La Oficina Presupuestaria del Congreso ha dicho este miércoles que la ley “grande y hermosa” del presidente estadounidense, Donald Trump, disparará el déficit en 2,42 billones de dólares a lo largo de los próximos diez años, una cifra que llega cuando el proyecto legislativo no ha terminado todo su recorrido en el Congreso del país, y en medio de un profundo debate sobre si realmente Estados Unidos debería endeudarse tanto.
Esos 2,42 millones de dólares son la diferencia que resulta entre el aumento de costes de 4,2 billones que incluye la ley y los recortes que contiene, por valor de 1,8 billones. Como actualmente el déficit de Estados Unidos es de otros 1,8 billones, la nueva ley supondrá un aumento de dicho déficit del 133% de aquí a 2055, grosso modo y sin tener en cuenta cuánto crecerá o caerá la economía en ese mismo periodo [esta es una cifra que no se incluye en el informe de la Oficina Presupuestaria, o CBO].
El Congreso estadounidense en su análisis no calcula qué impacto tendrán los aranceles en las cuentas públicas, puesto que la “gran y hermosa ley” de Trump no los incluye y el estudio se limita a estudiar dicho proyecto de ley, pero la idea del presidente es financiar ese aumento del gasto con los gravámenes que pagarán, según su plan, las empresas extranjeras que quieran seguir vendiendo sus productos en EEUU.
En un análisis diferente, el la Oficina de Presupuestos de ambas cámaras apuntan a que ese plan podría tener sentido: estima que la recaudación por aranceles podría alcanzar los 2,5 billones de dólares a lo largo de una década, y que esos ingresos reducirán lo que el Gobierno paga por intereses de la deuda en 0,5 billones más, lo que daría como resultado tres billones más de margen. Sin embargo, se trata de un cálculo preliminar, que no tiene en cuenta “cómo los cambios en los aranceles pueden afectar al tamaño de la economía”, remarca la CBO en su informe, y que en ningún caso relaciona o complementa con su estudio sobre la “bonita ley”.
La Cámara de Representantes del Congreso estadounidense aprobó el proyecto de ley de Trump el mes pasado, pero demócratas y republicanos aún debaten posibles cambios en el Senado antes de darle su visto bueno. Por eso, el debate sobre el déficit ha cobrado gran interés este miércoles, en un momento en el que algunos representantes están intentando aumentar los recortes que incluye la ley, y otros intentan reducirlos, sobre todo aquellos que tienen que ver con la cobertura sanitaria para los más vulnerables.
Si cuatro senadores republicanos deciden no respaldar el proyecto de ley, esta no saldría adelante, siempre y cuando todos los demócratas voten en contra, como han prometido. Ya hay algunos que han dejado claro que no pueden votar a favor de la ley tal y como está ahora mismo, y para aumentar esa oposición, el empresario Elon Musk, quien hasta el viernes pasado era el elegido de Trump para reducir el gasto público, ha escrito varios mensajes en X.
“¡Llamad a vuestros senadores, llamad a vuestros congresistas, ¡que Estados Unidos entre en bancarrota NO ESTÁ BIEN! ¡HAY QUE MATAR LA LEY!”, ha escrito el CEO de Tesla, SpaceX y X en la red, a la vez que publicaba imágenes de la película de Quentin Tarantino Kill Bill, que traducido literalmente significa tanto Mata a Bill como Mata la ley.
“La ley REDUCE el déficit en 1,4 billones a lo largo de los próximos diez años, cuando ajustas el gran truco de la CBO, que no usa una base política actual realista. Incluye 1,7 billones de dólares en ahorros obligatorios, más que nunca en la historia. Si te importa el déficit y la deuda, esta ley aumenta dramáticamente el panorama fiscal”, ha protestado en X el director de la Oficina de Presupuestos de la Casa Blanca, Russel Vought, acusando a la CBO de partidista.
Tanto Vought como algunos de quienes apoyan la ley mantienen que la Oficina de Presupuestos del Congreso, que es independiente, no está teniendo en cuenta el crecimiento económico que Estados Unidos va a registrar gracias a esa misma ley, y, en concreto, no incluye que gracias a las enormes bajadas de impuestos la situación económica de miles de personas mejorará, y por tanto, opinan, pagarán más en impuestos al Estado y compensarán así los recortes fiscales.
La deuda pública estadounidense es a día de hoy de 29 billones de dólares, y ya estaba previsto que aumentase hasta casi los 50 billones en 2024, según un análisis anterior de la misma oficina del Congreso. Para evitar alcanzar esas cifras, algunos republicanos presionaron para cambiar la ley y recortar el gasto que incluía, lo que ha rebajado significativamente el aumento del déficit total -aunque no tanto como planeaban-, pero también implican cambios en el programa sanitario que a día hoy cubre a los más vulnerables (Medicaid) y en la ley de Atención Médica Asequible (Affordable Care Act), lo que llevará a que alrededor de 11 millones de estadounidenses pierdan su seguro sanitario.
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