El verano trae consigo días soleados, brisas marinas y el inconfundible sonido de las olas rompiendo en la orilla. Sin embargo, en las aguas cristalinas también se esconden animales fascinantes que, aunque bellas, pueden suponer un peligro para los bañistas. A pesar de que la mayoría de las medusas son inofensivas, existen algunas especies cuyo veneno es lo suficientemente potente como para arruinar un día de playa o, en casos extremos, requerir atención médica urgente. Es fundamental saber identificarlas para disfrutar del mar con total seguridad.

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Medusas en España

La presencia de medusas en las costas españolas es un fenómeno recurrente, especialmente durante los meses de verano. El aumento de las temperaturas del agua, tanto en el Mediterráneo como en el Atlántico, favorece la proliferación de estas criaturas y su acercamiento a las orillas.

Las medusas suelen aparecer arrastradas por las corrientes marinas y los vientos, y su densidad puede variar mucho de una playa a otra y de un día para otro. Algunas especies, si bien inofensivas en su mayoría, pueden provocar picaduras muy molestas y dolorosas, mientras que otras son considerablemente más peligrosas y requieren de una precaución especial.

Es importante destacar que no todas las medusas pican de la misma manera ni producen los mismos efectos. La reacción a una picadura depende tanto de la especie de medusa como de la sensibilidad de la persona afectada. Por eso, es fundamental conocer las medidas de prevención y saber cómo actuar en caso de una picadura.

Síntomas de una picadura de medusa

La mayoría de las picaduras de medusa provocan una reacción localizada en la piel que aparece de forma inmediata o a los pocos minutos. Los síntomas más habituales son:

  • Dolor agudo: una sensación de ardor, quemazón o pinchazo en la zona afectada, similar a la picadura de una avispa.
  • Marcas en la piel: la zona de la picadura se enrojece y, a menudo, quedan marcas o ronchas que reproducen la forma de los tentáculos de la medusa.
  • Picor e hinchazón: es normal que la zona pique intensamente y se inflame.

Estos síntomas suelen durar de unas horas a varios días, y las marcas pueden tardar más en desaparecer.

¿Cuáles son las más peligrosas?

Estas son 5 de las medusas más peligrosas que se pueden encontrar en las costas españolas:

  • Carabela portuguesa (Physalia physalis): aunque técnicamente no es una medusa, sino una colonia de organismos, es la más temida por su potente veneno neurotóxico, citotóxico y cardiotóxico. Su picadura puede causar un dolor extremadamente intenso y provocar síntomas sistémicos como náuseas, vómitos y, en casos muy raros, problemas respiratorios o cardiovasculares. Es más común en las aguas atlánticas, pero se ha avistado ocasionalmente en el Mediterráneo.
  • Medusa luminiscente (Pelagia noctiluca): también conocida como "clavel de mar", es una de las más abundantes en las costas del Mediterráneo. Se caracteriza por su campana rosada o violeta y su capacidad para emitir luz. Sus tentáculos son muy urticantes y su picadura causa un dolor agudo, ardor, enrojecimiento y la formación de ampollas. En algunos casos, puede dejar heridas que tardan en curarse.
  • Medusa compás (Chrysaora hysoscella): su nombre se debe a las bandas radiales de color marrón en su campana, que parecen los puntos de una brújula. Es frecuente en el Cantábrico y el Atlántico. Aunque su picadura no suele ser tan grave como la de la carabela portuguesa, puede ser muy dolorosa y causar enrojecimiento, inflamación e incluso náuseas.
  • Avispa de mar (Carybdea marsupialis): esta pequeña medusa cubomedusa es difícil de ver en el agua debido a su transparencia. A pesar de su tamaño, su picadura es extremadamente urticante y dolorosa, provocando un intenso ardor, ronchas rojizas y, en algunos casos, calambres musculares o ansiedad. Se encuentra principalmente en el Mediterráneo, especialmente en las costas del sur y este de España.
  • Medusa aguamala (Rhizostoma pulmo): es una medusa de gran tamaño, con una campana blanca y esférica. Sus brazos son gruesos y carece de tentáculos largos. Aunque su picadura no es tan grave como la de las especies anteriores, sigue siendo molesta y puede provocar irritaciones de gravedad media en la piel. Es común en el Mediterráneo y el Atlántico.

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