La Fundación Ared nace gracias a la tenacidad e ilusión de cinco mujeres privadas de libertad, una voluntaria y una monitora de confección, actualmente presidenta de Ared. Siete valientes que en su día se empeñaron en crear un taller de confección para conseguir una alternativa profesional que les permitiera una reinserción digna y real en la sociedad.

Esta lucha les ha llevado a recibir uno de los tres premios al Mejor Proyecto Social de la III edición de los Premios Compromiso de Clece, galardón que se convierte en el reconocimiento de todo un equipo profesional que lleva más de 23 años luchando contra la violencia machista y sus efectos devastadores. Pero más allá de todo eso, es el premio a tantas y tantas mujeres atendidas en Ared que han luchado contra la lacra del machismo.

Gracias al premio, la Fundación Ared continuará proporcionando una atención integral a mujeres víctimas de cualquier tipo de violencia, a través de estructuras de apoyo y de empoderamiento que mejoran su situación a nivel asistencial, formativo y de acceso a un empleo digno.

La Fundación Ared continuará proporcionando una atención integral a mujeres víctimas de cualquier tipo de violencia

En los casi 25 años que lleva la Fundación Ared trabajando para la integración de las personas atendidas, de su labor destaca la atención integral que ofrecen a todas las personas que se acercan. “Nuestra metodología, garantiza el éxito de los programas, servicios y actividades. Está focalizada en la atención a las personas, con un trato individualizado e integrador que las hace partícipes del proyecto y no meras receptoras del servicio. Una metodología que ha generado excelentes resultados contrastables, en pro del beneficio por las personas”, explican desde la Fundación.

En el año 2016, 1.270 personas fueron atendidas en la Fundación Ared, de las cuales el 60% eran mujeres. De estas, 379 personas se han insertado laboralmente. En los programas de inserción laboral se han atendido un total de 1.161 personas.

Violencia de género

Uno de los proyectos en los que está centrada la fundación es en la Integración sociolaboral de mujeres víctimas de violencia de género. Se trata de un proyecto que pretende favorecer la inclusión social y la incorporación laboral de mujeres víctimas de violencia de género, y que además se encuentran en situación de riesgo de exclusión social. El proyecto proporciona una atención integral que tiene en cuenta todos los daños que las mujeres y sus hijas e hijos menores sufren como consecuencia de la violencia de género.

Mayoritariamente se trata de mujeres psicológicamente afectadas que viven situaciones de inestabilidad psicológica y emocional, situaciones de pobreza extrema  (la mayoría de las personas que atienden no cobran ninguna prestación social), situaciones de exclusión social (no han tenido ninguna oportunidad en el mundo laboral regulado y no tienen hábitos laborales interiorizados), cargas familiares (tanto descendencia como progenitores a los que tienen que atender sin ayuda), y viven situaciones de vulnerabilidad añadidas a las anteriores pertenencia a minorías étnicas (personas recién llegadas, personas de etnia gitana, etcétera) con problemas de adicción a sustancias tóxicas, enfermedades de larga duración… las cuales dificultan todavía más el proceso de inserción social y laboral.

El 80% de las mujeres maltratadas están aisladas de su entorno familiar y laboral

Según datos publicados en septiembre del 2017 por el Servicio Telefónico de Atención y Protección para víctimas de la violencia de género del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, el 80% de las mujeres maltratadas están aisladas de su entorno familiar y laboral. Además, el 40% ni estudia ni trabaja porque su pareja se lo prohíbe. Así pues, la población femenina que sufre violencia, tiene más riesgo de sufrir exclusión social, precariedad económica y desocupación. Según la misma fuente, el 84% de estas mujeres se encuentran en riesgo de pobreza y exclusión, así como sus hijos/as que de manera indirecta, sufren también las consecuencias de este tipo de violencia.

Los datos de violencia machista entre menores de edad resultan preocupantes. En torno al 60-70% de los niños, niñas y adolescentes que viven en hogares violentos, son víctimas más o menos directas de situaciones de maltrato.

Cada vez existen más recursos y concienciación sobre esta problemática, pero aún queda mucho por hacer. Resulta importante transmitir a las mujeres que se encuentran en esta situación que no están solas y que se puede conseguir salir de esta espiral de violencia.


Este contenido ha sido elaborado por Clece