Nicolás Maduro está considerado por Estados Unidos como "el líder de un cártel de la droga". Está en su objetivo, como ha quedado claro al elevarse recientemente la recompensa por su captura a 50 millones de dólares, lo mismo que ofrecía por Osama bin Laden por ser el cerebro de los atentados del 11 de Septiembre. Y Estados Unidos va a utilizar “todo su poder” para combatir el narcotráfico, según ha confirmado la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt. En el Palacio de Miraflores y Fuerte Tiuna, donde en realidad vive Maduro, reina el nerviosismo. 

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Estados Unidos está preparado para "usar todo su poder" para frenar el "flujo de drogas hacia su país", dijo el martes la portavoz. "El régimen de Maduro no es un gobierno legítimo. Maduro no es un presidente legítimo. Es un fugitivo de un cartel de drogas, acusado por EEUU de tráfico de drogas", añadió.

El secretario de Estado, Marco Rubio, dijo al anunciarse que se elevaba la recompensa que Maduro era el líder de "una organización criminal". A instancias de Rubio, buen conocedor de la labor de la opositora María Corina Machado, la Administración de Trump no reconoce a Maduro como presidente legítimo. Tampoco lo hizo Joe Biden por el fraude cometido en las presidenciales del 29 de julio de 2024.

Hay un precedente que debe de provocar insomnio a Maduro. El general Manuel Antonio Noriega, líder de facto de Panamá, fue apartado del poder por Estados Unidos tras la invasión de finales de 1989. Fue juzgado y condenado por su relación con el cártel de Medellín, algo que sabía y consentía Washington durante años. Pero llegó un momento que su amigo panameño, que les ayudaba a encubrir operaciones militares, dejó de servirles. 

Trump y la lucha contra el narcotráfico

Es difícil imaginar una operación similar en Venezuela, pero Donald Trump es imprevisible y es cierto que está obsesionado con la lucha contra el narcotráfico. Tanto Maduro como gran parte de sus fieles, sobre todo Diosdado Cabello, cabeza visible del cártel de los Soles, se han enriquecido con el narcotráfico, según varias investigaciones periodísticas. Para Trump es más deplorable Maduro por su implicación en estas redes de la droga que por ser un dictador. Con otros dictadores no tiene problemas, ya lo hemos visto en la cumbre de Alaska, donde ha mostrado su devoción por Vladimir Putin. 

El nerviosismo y la confusión de Maduro y sus acólitos están justificados. Estados Unidos ha desplegado tres buques con 4.000 soldados en las aguas del Caribe en el marco de la operación antinarcotráfico. Algunas fuentes apuntan a que se acercarán a las costas venezolanas. Entre los medios asignados a esta misión de vigilancia se incluyen un submarino nuclear, aviones de reconocimiento P8 Poseidon, varios destructores y un barco de guerra equipado con misiles.

El secretario de Defensa, Pete Hegseht, ya dijo recientemente que al Ejército le compete "sellar las fronteras, repeler toda forma de invasión, incluida la inmigración masiva, el tráfico de drogas, el contrabando de seres humanos y otras actividades criminales".

"El Gobierno de Trump entiende el crimen organizado transnacional de Latinoamérica como una amenaza real para sus intereses, y va a priorizar el combate del narcotráfico internacional. Con el envío de la Marina, que se despliega con rapidez a regiones políticamente sensibles, manda un mensaje a los líderes en la región que tienen que ir con cuidado con EEUU", explica John Polga-Hecimovich, profesor titular de la Academia Naval de EEUU y autor de Authoritarian Consolidation in Times of Crisis: Venezuela under Nicolás Maduro. "Es coherente con la política internacional unilateral y coercitiva de la Administración Trump".

Democracia, migración y crimen organizado

Según decía en una entrevista en Semana, Julio Borges, ex presidente de la Asamblea Nacional, "tanto el deterioro de la democracia en toda la región como el problema migratorio están íntimamente relacionados con el crimen organizado. Retroceso democrático, migraciones y crimen organizado son los tres elementos más relevantes de lo que ocurre en la región. Y el protagonista de todos ellos, el foco perturbador, es Nicolás Maduro".

Para Borges, EEUU ha dado un salto cualitativo. "Cuando Maduro entra en ese nivel de ser señalado como cabecilla de toda una organización de droga, ya cruza un umbral sin retorno. Y recordemos que esto no se limita al tema de la recuperación democrática, sino que también tiene que ver con todo lo que está ocurriendo con el narcotráfico en la región".

Movilización de la milicia

Este movimiento de Washington ha llevado a Maduro a movilizar toda la milicia, integrada por unos cinco millones de reservistas, según cifras oficiales, que ponen en duda los opositores. Esta fuerza fue creada por el expresidente Hugo Chávez y posteriormente pasó a formar parte de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).

"Milicias preparadas, activadas y armadas. Y además, vamos a seguir avanzando en el plan de activación de las milicias campesinas y de las milicias obreras, con los cuerpos de combatientes obreros en todas las fábricas y centros de trabajo del país", declaró Maduro.

La milicia venezolana es un componente civil armado en el que participan funcionarios públicos, oficiales retirados, sindicatos y otras organizaciones del chavismo, que han recibido formación en acciones militares. "¡Misiles y fusiles para la clase obrera, para que defienda nuestra patria!", dijo Maduro. 

El mandatario también puso en alerta a la Fuerza Armada, después de que la Administración de Donald Trump reiterara que considera a Maduro como jefe del Cártel de los Soles y una amenaza para la seguridad nacional y elevó el precio por su entrega. 

Temor a los traidores

Es un paso que se considera que va dirigido a alentar la traición en el círculo cercano a Maduro: 50 millones de dólares pueden cambiar la vida a una decena de militares que le traicionen. Maduro lo sabe y está muy inquieto. Desde Colombia su hasta ahora aliado, Gustavo Petro, marca distancias, pero señala a EEUU que si interviene será "una nueva Siria". 

El senador republicano estadounidense Bernie Moreno lanzaba desde su cuenta de X una advertencia a Maduro. "Tenemos un presidente con la claridad moral y la fortaleza para proteger las vidas estadounidenses. A los terroristas se les tratará como siempre se les ha tratado. Maduro debería dormir con los ojos abiertos. Alguien en Venezuela será 50 millones de dólares más rico pronto", escribió el senador Bernie Moreno

Durante un tiempo Maduro y el régimen chavista confiaron en que se había impuesto la vía pragmática en la Administración Trump. Es la que encarna Richard Grenell, enviado para misiones especiales de la Casa Blanca. Negoció con el chavismo y logró la liberación de seis estadounidenses en febrero pasado. Incluso se dejó fotografiar junto a Nicolás Maduro. 

Sin embargo, el giro dado al poner en el objetivo a Maduro y señalarlo como líder del Cártel de los Soles revela que es ahora Marco Rubio, el secretario de Estado y antimadurista confeso, quien marca el rumbo sobre Venezuela. También lo sabe Maduro y por eso teme que Washington esté creando el escenario favorable para su salida. El riesgo es que pueda volverse paranoico y ser aún más brutal en su represión.

 

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