Esquerra ha empezado a tantear con JxCat la sustitución de Laura Borràs al frente del Parlament en caso de que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña la condene por los delitos de prevaricación y falsedad documental. El juicio a Borràs por su gestión al frente de la Institución de las Letras Catalanas (ILC) quedó visto para sentencia el pasado miércoles, y JxCat insiste en público en reclamar que se respete la presunción de inocencia de su presidenta, por lo menos hasta conocer la sentencia.

Pero puertas adentro ambos partidos han empezado a desbrozar las vías de comunicación para reeditar el pacto de inicio de legislatura, por el que JxCat debía ocupar la presidencia del Parlament y ERC la de la Generalitat. Un pacto que Pere Aragonès puso en cuestión la semana pasada, tras los últimos desencuentros entre ambos partidos. Pero que la portavoz de Esquerra, Marta Vilalta, reivindicó este lunes tras la ejecutiva del partido.

Ha sido la propia Vilalta la encargada de abrir el fuego con el presidente del grupo parlamentario de Junts, Albert Batet. La portavoz ha enviado mensajes para tratar esta cuestión, según avanzó Europa Press. Junts no se ha posicionado todavía, pero en el partido ya se especula con posibles sucesoras.

Posibles sustitutas

El entorno de Borràs apuesta por Aurora Madaula, la única representante que Junts conserva en la Mesa del Parlament y persona de la máxima confianza de la presidenta de JxCat. Sería el relevo natural, pero el más incómodo para Esquerra. Madaula ha sido una de las voces más críticas con los republicanos, y de las que con más insistencia abogaron por la salida del Govern el pasado septiembre.

Los republicanos se sentirían más cómodos con nombres como los de la alcaldesa de Vic, Anna Erra, o la de Girona, Marta Madrenas. Ambas provienen de la antigua Convergencia y pertenecen al sector más institucional del partido. Y las dos han renunciado a concurrir como candidatas a sus respectivas alcaldías en las elecciones del 28 de mayo.

La presidencia del Parlament está vacante desde que Borràs fue suspendida el pasado julio, tras anunciarse la apertura de juicio oral por los delitos de prevaricación y falsedad documental. Desde entonces, la vicepresidenta de la cámara, la republicana Alba Vergés, ha asumido las funciones de la presidencia sin que se haya podido nombrar un nuevo presidente por la negativa de Borràs a renunciar al cargo.

Borràs reclama unidad

Su suspensión, con el apoyo de Esquerra, provocó la enésima crisis entre Junts y ERC que acabaría con la ruptura del gobierno de coalición de la Generalitat dos meses después. Desde entonces, Junts se ha negado a hablar de la sustitución de su presidenta. Pero desde la propia defensa de Borràs apuntan a una sentencia rápida del TSJC, que podría hacerse pública en las próximas semanas.

Si Borràs es condenada por prevaricación la Junta Electoral le retirará el acta de diputada. La Ley Electoral fija que son ineligibles los condenados por sentencia, aunque no sea firme, por delitos contra la Administración Pública.

Este fin de semana, la propia Borràs se refería a la posición de Esquerra, en su primer acto político tras el juicio: "da cierta vergüenza ajena oír al president Aragonès diciendo que el pacto con Junts para presidir el Parlament está superado". Ante el órdago republicano, Borràs defendió el compromiso de Junts con la unidad del independentismo.

"Tenemos las manos tendidas para construir juntos el sí del independentismo" aseguró. "Pero no para blanquear a aquellos de quienes nos queremos independizar" añadió. Una referencia que reprodujo el número dos de Junts, Jordi Turull.