Como en Big Fish, Rubén López miró a su particular bruja con ocho años. Igual que al niño protagonista de la película, ella le mostró – en su caso fue una voz tras una grave caída cuando jugaba al escondite – cómo sería su muerte. Aquel no era el momento y con tal certeza, le dio un gran poder: durante toda su vida podría hacer todo lo que quisiera sin ningún temor.

Ésta, aunque suene fantástica, es de las pocas explicaciones posibles para la actitud de este empresario ante la vida. Porque Rubén López lleva tres años, a través de su Foundation Invencible, convirtiendo en realidad hazañas que parecían imposibles y recaudando dinero con ellas. En el último año, el catalán de 41 años se ha propuesto nueve retos solidarios que le han llevado, entre otros, a subir tres veces al Kilimanjaro en cinco días, nadar 18 kilómetros en el triángulo de las Bermudas o recorrer 350 kilómetros por el río Amazonas. López acaba de llegar de Filipinas donde ha nadado entre tiburones ballena y sus nueve retos acabarán en mayo con el más complejo, una subida sin oxígeno a la cara sur del Everest. Todas sus hazañas las va relatando desde su perfil de Instagram.

López acaba de llegar de Filipinas donde ha nadado con tiburones ballena para conseguir fondos para la enfermedad rara que padece Iago

Apenas unos días antes de marchar a Filipinas, este aventurero para un rato en una cafetería madrileña para hablar con El Independiente de lo que le mueve en la vida. “Entendí pronto que estamos aquí para un rato”, dice, y confiesa que su secreto es “vivir suficientemente rápido como para generar muchas acciones”.

López busca historias personales, "pequeñitas, a las que pueda ayudar mucho". Es el caso del pequeño Iago y la Asociación de Artogriposis Múltiple Congénita, la enfermedad rara que padece y que se caracteriza por una serie de contracturas crónicas que afectan a sus articulaciones, sus pulmones y su crecimiento. “La gente me escribe a través de las redes sociales o a la fundación y me gusta conocer casos pequeños, que a lo mejor no los conoce nadie porque son 53 en España. Hay algunos que me atrapan como fue el caso de Iago. Fui a verle cuando vine del Aconcagua y me fascinó su historia y su ‘sigue nadando’. Por eso ahora el reto de Filipinas es para él”, relata.

Iago es una de las nueve historias que están detrás de los retos que durante un año López está realizando a la vez que dirige su grupo de empresas, Chicles de Peseta. Como empresario, López gestiona desde la organización de conciertos y eventos deportivos, representación de artistas, producción de vinos o inversión en Bolsa y compra de criptomonedas, Todo ello lo atiende desde donde quiera que esté gracias al teléfono móvil “y cuatro o cinco cargadores portátiles” que siempre lleva encima.

López se define como un "broker emocional" con un "business plan que nace del corazón".

Tanto en su faceta empresarial como en la de aventurero, López se define como un "broker emocional" con un "business plan que nace del corazón". "Esto me provoca a veces conflictos con algunos departamentos de mi empresa, pero los papeles son planos y yo no quiero una vida plana", explica. Esa necesidad fue la que le llevó a crear la Foundation Invencible: "Yo ayudaba pero me costaba mucho poder ver a dónde iba mi dinero. Por eso me lancé y mi objetivo es ayudar a poca gente pero ayudarles mucho".

Bajo su máxima de "hacer de lo imposible algo cotidiano" López busca en cada reto el más difícil todavía y explora sus propios límites: "La gente me dice, chico, ¿qué te debes, por qué te exprimes al límite? Y yo digo que es que no sé dónde está mi límite, porque para eso tendría que encontrar algo que no puedo hacer. Porque afortunadamente mi capacidad física es lo suficientemente buena como para acompañar a la que sí sé que es estratosférica, que es mi capacidad mental".

mi capacidad física es lo suficientemente buena como para acompañar a la que sí sé que es estratosférica, que es mi capacidad mental".

Una capacidad física que López mantiene "entrenando cinco o seis horas al día y durmiendo solo dos". "Dormir y comer no son placeres para mí, solo una necesidad, y no me he drogado ni fumado un cigarrillo en mi vida", asegura. Sobre quién piensa que es imposible seguir su ritmo, el CEO de la Foundation Invencible dice que "todos tenemos más poder del que parece. Todos tenemos amigos, clientes... Si empiezas, al final te crees capaz de hacer cualquier cosa".

Así piensa este aventurero en los próximos retos que tiene ya planificados antes de 2020. Quiere cruzar de Sidney a Oackland en Canoa solo, cruzar los Andes en 30 días, nadar en la Antártida tras un barco de Greenpeace y dar la vuelta al mundo en Globo durante 80 días. Mientras tanto, en junio saldrá un libro sobre los nueve retos, para los que se puede donar dinero a través de su web.  "No tengo miedo a hacer cualquier cosa en la vida porque a lo único que tengo miedo es a la muerte. Por eso intento hacerlo todo, quiero sentirme orgulloso, no reprocharme nada".