El cáncer representa a día de hoy una de las principales causas de morbimortalidad en el mundo. Es una realidad que, por desgracia, salpica a gran parte de la población de una u otra manera, y para la que, afortunadamente, hay cada vez más tratamientos, a la par que se promueven numerosas terapias de apoyo para mejorar la calidad de vida de estos enfermos.

En 2023, según los datos recabados por REDECAN, se detectaron 279.260 casos nuevos. No obstante, se espera un incremento en la incidencia del cáncer con 341.000 casos nuevos para 2040, según la International Agency for Research on Cancer. Por lo que son necesarias cada vez más terapias e investigación para prolongar y mejorar la calidad de vida de los pacientes oncológicos.

“En los últimos años la Medicina Hiperbárica se ha erigido como un nuevo soporte o aliento fresco para estos pacientes. Representa una terapia de ayuda para los tratamientos de radioterapia y de quimioterapia en muchas ocasiones”, destaca la jefa del Servicio de Medicina Hiperbárica del Centro médico-quirúrgico Olympia de Madrid, la doctora Ane Escribano.

La doctora Ane Escribano

Se trata de un dispositivo médico que se utiliza para administrar terapia de oxígeno hiperbárico, tal y como detalla: “Consiste en respirar oxígeno puro a una presión elevada., y dentro de una cámara cerrada. Esta terapia se ha utilizado para tratar una amplia variedad de afecciones médicas, entre las que se encuentra el cáncer, a la hora de aliviar los efectos secundarios de los tratamientos principalmente; aunque siempre se recomienda de manera previa o posterior a los mismos”.

Entre sus ventajas, indica la especialista de Olympia, se encuentra el que esta terapia funciona aumentando la cantidad de oxígeno disponible para los tejidos del cuerpo y reduciendo la inflamación. “La presión elevada dentro de la cámara también puede ayudar a aumentar el flujo sanguíneo y a acelerar la curación de los tejidos. Hay tumores que son altamente hipóxicos y por tanto más resistentes a los tratamientos con radio y quimioterapia”, agrega la doctora.

Una terapia farmacológica

A día de hoy, según ensalza esta especialista, “la medicina hiperbárica es considerada como una terapia farmacológica caracterizada por ofrecer la mayor acción anti-hipóxica conocida”, en palabras de la Sociedad Española de Medicina Hiperbárica. “Al encontrarse a una presión superior, el oxígeno se disuelve y transporta más fácilmente en la sangre, facilitando así la hiperoxigenación en todas las células del cuerpo”, valora Escribano.

En el caso del cáncer, según prosigue, ayuda a revertir el daño vascular, cicatriza tejidos, disminuye la tendencia de las células tumorales a esparcirse, demarca los tejidos muertos y los separa de los que todavía se pueden recuperar, puede en ocasiones disminuir el tamaño de las masas tumorales, a la que vez que estimula el metabolismo óseo, así como la respuesta inmunológica.

En este sentido, la especialista de Quirónsalud remarca que también la terapia de oxígeno hiperbárico se emplea para tratar quemaduras, lesiones de tejidos blandos, infecciones, heridas crónicas, y envenenamientos por monóxido de carbono. “También se ha utilizado para tratar afecciones neurológicas, como la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple, y el accidente cerebrovascular”, apostilla.

Con ello, la jefa del Servicio de Medicina Hiperbárica del Centro médico-quirúrgico Olympia de Madrid, la doctora Ane Escribano sostiene que esta tecnología, a través la hiperoxigenación de todos los tejidos (músculos, huesos y tendones) hace que se activen las células madre y, por lo tanto, se acelere el proceso de curación de los mismo. “Consigue estimular la creación de nuevos capilares sanguíneos, regula la formación de colágeno, y potencia el sistema inmunitario en su totalidad”, insiste la experta de Quirónsalud.

Aquí recuerda, por ejemplo, que son muchos los enfermos que a día de hoy reciben oxigenoterapia hiperbárica como tratamiento coadyuvante sobre los efectos secundarios de la radioterapia, dado que un 5% de ellos pueden presentar complicaciones derivadas de sus efectos, algunos hasta meses y años después de la terapia contra el cáncer.

Cómo funciona

Durante una sesión de terapia de oxígeno hiperbárico dice que el paciente se coloca dentro de la cámara. Poco a poco, según describe la doctora Escribano, se aumenta la presión en el interior de la cabina, que puede llegar a ser hasta tres veces la presión atmosférica normal.

“La cámara hiperbárica se llena con oxígeno medicinal. El oxígeno es un gas que normalmente es relajante para el paciente, por lo que es normal dormirse durante el proceso. Se puede cambiar de postura durante el tratamiento y moverse lo que necesite cada persona”, añade esta especialista.

Pero también, valora que, por efecto del aumento de presión, la temperatura puede aumentar hasta en tres grados, por lo que se crea un ambiente agradable y cálido para los pacientes. En el caso de las instalaciones de Olympia, esta especialista resalta que la cámara hiperbárica cuenta con televisión, de forma que el paciente durante el tratamiento puede ver sus series o películas favoritas.