En los países escandinavos compartir cama no significa que haya que compartir la manta; esta costumbre es conocida como dormir a la noruega y se está convirtiendo en una tendencia en muchas partes del mundo. Cada vez más parejas deciden llevar a cabo este tipo de práctica que aporta grandes benéficos a la hora de dormir, convivir o mantener la higiene. Lo que al principio era costumbre local se ha ido transformado en un fenómeno que cada vez tiene más adeptos.

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Dormir a la noruega para descansar mejor

En Noruega, Suecia, Dinamarca, lo habitual es que cada uno tenga su propio edredón, aunque duerma junto a su pareja. Con esta fórmula se evitan los clásicos tirones de manta y los conflictos por las subidas y bajadas de temperatura. Cada uno es el responsable de regular su temperatura corporal a su ritmo sin que el otro sufra las consecuencias. El descanso es más profundo y continuado, algo ideal para los meses más fríos además de que simplifica la rutina de casa. Los edredones individuales son más fáciles de lavar, secar y mantener limpios; las fundas nórdicas se pueden cambiar más rápido y sin esfuerzo, y la cama se adapta a nuestras necesidades personales en comodidad e higiene sin perder la cercanía física. 

Más descanso y menos interrupciones

Lejos de ser un símbolo de la ausencia de conexión emocional, dormir a la noruega refuerza la convivencia al reducir los movimientos involuntarios y las interrupciones nocturnas, lo que se traduce en una mejora en la calidad del sueño, en que cada uno puede disfrutar de su propio espacio en la cama. 

Los estudios sobre descanso respaldan esta tendencia: algunas investigaciones han descubierto que hasta un tercio de las interrupciones del sueño es a causa del movimiento o a la temperatura de la pareja. Si cada uno tiene su propio edredón, estas molestias se reducen, por lo que la pareja se siente más feliz y con más energía durante el día.

Duerme en pareja sin perder la independencia

No hay que confundir dormir a la noruega con el sleep divorce, que consiste en dormir en camas separadas, ya que las parejas siguen compartiendo la cama. Esto supone un acto de convivencia y una forma de estrechar lazos e intimidad, pero se adapta a las necesidades de cada persona; este equilibrio entre unión e independencia refuerza la relación, y la calidad del sueño influye en el bienestar emocional y en las relaciones del día a día. Menos irritabilidad, menos discusiones y más comunicación son consecuencias de un descanso compartido reparador.

La tendencia que arrasa en Europa

Esta costumbre se ha ido expandiendo por el resto de Europa y hoteles y tiendas de descanso ya ofrecen opciones de ropa de cama que se están inspirando en este tipo de  modelo. Las redes sociales y los expertos en salud hablan de este método como una gran solución para las parejas que quieren dormir mejor sin renunciar al confort ni a estar juntos.

Dormir a la noruega es una propuesta que va a ayudar a las parejas a mejorar la calidad del sueño, incluso la propia relación. No se trata de una moda pasajera, va mucho más allá y demuestra que compartir cama no quiere decir que haya que renunciar a la comodidad o a un descanso pleno.

Beneficios reales de dormir bien en pareja

Descansar de manera profunda favorece a que el organismo funcione bien porque regula las hormonas, mejora el sistema inmunitario y reduce el estrés. Las parejas que aplican el método nórdico o dormir a la noruega suelen despertar más descansadas y con mejor humor.

Un descanso que mejora la convivencia

Dormir bien tiene una gran importancia que influye en la armonía del hogar y de las parejas, ya que un mal descanso puede provocar discusiones, noches en vela y menos energía para afrontar el día. Dormir a la noruega se convierte así en una fórmula sencilla para mejorar la calidad de vida sin necesidad de grandes cambios.

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