El desafío que estamos viviendo estos días por parte de Marruecos al derecho internacional es un chantaje político y diplomático en toda regla. Felizmente, ni España ni la Unión Europea, parecen dispuestos a consentirlo. Tal vez, seguro, porque esta vez se ha ido demasiado lejos. La irrupción de ocho mil inmigrantes que por tierra o mar han entrado en territorio español y europeo a través de la ciudad de Ceuta es un nuevo pulso del peculiar monarca alauita, Mohamed VI, a cuyo padre, Hassan II, don Juan Carlos llamaba ‘hermano’, que ha colmado definitivamente el vaso de la paciencia de Madrid y de Bruselas.
Te puede interesar
-
España, entre los más golpeados de la UE en la guerra arancelaria: su PIB puede caer hasta un 3,46%
-
La Policía detiene a los padres de un niño de tres años por darle cocaína y cannabis
-
Detenidas dos personas por explotar a extranjeros en situación irregular
-
Sigue la búsqueda por tierra y mar del joven desaparecido en Carboneras
Lo más visto