El Ministerio de Sanidad ha lanzado una contundente advertencia sobre los peligros de consumir suplementos de vitamina D sin indicación ni supervisión médica. Han enfatizado la necesidad de un uso racional y basado en evidencia científica. Esta alerta surge tras casos de intoxicación grave, incluyendo hospitalizaciones. Estos casos ponen de manifiesto los riesgos de una suplementación inadecuada y sin control profesional.

La peligrosidad de la suplementación sin control

Sanidad ha sido enfática. No se deben consumir estos productos sin una indicación médica precisa. La suplementación no adecuada, especialmente cuando se exceden las dosis recomendadas, puede desencadenar efectos adversos graves. Además, el Ministerio recalca que la evidencia científica actual no respalda de manera concluyente los supuestos beneficios no músculo-esqueléticos que a menudo se atribuyen a esta vitamina. Esto significa que muchas de las afirmaciones sobre la vitamina D que circulan, por ejemplo, en relación con la prevención de ciertas enfermedades, carecen de un respaldo científico sólido.

La popularidad de los suplementos de vitamina D ha crecido exponencialmente en los últimos años. Esto es impulsado en parte por la creencia generalizada de que la mayoría de la población sufre de deficiencia. También se cree que la suplementación es siempre beneficiosa. Sin embargo, los expertos insisten en la importancia de desmitificar esta percepción. No todos necesitan suplementos de vitamina D, y su consumo indiscriminado puede ser perjudicial.

¿Cuándo es necesario medir los niveles de vitamina D?

El Ministerio también ha aclarado que la realización de análisis diagnósticos para determinar los niveles de vitamina D no está justificada en personas asintomáticas sin factores de riesgo específicos. Las guías clínicas son claras al respecto. Los análisis deben reservarse para situaciones específicas.

Los casos en los que sí se justifica la medición de vitamina D incluyen:

  • Pacientes con sintomatología compatible con déficit de vitamina D o con trastornos del metabolismo óseo, como la osteomalacia.
  • Personas mayores institucionalizadas, especialmente si tienen riesgo de caídas y fracturas.
  • Individuos con enfermedades crónicas que interfieren en su metabolismo de la vitamina D, como insuficiencia renal o hepática grave, enfermedad inflamatoria intestinal, cirugía bariátrica o síndromes de malabsorción.
  • Personas en tratamiento con medicamentos que interfieren en la absorción o activación de la vitamina D, como glucocorticoides o anticonvulsivantes.
  • Cuando existe sospecha de intoxicación por hipervitaminosis D.

Niveles adecuados y dosis recomendadas

Respecto a los niveles de vitamina D considerados adecuados, el Ministerio de Sanidad, basándose en la Academia Nacional de Medicina de Estados Unidos, ha señalado que concentraciones entre 12 y 20 ng/ml son suficientes para cubrir las necesidades del 97,5 por ciento de la población.

Si la cifra es inferior a este rango, especialmente en grupos vulnerables como personas mayores, institucionalizadas o con osteoporosis, la suplementación podría estar justificada. Las dosis en estos casos suelen oscilar entre 400 y 2.000 UI (Unidades Internacionales) por día. Estas dosis siempre dependen de la situación clínica particular de cada paciente. Es crucial reiterar que, incluso en estos escenarios, el consumo de vitamina D debe contar con supervisión profesional. Un médico evaluará la necesidad, la dosis adecuada y el seguimiento para evitar cualquier riesgo.

En resumen, la advertencia del Ministerio de Sanidad es un llamado a la prudencia y al rigor científico. La vitamina D es esencial, pero su uso descontrolado puede transformar un nutriente beneficioso en una amenaza para la salud. La clave reside en la información, la consulta médica y el seguimiento de las recomendaciones de las autoridades sanitarias. Esto garantizará el bienestar de todos los ciudadanos.

¿Qué puede ocurrir si sobrepaso el consumo?

Aunque la vitamina D juega un papel crucial en la salud ósea y la regulación del calcio, su consumo debe estar estrictamente justificado por criterios clínicos. "Su uso debe ajustarse a criterios clínicos bien fundamentados. El fin es evitar intervenciones ineficaces o potencialmente perjudiciales", reza un comunicado del Ministerio. La preocupación de las autoridades sanitarias es palpable, especialmente después de una alerta sanitaria en Baleares. Allí, 16 personas fueron hospitalizadas por hipervitaminosis D, una condición causada por niveles excesivamente altos de esta vitamina en el organismo.

Estas intoxicaciones se produjeron en individuos sanos que habían consumido un suplemento defectuoso adquirido en línea. Los afectados desarrollaron hipercalcemia (niveles elevados de calcio en sangre), insuficiencia renal y arritmias. Son complicaciones serias que demuestran la severidad de una sobredosificación. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) también ha documentado casos previos de hipercalcemia grave por sobredosificación. Estos casos ocurrieron tanto en adultos como en menores, lo que subraya la recurrencia de este problema.