Mantener el horno completamente limpio no solo asegura que la cocina esté bien cuidada, sino que alarga la vida de este electrodoméstico y evita que sean los olores (o la grasa acumulada) los que lo conviertan en un problema. Aplicando sencillos pasos y usando productos que todos tenemos en casa, la limpieza puede hacer que se recupere el brillo del primer día y que su funcionamiento no pierda efectividad.

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Mantén el horno siempre limpio

El primer paso para asegurar que el horno se mantenga en perfecto estado es limpiar el interior del mismo después de utilizarlo. Para ello lo más adecuado es aplicar lavavajillas neutro con un estropajo verde al finalizar el uso con el horno frío. Este producto es menos agresivo que los geles típicos y respeta el esmalte pero también es un producto que permite eliminar los restos de grasa y suciedad de manera muy efectiva.

El hábito de la limpieza regular

Limpiar el horno después de cada uso es la medida más eficaz que se puede adoptar y evita la acumulación de grasa y restos que difícilmente se desprenden con el tiempo; una limpieza frecuente ayuda a preservar la estética del horno, pero también es un método eficaz para evitar los malos olores y las infecciones bacterianas provocadas por restos de comidas. En pocos minutos de limpieza después de cocinar, se reducen las horas de limpieza.

Trucos para limpiar el horno a fondo

Cuando la grasa está muy incrustada y los métodos utilizados no dan el resultado esperado, existe un truco casero muy eficaz que consiste en mojar la base del horno con vinagre de limpieza y espolvorear bicarbonato de sodio abundante. Esta mezcla es capaz de formar una pasta que, por un lado, "se pega" a la propia mancha -incluso las más rebeldes- y por otro, las ablanda sin dañar el esmalte ni dejar residuos peligrosos para la salud.

La secuencia paso a paso

Para que el vinagre y el bicarbonato hagan mejor su trabajo, es necesario encender el horno a una temperatura de 90 grados durante un tiempo de 10 minutos, sin que alcance la temperatura máxima. Una vez pasados los diez minutos, se apaga y se deja reposar entre 2 y 4 horas. Durante este tiempo la pasta realiza su trabajo descomponiendo la grasa incrustada. Una vez pasado ese tiempo sólo queda retirar la mezcla con una bayeta húmeda y repasar con el lavavajillas neutro y el estropajo verde. El resultado es un interior limpio y brillante, sin olores.

Cómo cuidar el horno

Si bien existen limpiadores para hornos, su utilización continua puede ser destructiva para el esmalte. Además suelen dejar olores fuertes y residuos para los alimentos, por lo que se suelen aconsejar productos que sean más naturales como el vinagre y el bicarbonato para no deteriorar el aparato y no perjudicar el entorno ni la salud.

Un horno más duradero

Un horno sucio funcionará peor y es muy posible que con el tiempo su rendimiento disminuya, dado que las paredes interiores del aparato están llenas de grasa y el intercambio de calor se puede ver alterado, haciendo que el electrodoméstico deba trabajar más de lo necesario y por lo tanto, consuma más energía. La limpieza periódica garantiza el mejor funcionamiento del aparato y prolongan su vida.

Cualquier horno por sucio que esté puede volver a lucir como el primer día. Con limpieza regular y lavavajillas neutro y una limpieza profunda de vez en cuando, utilizando vinagre y bicarbonato, se consiguen resultados efectivos y fáciles de aplicar respetando el esmalte. Adoptar este hábito en la cocina asegura un espacio limpio y ordenado, así como un espacio de calidad.

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