Una veintena de dirigentes de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) han dimitido por su oposición a la labor del presidente, el cantante Lluís Llach.

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El exvicepresidente del Parlament de Cataluña Josep Costa y otros 19 secretarios nacionales de la ANC han abandonado la dirección de la entidad independentista, según ha avanzado este jueves el diario El Món y ha confirmado Europa Press.

Según figura en su web oficial, la Asamblea Nacional Catalana es una "organización de la sociedad civil estrictamente independiente de los partidos y la administración La Asamblea no recibe ni un euro de dinero público La organización consta de un Secretariado Nacional formado por 77 secretarios nacionales elegidos por sufragio universal que coordina las Asambleas de base".

En una declaración conjunta, la mayoría de miembros del sector crítico -más de una cuarta parte de la organización- constata la decisión de dejar la ANC tras la aprobación de la reforma de los estatutos que reduce las mayorías a la hora de tomar decisiones.

Los firmantes de la carta concluyen así que la estructura de la ANC "ya no es un instrumento útil para trabajar por la independencia".

Por ello, han hecho pública su decisión de desvincularse de la entidad independentista, aunque seguirán su activismo desde asambleas de base o desde fuera.

Buenas relaciones con la Generalitat

Para los firmantes, el equipo que dirige la ANC no ha conseguido ninguno de los objetivos que se propuso, con lo que el resultado "es una dinámica de inacción" que atribuyen al incumplimiento o fracaso en la ejecución de propuestas aprobadas o a la complicidad con partidos y actores institucionales.

"Hemos pasado de una ANC fuerte a la que el presidente de la Generalitat intentaba sin éxito boicotear las manifestaciones, a una ANC que no sólo no incomoda a los mismos partidos y liderazgos fracasados, sino que aprovecha cualquier ocasión para exhibir las buenas relaciones con ellos", destacan.

División y desmovilización

Tras considerar que la salud del independentismo y de la ANC es peor que la de hace un año, lamentan que no se les haya tenido en cuenta y acusan a Llach de haber fomentado debates internos que dividían.

"No sólo esto, se han celebrado o incentivado de manera incomprensible las dimisiones de personas valiosas para cualquier entidad", recriminan.

Así, acusan a la cúpula de la ANC de no haber hecho nada para revertir "la dinámica de división y desmovilización" del independentismo, algo que la condena a ser un actor secundario del movimiento, aseguran.

También señalan que los activistas comprometidos con el 1-O y críticos con los liderazgos de los partidos independentistas ya no son la mayoría de los que votan para decidir el rumbo de la ANC, y lamentan que hayan sido sustituidos "en buena parte por una base social pasiva, que se identifica o milita aún en los partidos políticos que luchan para controlar la entidad".

"El resultado es tan lamentable como inapelable: la ANC ha quedado absorbida por el establishment político que hace un año nos proponíamos combatir", critican.

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