Posiblemente, desde que nacieran los estamentos reguladores financieros y bursátiles, nunca se había experimentado una ruptura tan notoria entre inversores y las instituciones como la que se da con las criptomonedas.

Suele darse la circunstancia de que si un regulador o supervisor pone el cerco sobre cualquier tipo de inversión, dicho activo quede diluido a la nada como un terrón de azúcar en café hirviendo. Pero las criptomonedas resisten. Y no es solo que resistan, si no que se revalorizan año a año, a pesar de movimientos abruptos en diferentes episodios.

La última institución en sumarse a la cruzada contra las criptomonedas fue el banco central de China. El supervisor considera que se deberían “ilegalizar” todas las monedas digitales como el bitcoin o el ethereum

"Los intercambios de divisas virtuales en el extranjero que utilizan Internet para ofrecer servicios a los residentes nacionales también se consideran una actividad financiera ilegal", sostiene el banco central. Además, agrega que cualquier actividad relacionada con el criptominado “debe estar prohibida”. 

Esta afirmación supone un antes y un después en la historia de las criptomonedas dado que ningún supervisor de las principales economías había demostrado un rechazo tan absoluto a este tipo de activos. 

El BCE se piensa crear su propio euro digital

Por ejemplo, el Banco Central Europeo (BCE) no admite que a las criptomonedas se les tilde como monedas, sino como activos. Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, dijo que todas las criptomonedas, en las que incluyó las stablecoins y los activos especulativos, "no son monedas en absoluto" y que, por tanto “ deben ser regulados y supervisados por reguladores de activos”.  

"Las stablecoins simulan ser una moneda, pero en realidad están completamente asociadas a una moneda real", sostiene la presidenta del Banco Central Europeo, si bien es cierto que asume que “podrían servir para hacer ciertas transacciones”. 

No obstante, el BCE no es reacio al mundo criptodivisas y ya planea crear su propia moneda digital. El organismo inició hace unos meses la fase de investigación del proyecto que se basa en el desembarco de un euro digital que no sustituirá al efectivo, tras realizar durante casi un año un análisis y conseguir “resultados prometedores”. 

“Un euro digital tendrá éxito si agrega valor para las personas, los comerciantes y los intermediarios financieros en la zona del euro”, dijo el miembro de la Junta Ejecutiva del BCE Fabio Panetta.

La Fed, contra las criptodivisas

Otro de los grandes bancos centrales que se han posicionado en contra de los criptoactivos ha sido la Fed. El organismo estadounidense las considera como una “amenaza potencial” para la estabilidad económica, algo que también sostiene el Fondo Monetario Internacional.

Al banco central del país americano le preocupa que estos nuevos mecanismos financieros presenten las mismas vulnerabilidades estructurales en liquidez y vencimientos que los principales fondos monetarios, pero con menos transparencia.

Al igual que el Banco Central Europeo, la Fed también aboga por crear una criptomoneda bajo su tutela. Es decir, un cripto dólar. El organismo es consciente de que se tendrá que adaptar para ser capaz de competir con la rapidez de pagos y transferencias que ofrecen las 'stablecoins' y las casas de cambio.

El Banco de España también se moja

El Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) también valoraron, de manera negativa, la aparición de las criptomonedas, asegurando que la inversión en ellas tienen “extrema volatilidad, complejidad y falta de transparencia” por lo que "las convierten en una apuesta de alto riesgo".

Según las entidades, las dos divisas "han experimentado una elevada volatilidad en sus precios, lo cual ha sido acompañado de un aumento significativo de la publicidad, en ocasiones agresiva, para atraer inversores".

Los inversores confían en el bitcoin

Pero todas las advertencias y prohibiciones parecen caer en saco roto. Los inversores continúan apostando por monedas como el bitcoin, que crece en lo que va de año un 45%, a pesar de tener jornadas negras como las del viernes, que se dejó más de un 5% por culpa de la prohibición del banco central chino.

De hecho, la fiebre por las criptomonedas llegó hasta tal punto que durante el pasado mes de abril, adquirir un bitcoin tenía un coste de 62.980 euros. No obstante, diversos motivos como la reglamentación en diferentes países hizo que se desinflara poco a poco el globo de las criptomonedas, sin olvidar que casi ha duplicado su valor en este 2021.