Lejía, detrás del MMS (Miracle Mineral Solution) sólo hay lejía. Ya se sabía, pero el falso tratamiento milagroso que lleva años subsistiendo en la clandestinidad de sus consumidores en foros y en webs ha vuelto al debate público y sanitario por la pandemia de Covid-19. Pese a que era conocido, la Organización Médica Colegial (OMC) ha publicado un informe para recordarlo. La razón por la que los médicos colegiados se manifiestan contra el MMS se encuentra en que con la expansión del virus los “sanitarios alternativos”, como el curandero Josep Pàmies, se han hecho un hueco en la agenda pública junto con los negacionistas de la pandemia. 

“En medicina sólo vale la ciencia y ahí son necesarias las evidencias científicas contrastadas. No sólo tiene que servir, además tiene que no hacerte daño. La cosa está clara, el dióxido de cloro [compuesto del MMS] no cura, daña la salud. No hay evidencia científica que avale que cure, ni es eficaz y no es seguro porque es nocivo para la salud, además está prohibido”, explica a El Independiente el doctor Pedro Hidalgo, coordinador del Observatorio de la Prescripción de la OMC que ha publicado el Informe de valoración del dióxido de cloro como tratamiento frente al coronavirus

La organización médica ha lanzado este documento “ante las declaraciones realizadas en las últimas fechas por médicos que componen el COMUSAV (Coalición Mundial de Salud y Vida) en las que aseguran que el dióxido de cloro acaba con el coronavirus”, según recoge la OMC. El uso del MMS en algunos países como Bolivia se ha convertido en un problema de salud pública ya que se ha comprado de manera masiva provocando varias intoxicaciones. Según Hidalgo si un médico prescribiera este falso tratamiento estaría incumpliendo su código deontológico. En este sentido señala que la entidad Coalición Mundial de Salud y Vida no es un colegio médico con sus profesionales con la “matrícula identificativa de los médicos colegiados que es su número de colegiado”.

Peligros de las terapias alternativas

El médico destaca que las terapias alternativas, además de inefectivas, retrasan el tratamiento correcto de la medicina científica y, por consiguiente, suponen una merma en la salud de aquellos que se tratan con ellas. Según Hidalgo los médicos tenían que manifestarse con este informe porque “las personas que no entienden de medicina tiene que saber que quien toma MMS está tomando lejía, un compuesto que es para desinfectar superficies”.

Todos estamos ávidos de tener remedios pero mientras no se haga con evidencia, no es que sea un error, es una ilegalidad y una irresponsabilidad"

El documento señala que la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios AEMPS tiene en su lista negra al MMS como un “medicamento ilegal". La razón que encuentra Hidalgo para que los pacientes compren MMS se encuentra en su “desesperación e impaciencia” y según su opinión se debería perseguir estas webs en las que se vende, “igual que se persiguen las páginas de pornografía infantil se debería denunciar a los que están engañando a los más sensibles y vulnerables”.

Ante la idea conspiranoica de los defensores del MMS que aseguran que el producto está perseguido porque no interesa a las farmacéuticas Hidalgo es contundente: “Si estamos ante un remedio demuestre científicamente su validez y las dosis, porque la dosificación en un medicamento es fundamental. Todos estamos ávidos de tener remedios pero mientras no se haga con evidencia, no es que sea un error, es una ilegalidad y una irresponsabilidad”.