Durante horas nos pasamos sentados frente a la pantalla del ordenador en la misma posición, ya casi no caminamos, y las prisas de nuestro estilo de vida nos obligan a tirar de los medios de transporte, lo que limita la cantidad y la calidad del movimiento de nuestro cuerpo. El sedentarismo es una problemática social que va en aumento y también el peor enemigo para nuestra espalda. No es raro que escuchemos a alguien de nuestro entorno quejarse por el dolor que sufre. De hecho, el 80% de la población sufrirá en algún momento de su vida dolor de espalda. ¿La clave? Moverse más y, sobre todo, moverse mejor.

Pero, ¿de dónde viene ese dolor? ¿Qué puedes hacer para evitarlo? ¿Cuáles son las buenas posturas? Estas son varias de las preguntas que trata de responder el osteópata, instructor en prevención y docente de anatomía y biomecánica, Julien Leprête, en su libro Moverse sin dolor, 10 claves para construir un cuerpo saludable a cualquier edad.

Como sostiene el osteópata sigue habiendo demasiada desinformación sobre nuestro cuerpo en la televisión, en las redes sociales y en la publicidad. Precisamente de ahí nace la necesidad de publicar este libro, para dar respuestas a todas esas preguntas que has estado haciéndote sobre el dolor corporal que sientes.

Muchas personas evitan extender por miedo la espalda, lo que hace que acaben teniendo músculos y ligamentos sensibles a la extensión

Durante sus diez años de práctica como osteópata y durante seis años como instructor en prevención en empresas y clínicas, atendió a muchos pacientes con problemas de espalda. Había un patrón que se repetía, y es que muchos asocian el movimiento con una agravación de la lesión, incluso aunque su espalda se haya recuperado.

Leprête asegura que "no hay ni buenos ni malos movimientos, lo único que importa es la buena intensidad". Para favorecer los procesos de recuperación es evidente que hay que evitar a toda costa el dolor, pero en cambio, al contrario de lo que pueden pensar muchos, los tejidos necesitan movimientos y cargas mecánicas para obtener una buena recuperación, es decir, hay que moverse.

"Si el tejido que se está reparando se mantiene inmovilizado, la cicatriz será débil, desorganizada y con una estructura inadecuada", sostiene el osteópata en el libro. Por eso es importante movernos, siempre y cuando no suframos y respetemos los límites del dolor, claro.

Los movimientos que realicemos serán clave para cuidar de nuestra espalda. Para ello, el instructor recomienda varias posturas. Cat-cow encabeza esa lista. De hecho, asegura que si solo tuviera que elegir una variación, sería esta. Con esta sencilla postura buscamos mover la columna vertebral en flexión y extensión, y tan solo cuenta con dos pasos.

En primer lugar, deberás sentarte a cuatro patas, inhalar y extender la columna mientras empujas el pecho en dirección del suelo. Eleva la cabeza y la pelvis en dirección al pecho. En segundo lugar, deberás exhalar y flexionar la columna, y mientras empujas con las manos y las rodillas contra el suelo, aleja el pecho del suelo.

Al principio te puede costar acostumbrarte al movimiento. Por eso debes realizar algunas repeticiones de prueba sin forzar. En cuanto te veas cómodo, puedes aumentar un poco el rango intentando no pasar tu límite. Deberás realizar 10 repeticiones.

De otros ejercicios de los que habla, la extensión de espalda es el más subestimado. Leprête cuenta que muchas personas, por miedo, evitan extender la espalda lo que hace que acaben teniendo músculos y ligamentos sensibles a la extensión. Según asegura el osteópata, la columna puede hacer extensiones y, es más, tiene que hacerlas. Varios de los otros ejercicios que recomienda son la descompresión lumbar, inclinaciones lumbares o los estiramientos de dorsal ancho.

La mayoría de las lesiones se provocan porque la gente no sabe escuchar su cuerpo

Pero, además de estos ejercicios, ¿Cuál es el mejor deporte para la espalda? Aunque es cierto que nadar es un buen deporte para la espalda, el personal trainer asegura que en realidad cualquier deporte lo es, siempre y cuando lo practiques bien y, sobre todo, te guste.

Algunos pacientes con los que se ha encontrado a lo largo de todos estos años creen que las lesiones en el deporte están relacionadas con el tipo de deporte que practicas. En realidad, el osteópata explica que tiene que ver con cómo lo practicas.

La mayoría de las lesiones se provocan porque la gente no sabe escuchar su cuerpo. Por eso, asegura que lo que más necesitamos es aprender cómo funciona. A veces pecamos de más, no tenemos miedo y realizamos deporte con riesgo de lesionarnos. Y otras veces, en cambio, por miedo a hacernos daño nos acomodamos y evitamos hacer deporte.

Si sufres de espalda lo mejor es que evites los deportes que aumentan tus dolores. La clave es recuperar y fortalecer la espalda con ayuda de un fisioterapeuta. Aunque si quieres, también puedes realizar en casa varios ejercicios para fortalecerla y así evitar futuras lesiones. De hecho, incorporar unas pesas te ayudará, no solo para prevenir lesiones, también para perder grasa.

Precisamente entrenar tu espalda ayuda a que, al levantar las pesas, sea menos arriesgado lesionarte. La sentadilla es uno de los ejercicios más conocidos del deporte y no por eso menos importante. De hecho, es muy bueno para la salud de las articulaciones y los músculos. Construir fuerza y movilidad en los glúteos es esencial para tener una columna saludable.