Muchos ni siquiera se conocen personalmente. Los 133 cardenales electores dedican estos días previos al cónclave a descubrir a algunos de los compañeros con los que compartirán encierro en la Capilla Sixtina. Ocho de cada diez purpurados fueron nombrados durante el pontificado del Papa Francisco y muchos, representantes del colegio cardenalicio más diverso de la historia, ni siquiera se habían reunido antes en persona.
Una circunstancia que, avanzan algunos de los propios cardenales y expertos consultados por El Independiente, podría retrasar la elección del nuevo pontífice, que necesita de la mayoría de los dos tercios, situada en los 89 cardenales. Este lunes, en la décima Congregación de Cardenales desde la muerte de Francisco, han participado 179 cardenales, de los que 132 son electores. El número 133 se encuentra ya en Roma, con lo que el cuerpo encargado de escoger al Obispo de Roma se encuentran ya en el Vaticano. Uno de los últimos en llegar, anoche, fue el cardenal arzobispo de Yakarta, Ignatius Suharyo Hardjoatmodjo, después de 18 horas de vuelo.
Tras una oración conjunta, los cardenales han debatido -como en días previos- sobre “la vida y la misión de la Iglesia hoy”. “Hubo reflexiones sobre el derecho canónico y el papel del Estado de la Ciudad del Vaticano, pero sobre todo se centró la atención en la naturaleza misionera de la Iglesia: una Iglesia que no debe encerrarse en sí misma, sino acompañar a todos los hombres y mujeres hacia la experiencia viva del misterio de Dios”, detalla el comunicado de prensa difundido por la Santa Sede.
“Se mencionó el papel fundamental de Cáritas, llamada no solo a prestar socorro, sino también a defender a los pobres, dando testimonio de la justicia del Evangelio. Uno de los ponentes destacó la presencia de tantos periodistas durante estos días, como signo de que el Evangelio conserva todo su poder de significado incluso en el mundo actual: una presencia que es también una responsabilidad”, subraya la nota, que precisa que se contaron hasta 26 intervenciones guiadas por esa necesidad de “ser puerta abierta a la esperanza en un momento de miedo”.
Perfil y retos
Precisamente, otro de los asuntos que han completado los purpurados en la recta final del cónclave que se iniciará el miércoles por la tarde y que estará precedido por una misa matutina en la Basílica de San Pedro, es el diseño de un suerte de “retrato robot” sobre cómo debería ser el nuevo Papa mientras tratan de afinar a los posibles candidatos.
“Se discutió también el perfil del futuro Papa: una figura que debe estar presente, cercana, capaz de ser puente y guía, de favorecer el acceso a la comunión de una humanidad desorientada y marcada por la crisis del orden mundial; un pastor cercano a la vida real de la gente”, deslizan desde la Santa Sede, en mitad de múltiples quinielas sobre potenciales pontífices, desde los italianos Pietro Parolin, Matteo Zuppi o Pierbattista Pizzaballa; el húngaro Péter Erdő o el filipino Antonio Tagle.
Un retrato de mínimos trazado por los cardenales -entre ellos los papables- que está acompañado, además, por una guía de los retos que afrontará en una Iglesia en crisis y un mundo cada vez más polarizado y violento. “Se mencionaron muchos retos: la transmisión de la fe, el cuidado de la creación, la guerra y la fragmentación del mundo. Se expresó una fuerte preocupación por las divisiones dentro de la propia Iglesia. No faltaron referencias a las vocaciones, a la familia y a la responsabilidad educativa hacia los niños”, enumera el comunicado.
Entretanto, los preparativos para el cónclave está casi finalizados. En la tarde del sábado, el Camerlengo precedió al sorteo de las habitaciones: todos los cardenales electores serán alojados en la Casa Santa Marta y en las residencias adyacentes «Santa Marta Vecchia», que han sido adaptadas para este período de encierro. Los trabajos en la Capilla Sixtina están a punto de concluir, al igual que en la Casa Santa Marta y en Santa Marta Vecchia.
Los electores que lo deseen podrán incluso instalarse mañana por la mañana en los alojamientos que les han sido asignados. La Capilla Sixtina ha sido asegurada por la Gendarmería Vaticana. Los cardenales podrán acudir a la Sixtina en minibuses o andando y en el recorrido "habrá presencia de las fuerzas de seguridad", explicó el portavoz vaticano, que también dijo que se sellarán otras zonas del palacio pontificio cercanas a la Sixtina con los frescos de Migue Angel, como la Sala Regia a o la Capilla Paolina.
Últimos trabajos en la Sixtina
El juramento de los oficiales y asistentes al cónclave, tanto eclesiásticos como laicos, se ha realizado a primera hora de esta tarde en la Capilla Paulina, Primera Logia del Palacio Apostólico Vaticano. Han prestado el juramento de guardar absoluto secreto de todo lo que ocurra o será excomulgados. Todas las personas que participarán, aprobadas por el cardenal camarlengo y los tres cardenales asistentes, de acuerdo con la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, deben prestar y firmar el juramento prescrito en la Capilla Paolina.
Es uno de los últimos protocolos antes del juramento que realizarán el miércoles los cardenales. Una vez completado el juramento del último de los electores, el maestro de las celebraciones papales, Diego Ravelli, pronunciará las dos palabras que abrirán oficialmente el cónclave: "Extra omnes" , es decir, todos fuera, cerrando con llave la puerta de la Capilla Sixtina y se interrumpirá la transmisión.
El cardenal Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia durante 40 años, se dirigirá a los electores para la segunda meditación prevista por la Constitución. Una vez terminado su reflexión el cardenal Cantalamessa abandonará la Capilla Sixtina junto con el arzobispo Ravelli y los cardenales harán la primera de las votaciones. El cónclave estará presidido por el cardenal Pietro Parolin, en ausencia del decano, el cardenal Giovanni Battista Re, de 91 años.
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