La protestas este domingo en Madrid durante La Vuelta ciclista a España por el genocidio en Gaza dejaron 22 policías lesioandos y dos detenidos. Los partes médicos de los agentes, a los que ha accedido parcialmente El Independiente, reflejan que una variedad de heridas sufridas durante el operativo.

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La organización de la prueba deportiva decidió en la tarde de ayer suspender la etapa final, que tenía como meta el centro de la capital. Según la Delegación del Gobierno, 100.000 personas se concentraron alrededor del recorrido para protestar por el asedio de Israel a la Franja de Gaza. Los manifestantes rompieron el cordón del último tramo de La Vuelta, lanzando vallas y objetos a los policías desplegados ante la previsión de reivindicaciones violentas.

Las imágenes muestran enfrentamientos entre los agentes de la Unidad de Intervención Policíal (UIP), los antidisturbios, y la multitud propalestina. Al grito de "¡viva Palestina libre!", consiguieron su objetivo: parar la etapa final. El punto de discordia es la participación de un equipo ciclista patrocinado por un millonario israelí que lleva el nombre del país en el maillot.

Según ha podido saber este periódico, uno de los agentes lesionados presenta un "traumatismo craneoencefálico leve". Es decir, un golpe en la cabeza provocado por los manifestantes. Otro terminó con un dedo del pie roto, por lo que seguramente cause baja médica. Entre los afectados hay varios con contusiones en distitnas partes del cuerpo, como las rodillas, muñecas, la cara, las manos... También hay uno con una luxación del dedo pulgar de la mano izquierda y otro con un esguince en el tobillo derecho.

Los principales sindicatos policiales han exigido responsabilidades. La Confederación Española de Policía (CEP) pidió una condena a quienes crearon el "caldo de cultivo perfecto" para el "boicot". Jupol criticó a los "responsables políticos que han hecho un llamamiento a las protestas", mientras que el Sindicato Unificado de Policía (SUP) acusó a Sánchez de "alimentar la protesta" y reprochó al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que "mire hacia otro lado", mientras subrayaba que el dispositivo fue "claramente insuficiente, poniendo en riesgo la seguridad de todos".

El mismo domingo por la mañana, los sindicatos se concentraron en Moratalaz (Madrid), sede de la UIP en la capital, para denunciar el "desamparo institucional y el deterior de las condiciones laborales" de los agentes que la integran.

"Normalidad" para el delegado del Gobierno

A pesar de las imágenes, que han tenido repercusión internacional, el delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, calificó las protestas de "pacíficas". Martín es el responsable político del dispositivo de seguridad, que desplegó a 1.100 policías nacionales y 400 guardias civiles.

En una rueda de prensa a última hora de este fin de semana, Martín dijo que el pueblo de Madrid ha enviado "al mundo un inmenso mensaje de solidaridad, humanidad y empatía con el sufrimiento del pueblo palestino".

El delegado del Gobierno defendió que el dispositivo policial fue "extraordinario" y que veló por la seguridad de los participantes en el evento y también de "quienes legítimamente han decidido salir a las calles a protestar, a pedir que acabe el genocidio y que acabe la barbarie". Según los cálculos oficiales, fueron 100.000 personas.

Martín agregó que las fuerzas de seguridad han impedido que se hable de "daños personales o materiales significativos" y que la capital se encuentró en "normalidad", a lo que añadió que ha habido dos detenidos.

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