Cuando las fresas llegan a la frutería y a tu supermercado de confianza indica el inicio de la primavera. Esta deliciosa y dulce fruta es difícil de encontrar en su punto exacto de maduración. Lo que está claro es que nada más las compramos siempre las comemos corriendo y deprisa. En menos de dos días para saborearlas, a pesar de que las últimas que quedan siempre suelen estar más tirando para allá que para acá.

Lo fundamental es que no compres cajas demasiado grandes, a pesar de que suelen ser las únicas que se ofertan en los establecimientos para poder disfrutarlas. A pesar de ello, no te preocupes. Hay fórmulas súper acertadas para que las fresas no se echen a perder. Si sabes que te van a sobrar, no dudes en congelar una parte de ellas sin ningún tipo de problema para comerlas más adelante.

Más vitamina C que las naranjas

Por otra parte, cámbialas de recipiente. No las dejes en el mismo frutero horas sí y horas también. Además, haz una limpia de aquellas que en la caja veas directamente que ya empiezas a estar un poco pasadas. Lo ideal sería una superficie en la que las fresas no se tocasen entre ellas y se tapasen con papel film agujereado para evitar que se acumule gas carbónico en su interior. Para luchar contra la humedad no estaría de mas colocar un papel de cocina en la base y así sea absorbida.

En último lugar, ojo con el tallo. No les quites nunca las hojas ni los tallos. Evita siempre comprar aquellas que seas parcialmente blancas o que tenga un tallo seco, ya que todavía están verdes. La temporada de este fruto comienza con el final del invierno y llega hasta el principio del verano. Contienen un número muy bajo de calorías y en su 90 son agua. Además, tienen más vitamina C que la naranja.