Álvaro Romillo (40 años) y su pareja se habían mudado el pasado 7 de julio de una vivienda en el barrio de Salamanca de Madrid a otra de alquiler a 18 kilómetros del centro de la capital. Él saltó a la fama a finales del año pasado cuando presentó una denuncia contra el eurodiputado Alvise Pérez asegurando que le había entregado 100.000 euros en metálico para financiar su campaña electoral. En realidad, en un mundo no tan reducido como el de las criptomonedas e inversiones online, ya era famoso y sus vídeos desgranando como evadir impuestos acumulaban decenas de miles de visualizaciones en Internet. A pesar de que está siendo investigado por la Audiencia Nacional, Romillo guardaba un inmenso botín en su casa que fue atracada hace unas semanas.
Este trader se convirtió en un personaje mediático tras el escándalo de Alvise, pero cuidó al milímetro que nadie accediera a su vida privada. Se puso en manos de abogados sólidos y en medio del tsunami de información sobre la posible financiación irregular del partido Se Acabó La Fiesta (SALF), dio una única entrevista en La Sexta a Ana Pastor donde negó ser un corrupto, midió sus palabras y desveló, entre otros asuntos, que Francisco Nicolás Gómez Iglesias, más conocido como el 'Pequeño Nicolás' se le había acercado de parte de Alvise para coordinar las defensas.
El mosaico de personalidades que rodea a Romillo no es cualquier cosa. En su última declaración ante el juez del Tribunal Supremo, un mes antes de que se produjera el monumental atraco, reveló que el político había contactado con él a través de "unos conocidos comunes de Dubái". En concreto mencionó a Mani Thawani --un influencer e inversor canario que fundó la empresa Mundo Crypto y organizó un polémico acto en el Wizink Center que no llegó a producirse-- y Andrew Tate --otro influencer británico acusado de tráfico de menores en Rumanía, entre otros delitos.
En sus vídeos, Romillo ha dejado cristalinas sus intenciones de ganar dinero por encima de cualquier otra cosa en la vida. Intentó durante un tiempo ocultar su rostro con una mascarilla negra, pero cuando saltó a la luz su relación con el eurodiputado poco sirvió ese barniz de anonimato en el que también escondía su nombre real bajo el pseudónimo de 'Luis CryptoSpain'.
A pesar de que está siendo investigado en la Audiencia Nacional por un presunto delito de estafa y de que todo el emporio que había creado con la mercantil Madeira Invest Club (MIC) --para inversiones en República Dominicana, en exclusivas colecciones de vino, en relojes, obras de arte y otros lujos-- se fue al traste con su imputación, Romillo no parece haber perdido un ápice de poder económico.
El pasado 11 de agosto después de la medianoche aterrizó junto a su pareja en la terminal privada del Aeropuerto de Barajas tras un "viaje de negocios" en Ibiza. Les recogió un Maybach, un coche de alta gama, para trasladarlos a su vivienda que no tenía alarma de seguridad ni cámaras de vídeo activas en ese momento. Y cuando ambos dormían sobre las tres de la mañana, cinco varones encapuchados y armados los sorprendieron en la habitación, los encañonaron con pistolas, los maniataron con cinta adhesiva de color rojo y unas bridas y procedieron a un robo casi de película.
El conocido como 'socio' de Alvise --apodo que no le hace justicia porque, en realidad, él mismo lo denunció-- ha vuelto este verano a ser noticia tras la denuncia de este extraordinario atraco. La documentación, a la que ha tenido acceso este periódico, describe cómo los asaltantes no sólo se llevaron 1,3 millones de euros en criptomonedas, sino que además se hicieron con un valioso botín de diamantes y relojes, un artilugio por el que Romillo tenía debilidad.
El listado comienza por seis relojes Omega valorados en 56.570 euros; seis Rolex, por 63.100; un Jaeger-LeCoultre de 1.500; un Breitling de oro de 1.800 euros; dos Tudor de 6.279; un Zenith, por 11.300; y más de 15 Patek Philippe equivalentes a unos 521.665 euros. Es decir, se hicieron con más de 660.000 euros sólo en relojes.
La Policía suma a este tesoro varias pulseras de Cartier y Rabat, así como algunas sortijas de diamantes, un anillo de compromiso con la inscripción "amor infinito" o una gargantilla con diamantes incrustados. Asimismo, se llevaron 20 monedas de oro valoradas en 60.000 euros y siete diamantes.
Según el relato de Romillo, uno de los atracadores tenía una pistola con un cargador repleto de cartuchos. "Sabemos que has robado mucho dinero, nos han contratado para recuperarlo, a mí me van a pagar igual tanto si te mato a ti como a tu mujer, así que colabora", le dijo el asaltante. Mientras este se mantuvo en las labores de contención de los habitantes de la casa, los otros dos rebuscaron en todos los rincones. Romillo aseguró que le provocaron varias lesiones con una pistola táser que él mismo guardaba. "Me has engañado diciendo que no tienes armas y eso tiene consecuencias", le dijeron. No fue la única lesión, el atracador también le clavó la punta de un cuchillo de cocina cuando quería conocer dónde estaba la caja fuerte.
En el armario encontraron tres paquetes de dinero en efectivo. Uno con 150.000 euros, otro con 50.000 y un tercero con 10.000. La caja fuerte, en cambio, no la pudieron abrir porque la víctima aseguró que se acababan de mudar y era de los propietarios de la casa.
A pesar de todo, el objetivo era acceder a las criptomonedas. Romillo les explicó que tenía cuatro teléfonos móviles y que había dos con sustanciosas cuantías. En el primero, 1,3 millones de euros y en el segundo 1,8 millones de euros, pero esta última cantidad no pudieron sustraerla al estar bloqueada en la Audiencia Nacional en el marco de la investigación que abierta contra él.
La Policía Nacional ha puesto atención al momento en el que uno de los atracadores realizó una videollamada con un varón de origen latinoamericano, de acento colombiano y de unos 40 años, con el que supuestamente consultaron cómo realizar la transferencia del dinero. "Según refiere el declarante, los autores de la agresión no tenían conocimientos técnicos sobre criptomonedas y desconocían la operativa, pero el interlocutor relacionado con los autores que se encontraba en la llamada sí era conocedor del funcionamiento de dichas operaciones", reflejaron los agentes.
Tras desvalijarlo todo, los tres asaltantes desataron a la mujer, se llevaron todos los teléfonos y les dijeron que cuando salieran por la puerta ella podría liberar a Romillo. Pasados unos minutos se cortaron las bridas con unas tijeras y al no localizar ningún móvil con el que pedir ayuda se desplazaron hasta la garita de seguridad de la urbanización para pedir auxilio. Eran ya las 7:15 de la mañana.
Hasta allí se trasladó la Policía Científica. Se percataron entonces de que los ladrones habían consumido un cartón de gazpacho, un brick de zumo y una lata de cerveza. Romillo y su pareja acudieron al hospital que dio parte de las lesiones sufridas. Un grupo de Seguridad Informática de la Brigada de Policía Judicial de Madrid hizo los chequeos pertinentes sobre las criptomonedas y según fuentes policiales en este momento la investigación todavía continúa abierta.
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2 Comentarios
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hace 15 minutos
De ese socio no me creo nada, pero nada de nada.
Solo hay que haber seguido el caso, para ver que Romillo no es trigo limpio y posiblemente se ha vengado de Alvise por algo que no ha podido conseguir.
Con el tiempo lo veremos.
hace 19 minutos
El que le roba a un ladrón tiene 100 años de perdón.