El pepino está indudablemente considerado una de las hortalizas más completas y refrescantes de la dieta mediterránea, ya que su bajo aporte calórico, su alto contenido en agua y su versatilidad en la cocina, hacen de él un alimento que debe formar parte de nuestra alimentación a lo largo de todo el año. Más allá de su uso frecuente en ensaladas, gazpachos o cremas frías, su consumo habitual conlleva un gran número de beneficios que favorecen la salud tanto de nuestro cuerpo como de nuestra mente. Comer pepino habitualmente contribuye a la hidratación del organismo, a la digestión, al fortalecimiento del sistema inmunitario y además favorece que la piel esté.

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Los nutrientes esenciales del pepino

La primera característica destacada del pepino es su composición, ya que más del 96% es agua, lo que los convierte en un formidable aliado para conseguir una adecuada hidratación, especialmente en los meses más calurosos. Aporta tan solo 12 calorías por cada 100 gramos, convirtiéndose en un aliado para seguir en una dieta para bajar el peso sin dejar de llevar una alimentación adecuada. Su aporte de fibra favorece la sensación de saciedad y la regulación del tránsito intestinal.

Vitaminas y minerales

Desde el punto de vista nutricional, el pepino aporta gran cantidad de distintos micronutrientes. Contiene vitaminas del grupo B, vitamina C, magnesio, potasio, fósforo y calcio. Todos ellos contribuyen a un correcto funcionamiento del sistema nervioso, al fortalecimiento de los huesos y a beneficiar un ritmo cardíaco correcto, así como el ácido fólico y los antioxidantes que contiene su piel, que favorecen la regeneración celular y la defensa contra el envejecimiento.

Propiedades del pepino para el cuerpo

Hidratación, digestión y energía natural

Con su buen porcentaje de agua y bajo contenido graso, el pepino se convierte en un excelente diurético natural, ayudando a eliminar toxinas y favoreciendo el drenaje de líquidos. Sus enzimas digestivas son también muy positivas para facilitar la absorción de nutrientes a través de las paredes intestinales y disminuir el reflujo gástrico, favoreciendo el equilibrio del pH del estómago. También sus vitaminas del grupo B son esenciales para mantener la energía y reducir la sensación de fatiga o estrés acumulado.

Un aliado para el corazón y las células

El pepino ofrece también beneficios para la salud del corazón, dado que tiene un nivel elevado en el contenido en potasio, por lo cual su ingesta ayuda a regular la presión arterial, al tiempo que sus antioxidantes ayudan a combatir la acción de los radicales libres, con lo que se ve reducido el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Los lignanos presentes en esta hortaliza también actúan como fitoestrógenos naturales, los cuales están relacionados con la prevención de determinados cánceres, como el cáncer de mama o colon.

Cómo incluir el pepino en la dieta diaria

El pepino es un ingrediente que se adapta a diferentes tipos de platos; puede ser consumido en ensaladas, gazpachos, solas o en cremas frías, e infusiones de agua; su sabor se combina a la perfección con alimentos como yogur, aguacate, albahaca, e incluso con frutas frescas. Incluirlo en las comidas de los platos principales o bien consumirlo entre horas ayuda a mantener una dieta equilibrada y ligera.

Elegir y conservar el pepino

Para sacar el máximo partido de todas sus propiedades, conviene escoger ejemplares que sean bien verdes, firmes y sin manchas de color amarillo. Debe conservarse en la nevera, donde se puede mantener en perfecto estado durante varios días. El consumo habitual del pepino proporciona bienestar, frescura y ligereza, y aporta una gran vitalidad a cada plato, además de ser uno de los grandes aliados naturales del bienestar cotidiano y de la salud.

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