To be continued. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el primer ministro británico, Boris Johnson, han pedido este domingo un "esfuerzo adicional" a los negociadores de ambos lados para que continúen en Bruselas las negociaciones para salvar un acuerdo de último momento que evite que el próximo 1 de enero el Brexit dé paso a una relación sin más reglas comerciales que los estándares de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

"A pesar del agotamiento tras casi un año de negociaciones, a pesar de que los plazos se han incumplido una y otra vez, creemos que es responsable intentar un esfuerzo adicional", ha dicho Von der Leyen en una declaración sin preguntas desde la sede de la Comisión Europea.

La declaración ha sido pactada por ambas partes y explica que han mandatado a sus negociadores para que continúen los contactos para ver si es posible un acuerdo "incluso en este último momento". Las negociaciones continuarán en Bruselas, ha precisado Von der Leyen.

El Brexit es un asunto pendiente que queda por cerrar después de que el Consejo Europeo de jueves y viernes concluyera con un sprint final. In extremis pudo alcanzarse primer un acuerdo sobre el fondo de recuperación, gracias a una extraordinaria negociación de la canciller, Angela Merkel, con Polonia y Hungría. Estos países eran reticentes a que se vinculara el fondo con el respeto al estado de Derecho. Finalmente accedieron a que así fuera, siempre y cuando hubiera un dictamen del Tribunal de Justicia de la UE.

Más horas costó alcanzar un consenso sobre la reducción de emisiones de CO2 al 55% en 2030 por las reticencias de Polonia, que ha de acometer un costoso proceso de transformación energética. A cambio de de generosas ayudas, Polonia accedió a tener esta meta.

Tres escollos finales con el Reino Unido

La Unión Europea está negociando con el Reino Unido en qué términos se establece la relación futura, una vez consumada la salida del club comunitario. Las negociaciones políticas las llevan a cabo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el primer ministro británico, Boris Johnson, quienes casualmente estudiaron en el Colegio Europeo de Bruselas.

Tanto la canciller alemana, Angela Merkel, como el presidente francés, Emmanuel Macron, han acordado que sea la presidenta de la Comisión Europea quien lleve la voz cantante en esta fase final para evitar disonancias entre los Veintiseis.

Son tres los escollos que han de salvar los negociadores, encabezados por Michel Barnier en representación de la UE, y David Frost, por parte británica. El remate final han de darlo los políticos. Hay diferencias sustanciales en pesca, porque la UE demanda acceso a las aguas británicas y el Reino Unido se opone; también en gobernanza y en cuestión de competencia leal (level playing field).

El hecho de que sigan dándose plazos alienta el optimismo. Boris Johnson busca un acuerdo que pueda vender en el Reino Unido sin que parezca una rendición. El primer ministro británico sabe bien que los ciudadanos empezarán a ver los inconvenientes del Brexit a partir del 1 de enero, cuando acaba el periodo de transición vigente.

Serán mayores si no se sientan unas bases negociadas para una relación futura y las normas son las de la Organización Mundial del Comercio, lo que presenta Johnson como la vía australiana.

A Boris Johnson la pandemia ya le ha ocasionado suficientes quebraderos de cabeza con una estrategia zigzagueante, que está pagando en popularidad. Si a eso suma los efectos de una salida sin acuerdo sobre la relación futura, tendrá difícil el año próximo, si bien no hay convocatoria electoral a la vista. También es cierto que los brexiters de su partido se le echarán encima si hace excesivas concesiones.

Sí la hay en Escocia, donde la actual primera ministra y favorita en los sondeos, Nicola Sturgeon, plantea celebrar un segundo referéndum de independencia. Los escoceses aprobaron mayoritariamente quedarse en la Unión Europea en la consulta sobre la salida de la Unión el 23 de junio de 2016.