La policía ha detenido a un hombre como presunto autor de la muerte de Laura Luelmo, la joven maestra zamorana cuyo cadáver fue encontrado ayer con signos de violencia a varios kilómetros de El Campillo (Huelva), la localidad a la que se había mudado recientemente.

Se trata de Bernardo Montoya, vecino de Laura, que había salido de la cárcel hace dos meses después de cumplir una pena de 17 años por asesinato.

El cadáver de la joven zamorana Laura Luelmo presenta un golpe en la cabeza y signos de violencia en el cuello, aunque por el momento, y a la espera de los resultados de la autopsia que se está practicando en el Instituto Anatómico Forense de Huelva, se desconoce cuál fue la causa de la muerte.

Fuentes de la investigación han indicado a Efe que se trabaja con la hipótesis de que Laura Luelmo fuera asesinada en un lugar y trasladada después al paraje donde fue hallada ayer, que todavía no había sido rastreado. En la primera inspección ocular al cuerpo de la joven profesora de 26 años encontrado en una zona de terraplén y matorrales a varios kilómetros de El Campillo (Huelva), localidad donde residía desde el pasado día 10, los agentes constataron que Laura tenía un golpe en la cabeza.

De la inspección sobre el terreno que durante varias horas hicieron los agentes de criminalística de la Guardia Civil, las fuentes han indicado a Efe que los efectivos se llevaron algunos indicios que tendrán que analizar, aunque los resultados de la autopsia serán claves para avanzar en la investigación. Las fuentes consultadas han explicado que el lugar donde se halló el cuerpo de Laura Luelmo no había sido rastreado anteriormente, sino que iba a ser inspeccionado ayer tras buscar el domingo en una zona limítrofe.

Por este motivo, decenas de voluntarios estaban por la zona y, de hecho, fue uno de ellos, el que alertó a la Guardia Civil, en torno al mediodía, de que había encontrado unas prendas de mujer. A 200 metros de la ropa, en las inmediaciones de la N-435, los efectivos de la Guardia Civil hallaron el cuerpo sin vida de la víctima.

Mientras, los investigadores de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil siguen recabando indicios sobre el autor o autores de los hechos, y estudian y descartan a posibles sospechosos.