Este lunes a las cinco de la tarde, media España estaba pendiente de la comparecencia de Carles Puigdemont después de la reunión de Junts que debía decidir sobre su respaldo al Gobierno de España. Y la otra media contaba los segundos de la cuenta atrás del lanzamiento de Berghain, el vídeo y el primer adelanto de Lux, cuarto álbum de estudio de Rosalía que se publica el próximo 7 de noviembre.
No cabe duda de que la segunda media España ha disfrutado mucho más, del trance y de su tarde, al descubrir a una Rosalía en modo mezzosoprano dramática que, después de recorrer el mundo durante dos años como la amazona inexpugnable de Motomami, ahora se quita el casco y pone el corazón sobre la mesa. El título, Berghain, como siempre, era un pretexto.
Tras el éxito global del disco, el concepto y la gira mundial que la consagró como estrella global, la expectación en torno al nuevo trabajo de Rosalía no puede ser mayor. Lo demuestra el alud de reacciones que ha suscitado cada gesto previo: las imágenes que desvelaban una estancia y un rodaje en Varsovia. La entrevista en un pódcast minoritario. El tumultuoso evento en Callao para revelar la portada, el título definitivo y la fecha de lanzamiento. Y hoy el vídeo de Berghain.
Con la orquesta a cuestas
Casi 50.000 usuarios estaban en espera en Youtube. En la ventana lateral, los comentarios corrían a la velocidad de un desfile de la Legión cuando se ha visto por primera vez a Rosalía entrando en un bonito apartamento europeo, equipado con muebles sólidos y decoración atemporal. Al descorrer las cortinas del salón aparece a su alrededor una orquesta clásica que la acompaña cuando rompe a cantar con voz de mezzo mientras plancha, se toma un café, hace la cama, lava de rodillas una prenda en la bañera.
Rosalía sale luego de casa, coge el autobús, le hacen un electro en la consulta del cardiólogo, y la orquesta la sigue a todas partes. También a una pequeña joyería donde intenta vender a buen precio un corazón de oro, que probablemente es el suyo y que se lo han roto. Y por eso está sola y dice en las entrevistas que es volcel, célibe voluntaria.
"Te follaré hasta que me quieras"
El corazón, el sagrado corazón, las cruces en los zapatos, en el pecho: en el vídeo de Berghain hay corazones por todas partes, para quien no esté para sutilezas, y el imaginario espiritual de Lux que trae locos a los analistas culturales desde que se conociera la portada del disco, con Rosalía vestida como una neomonja de raso con los labios pintados de oro.
Cuando vuelve a casa de sus mandados, Rosalía se transforma en Blancanieves y su piso es un cuento de los hermanos Grimm. Un petirrojo se apoya en su mano y Björk canta "this is divine intervention, the only way to save us is through divine intervention" –"esto es intervención divina, la única manera de salvarnos es con intervención divina"–. Luego se quedará dormida e Yves Tumor cantará brutal, entre imágenes pesadillescas de un ciervo-hombre, "I’ll fuck you till you love me" –"te follaré hasta que me quieras"–.
Tres minutos contundentes con Nicolás Méndez, cofundador de la productora Canadá, que ya dirigió el vídeo de Malamente –y la última campaña de Damm–, a los mandos. Su gente de siempre para hacer lo que no había hecho nunca: una canción que suena distinto a todo lo que ha publicado hasta la fecha y que ya está siendo interpretada a ambos lados del Atlántico. A la espera de conocer el resto del álbum, o quién sabe si algún adelanto más antes del 7 de noviembre, esta Rosalía exiliada del flow y los ritmos urbanos en un apartamento polaco promete dar mucho que hablar.
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