Permanecer bajo la luz solar durante un periodo prolongado, especialmente en verano, puede tener efectos muy severos para la piel, siempre y cuando no se lleve a cabo el proceso de protección de la misma de manera correcta. Más allá del tipo de crema solar que se vaya a utilizar, resulta indispensable conocer la frecuencia de aplicación para que efectivamente cumpla con su función. En lugares como la playa o la piscina -donde el agua y el sudor la hacen perder calidad y eficiencia-, seguir un verdadero ritual de fotoprotección es clave para eludir las quemaduras solares, las manchas cutáneas y los procesos de envejecimiento de la piel, entre otros muchos efectos negativos.

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Cuándo debemos echarnos la crema

Los protectores solares deben ser aplicados precisamente entre 20 y 30 minutos antes de exponerse al sol. El margen mencionado asegura que la piel absorba los ingredientes activos y que se forme una barrera protectora efectiva frente a los rayos solares. No es suficiente con aplicarse la crema solar nada más llegar a la playa o a la piscina, anticiparse es lo que marca la diferencia cuando hay que prevenir los daños en la piel.

Cuándo volver a echarnos crema

Cuando ya se ha llegado a la playa, a pesar de que se haya aplicado previamente en casa, se debe volver a aplicar la crema solar. La fricción con la ropa, el sudor o la mera espera hasta llegar al lugar pueden reducir la eficacia del producto. Esta doble aplicación inicial refuerza la protección que se tiene frente a los rayos UVA y UVB.

¿Cada cuánto tiempo hay que renovar la crema solar?

Independientemente del índice de protección, hay que utilizar el fotoprotector cada 120 minutos, ya que se ha comprobado que, pasadas esas dos horas, el nivel de protección se reduce hasta un 80%. Este tiempo se verá reducido si se realizan baños intensos, hay sudoración abundante o si se seca con una toalla.

Después de un baño o después de sudar

Aunque en muchas cremas afirmen ser resistentes al agua, lo ideal es reaplicar después de cualquier baño o sudoración intensa. La fricción del agua y el secado con la toalla suponen que el filtro solar se haya eliminado en gran medida, poniendo en duda la protección. Las texturas más fluidas, como los sprays o los geles, tienden a evaporarse más rápidamente exigiendo su utilización con mayor frecuencia.

Cantidad de crema

Una protección correcta no depende solo del tiempo de aplicación, sino también de la cantidad de crema que se utilice. La dosis correcta corresponde a 35 gramos por cada aplicación completa, o lo que equivale a cinco o seis cucharaditas de café, o las que se usan para el postre; menos cantidad puede comprometer la eficacia del producto, dejando zonas vulnerables al sol y provocar las quemaduras en la piel.

Errores habituales al sol

Cualquier tipo de producto que sólo lo aplicamos una vez al día, igual que confiar en factores de protección altos como si fueran "pantalla total", o no tener en cuenta zonas como orejas, cuello y empeines, son fallos comunes. Es importante evitar la exposición solar entre las 12:00 y las 16:00 horas, cuando la radiación solar es más intensa.

Para cuidar bien la piel en verano, en determinadas situaciones como la playa o la piscina, hay que aplicar la crema solar con tiempo de antelación, volverla a aplicar cada dos horas, así como después de cada baño o sudoración y no escatimar en la cantidad de crema utilizada. La constancia del uso del fotoprotector es el mejor amigo que se tiene ante los daños solares.

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