La temporada 2024-25 del FC Barcelona, coronada con el triplete de Liga, Copa y Supercopa, no ha estado exenta de tensiones internas.
Uno de los episodios más controvertidos ha sido la ruptura entre el mediocentro Pablo Torre y el entrenador Hansi Flick, un conflicto que ha culminado con la decisión irrevocable de Joan Laporta de apartar al jugador del proyecto deportivo.
La chispa de la discordia: declaraciones críticas de Torre
Pablo Torre, de 22 años y procedente del Racing de Santander, acumuló solo 421 minutos en 14 partidos durante la temporada, a pesar de destacar en encuentros como la victoria copera ante la UD Barbastro, donde aportó un gol y una asistencia.
En una entrevista con Sport, el cántabro expresó su frustración: "Creo que merecía más minutos. Flick ha sido injusto conmigo, y se lo dije personalmente en una charla".
Estas declaraciones, interpretadas como una falta de respeto a la autoridad técnica, activaron los protocolos disciplinarios del club.
El jugador argumentó que, pese a su buen rendimiento en los escasos minutos concedidos –4 goles y 3 asistencias en total–, las decisiones del técnico alemán le resultaron "incomprensibles", especialmente en partidos ya resueltos donde otros compañeros como Gavi recibieron preferencia.
Su descontento se agravó al comprobar que ni siquiera en la fase final de la Liga, con el título decidido, lograba ganarse la confianza de Flick.
La directiva, liderada por Joan Laporta, respaldó incondicionalmente al entrenador. Fuentes internas confirmaron a e-Notícies que "el jugador no vestirá más la camiseta blaugrana", descartando incluso una cesión y acelerando su traspaso definitivo.
Esta postura refleja la política de Laporta de priorizar la estabilidad del vestuario ante cualquier crítica pública, especialmente tras los recientes éxitos deportivos.
El Barcelona busca ahora una solución económica que evite perder la inversión inicial de 5.5 millones pagada al Racing en 2022.
Aunque inicialmente se barajó una renovación con cesión –como ocurrió con Eric García en el Girona–, las declaraciones de Torre han endurecido la postura del club, que ahora exige un traspaso con opción de recompra.
Equipos como el Porto, Girona y Elche han mostrado interés, aunque ninguno ha formalizado aún una oferta.
Este episodio se enmarca en una reestructuración más amplia del equipo. Junto a Torre, otros jugadores como Ansu Fati y Pau Víctor también abandonarán el Camp Nou, liberando espacio salarial para nuevos fichajes.
El club prioriza un central, un lateral polivalente y un extremo izquierdo, con nombres como Marcus Rashford o Nico Williams en la agenda.
La salida de Torre representa un punto de inflexión en la gestión de cantera bajo Flick. Mientras jóvenes como Lamine Yamal o Pau Cubarsí han prosperado, otros como el mediocentro cántabro chocan con la férrea disciplina del técnico alemán.
Este caso subraya el delicado equilibrio entre la exigencia competitiva y el desarrollo de promesas, un desafío que el Barça deberá resolver para mantener su hegemoní.
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