El mercado de trabajo estadounidense continuó creando empleo a un ritmo estable en junio, ahuyentando los temores sobre el avance de la economía y relacionados con la incertidumbre ligada a los aranceles, los altos tipos de interés y los despidos masivos en el sector público. En concreto, junio creó 147.000 empleos y el paro bajó hasta una tasa del 4,1%, según datos del Departamento de Trabajo de los que ha presumido el presidente del país, Donald Trump.
Algo parecido está sucediendo con la inflación. Pese a que varios factores, como las crecientes deportaciones y los aranceles, son sobre el papel inflacionistas, por el momento el reflejo en los precios está siendo muy limitado. En mayo, último dato disponible, la inflación subió un 2,4% en comparación con los precios del mismo mes del año anterior, y solo una décima por encima del dato de abril. De su lado, la inflación subyacente se mantuvo estable.
Sin embargo, donde sí está siendo evidente el impacto de la política- o, más bien, de la incertidumbre ligada a la política- comercial de Trump es en la divisa estadounidense. El dólar ha registrado su peor inicio de año desde 1973. Esto quiere decir que hacía 52 años que en los primeros seis meses del año no caía más de un 10%, cuando el expresidente Richard Nixon puso fin al patrón oro, es decir, a la convertibilidad del dólar estadounidense en oro. El resultado fue que el petróleo se disparó, la inflación hizo lo mismo, subieron los tipos de interés y se desencadenó la recesión del 82.
¿Qué tiene que ver el comportamiento del dólar con los aranceles? Los economistas creen que la percepción del mundo sobre Estados Unidos está cambiando, y si bien al principio los inversores en divisas veían a Trump como un presidente que rápidamente podía provocar efectos positivos para el crecimiento del país, a partir de mediados de enero eso cambió, y empezaron a temer a la inflación y a los aún altos tipos de interés. Después, los aranceles sembraron el pánico en los mercados tanto bursátiles como de bonos, y también entre quienes invierten en dólares, porque con las políticas de Trump es probable que los tipos de interés permanezcan altos durante más tiempo.
Y si bien lo habitual es que cuando los inversores están nerviosos recurran a activos que entienden como seguros, como tradicionalmente ha sido el caso del dólar, en esta ocasión el dólar, en lugar de fortalecerse, se está debilitando.
“El dólar estadounidense se ha debilitado conforme los inversores han buscado refugios seguros alternativos, lo que ha aumentado el precio de las materias primas. Los inversores tienen muchas razones para buscar seguridad este año y están cada vez más escogiendo el oro frente al dólar, que se está viendo comprometido por las preocupaciones relativas a la política fiscal y por la ambigüedad”, apuntan en una nota los analistas de BMO Economics. El Congreso estadounidense dio este jueves el último visto bueno que necesitaba la “beautiful bill” de Trump, su ley ómnibus que le permitirá implementar gran parte de su agenda y que se prevé que dispare la deuda y el déficit público a lo largo de la próxima década.
"Una de las razones detrás de esta fuerte depreciación del dólar es la dinámica de crecimiento entre Estados Unidos y el resto del mundo. Si la fortaleza del dólar en 2024 reflejaba la fortaleza del crecimiento estadounidense frente al del resto del mundo, el crecimiento de 2025 juega el papel inverso. Las perspectivas económicas de Estados Unidos se han deteriorado desde el principio del año, con un crecimiento cercano al 3% a finales de 2024 y del 1,5% en 2025, en el contexto de una política económica estadounidense incierta. Sin embargo, las perspectivas de crecimiento en el resto de grandes economías han permanecido estables", señalan en otro artículo los economistas de la compañía de servicios financieros francesa Société Generale.
"Y otro factor que explica la depreciación del dólar frente a otras monedas son los tipos de interés, que han favorecido al euro desde principios de año. Además, la fuerte incertidumbre sobre la dirección de la política económica estadounidense, en especial del lado internacional, también está contribuyendo a la debilidad del dólar. De hecho, uno de los objetivos de la Administración Trump es tener un dólar más débil para reducir el déficit comercial así como disminuir el papel del dólar como una moneda de reserva. Como resultado, los inversores están reduciendo su asignación de activos estadounidenses a favor de otras regiones”.
Esta fuerte depreciación del dólar, por otro lado, se ha producido incluso después de episodios de volatilidad bursátil, que en general suelen favorecer a la moneda estadounidense -como los anuncios de aranceles o los ataques a las instalaciones nucleares de Irán-. Como resultado, la paridad del euro y el dólar alcanzó en nivel del 1,18 a principios de este mes -un euro equivale a 1,18 dólares estadounidenses-. El 1 de enero la paridad era del 1,04, con lo que se ha apreciado más de un 12%.
En contraposición, la corona sueca ha avanzado un 15%, su mejor comportamiento en los primeros meses del año frente al dólar en los últimos 50 años, mientras que la corona noruega ha subido un 13%, su mejor aumento desde 2008. Asimismo, el franco suizo, el euro y el yen japonés también están entre los mayores beneficiarios de la caída del dólar.
Los analistas prevén una mayor caída los próximos meses
Según una encuesta llevada a cabo por Reuters, el dólar continuará débil los próximos meses, en medio de las preocupaciones por la deuda, las políticas comerciales erráticas de Trump y las crecientes expectativas de cara a un recorte de los tipos de interés. La ley ómnibus, que sumará 3,3 billones de dólares a la deuda nacional, llevará a más inversores a salir del dólar en los próximos meses. Ya el mercado de futuros muestra comercio de dólares está en su máximo de casi dos años, lo que sugiere que aún podría debilitarse más.
La mayoría de esos analistas encuestados por Reuters han señalado que el valor del dólar como "refugio seguro" se ha erosionado, y citan también comentarios de Trump hacia el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell como parte de los factores que "no auguran nada bueno" para las perspectivas económicas de EEUU de este año. Preguntados por cuál va a ser el principal factor que determine hacia dónde se dirige el dólar en los próximos meses, casi un 40% de los inversores ha apuntado a los aranceles, mientras que solo 18 entrevistados hablaron de los tipos de interés.
El próximo 9 de julio terminará la pausa arancelaria que Trump inició en el mes de abril con el pretexto de que necesitaba tiempo para negociar los gravámenes a imponer a cada socio comercial de Estados Unidos, lo que podría mover aún más el mercado. Mientras, el euro está de camino a conseguir su mejor rendimiento anual frente al dólar desde 2017.
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1 Comentarios
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hace 1 hora
Y la apreciación del euro favorece a europa?