay que reescribirla en formato de guion cinematográfico.

Eso se pretende desvelar en Y… lo que el viento se llevó. El proceso que sufre una historia desde sus páginas primigenias hasta convertirse en materia de celuloide, que lo escrito tome forma personal y los personajes sean de carne y hueso, que no se quede solo en simples palabras. 

Para eso hay que distinguir cada función en el campo de la industria cinematográfica. El productor, el guionista, el director, los intérpretes e, incluso, la script, la secretaria, los técnicos, los habitantes de un sueño del que participarán, despiertos, miles de espectadores. 

El cine tiene el poder de la seducción. Pero no menos el teatro, y aquí José Troncoso nos aúna ambos medios. El proceso, en muchos casos escabroso, de poner en pie un proyecto de película y hacerlo con el lenguaje teatral y, por ende, con grandes intérpretes, como son, en este caso, Gonzalo de Castro, Pedro Mari Sánchez, José Bustos y Carmen Barrantes. 

Con un ritmo trepidante por la premura del tiempo, real y de duración de la obra, nos cuentan cómo, en cinco días, cuatro personajes intentan seducirse entre ellos a nivel de convicción de sus ideas y principios, cómo deben dejar de lado sus soliloquios y ponerse al frente de un proyecto común, cómo los finales pueden variar el argumento de las historias, cómo hay que dejar abiertas las posibilidades de la creatividad para sentirse a gusto con lo que cada uno hace. 

Estamos haciendo una película, que es más que una película. Ni más ni menos que Y… lo que el viento se llevó, con esa conjunción delante, “y”, porque las cosas pueden variar de un momento a otro, la opinión de alguno, la apreciación de otro, las objeciones de todos, los acuerdos consensuados de todos. 

Trepidante acción, una historia clásica y conocida por todos, una historia que nunca pasará de moda, porque son memorables sus escenas, sus personajes, sus frases, y que ahora nos traen a la memoria, visualizando esos momentos, esas imágenes, esos fotogramas, que antes de ser película tuvieron que pasar por el tamiz del planteamiento de si engancharía, o no, a los espectadores.

A nosotros sí nos ha encandilado, tanto la puesta en escena como la interpretación y el planteamiento en torno a cómo se debe hacer una buena película mientras haces un mejor teatro. 

Cartel de Y lo que el viento se llevo
Cartel de Y lo que el viento se llevo

Y... LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ

Intérpretes: Gonzalo de Castro, Pedro Mari Sánchez, José Bustos y Carmen Barrantes

Música: Mariano Marín

Producción y distribución: Focus

Adaptación: Daniel Anglès

Versión y dirección: José Troncoso

En el Teatro Pavón hasta el 7 de enero