Un equipo de investigadores de la Universidad de Texas en Austin (EEUU) ha desarrollado un nuevo fármaco bioinspirado que restaura la eficacia de las células inmunitarias en la lucha contra el cáncer. En modelos de ratones con melanoma, cáncer de vejiga, leucemia y cáncer de colon, el fármaco ralentiza el crecimiento de los tumores, prolonga la vida útil y aumenta la eficacia de la inmunoterapia. La investigación se publica en la revista Cancer Cell y "podría cambiar las reglas del juego para muchos pacientes con cáncer".

Muchos cánceres eliminan un tramo de ADN llamado 9p21. En pacientes con melanoma, cáncer de vejiga, mesotelioma y algunos cánceres cerebrales esto ocurre entre el 25% y el 50% de los casos. Y los científicos saben desde hace mucho tiempo que esto implica peores resultados para ellos y más resistencia a las inmunoterapias (las estrategias de tratamiento diseñadas para potenciar la respuesta inmune natural de un paciente al cáncer).

La eliminación del tramo 9p21 ayuda a que las células cancerosas eviten ser detectadas y eliminadas por el sistema inmunológico, en parte al hacer que el cáncer bombee un compuesto tóxico llamado MTA, que altera el funcionamiento normal de las células inmunes y también bloquea la eficacia de las inmunoterapias.

"En modelos animales, nuestro fármaco logró reducir el MTA a la normalidad y reactivar el sistema inmunológico", explicó Everett Stone, que dirigió el estudio y ejerce como profesor asociado de investigación en el Departamento de Biociencias Moleculares y como profesor asociado de oncología en la Facultad de Medicina de Dell.

"Vemos muchas más células T alrededor del tumor, y están en modo de ataque. Las células T son un tipo importante de células inmunes, como un equipo SWAT que puede reconocer las células tumorales y llenarlas de enzimas que mastican el tumor de dentro hacia afuera", añadió Stone, que prevé que el fármaco se utilice en combinación con inmunoterapias para aumentar su eficacia.

Optimizar las enzimas naturales

La deleción 9p21 provoca la pérdida de algunos genes clave en las células cancerosas. Y se eliminan un par de genes que son reguladores del ciclo celular: proteínas que mantienen a las células sanas creciendo y dividiéndose a un ritmo lento y constante. Cuando esos genes se pierden, las células pueden crecer sin control. Y eso es lo que las hace cancerosas. 

También se elimina un gen interno que produce una enzima que descompone la toxina MTA. Esta pérdida es, según Stone, la que permite a las células cancerosas adquirir un nuevo superpoder: la capacidad de desactivar el sistema inmunológico.

"El cáncer obtiene un dos por uno cuando pierde ambos genes. Pierde los frenos que normalmente le impiden crecer de forma descontrolada. Y luego, al mismo tiempo, desarma a la policía del cuerpo. Entonces, se convierte en un tipo de cáncer mucho más agresivo y maligno", ilustró el investigador.

Para crear su fármaco, Stone y su equipo comenzaron a trabajar con la útil enzima que el cuerpo produce naturalmente para descomponer el MTA y luego agregaron polímeros flexibles.

"Ya es una enzima realmente buena, pero necesitábamos optimizarla para que dure más tiempo en el cuerpo", comentó Stone. "Si inyectáramos sólo la enzima natural, se eliminaría en unas pocas horas. En ratones, nuestra versión modificada permanece en circulación durante días, pero en humanos durará aún más".

Los investigadores planean realizar más pruebas de seguridad de su fármaco, llamado PEG-MTAP, y están buscando financiación para llevarlo a ensayos clínicos en humanos.