Las cuentas de la Seguridad Social se tensionan cada vez más. La propuesta impulsada por el grupo Sumar y aprobada por el Consejo de Ministros el pasado 29 de julio, de ampliar los permisos retibuidos por nacimiento/adopción y cuidados hasta las 19 semanas —32 semanas en el caso de las familias monoparentales—, supondrán un incremento en el gasto de la Seguridad Social de 3.902 millones de euros hasta 2030, según detalla la AIReF (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal) en su último informe sobre Las líneas fundamentales de los presupuestos de las Administraciones públicas para 2026.

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El documento de la Autoridad Independiente calcula que la ampliación del permiso se traducirá en un desmbolso extra de la Seguridad Social de 261 millones en el presente ejercicio. No obstante, en 2026 aumentará un 153%, hasta alcanzar los 661 millones y, posteriomente, se mantendrá esta senda creciente pero con mayor moderación: 694 millones en 2027, 727 millones en 2028, 763 millones en 2029 y 796 millones en 2030.

Así, para el periodo 2025-2030, la Seguridad Social tendrá que encontrar recursos por valor de 3.902 millones de euros. Pero esta no es la única partida al alza. La reforma del subsidio de desempleo sumará otros 5.171 millones y el incremento de las pensiones mínimas y no contributivas —y, por tanto, del Ingreso Mínimo Vital— añadirá otros 11.143 millones.

En total, desde este año y hasta 2030, la Seguridad Social tendrá que desembolsar 20.216 millones de euros —al margen de la revalorización anual de las pensiones y la presión demográfica derivada de la jubilación de la generación del baby boom—.

La trampa contable del MEI

Por su lado, la AIReF estima que las medidas fiscales adoptadas en la reforma de las pensiones del entonces ministro de Seguridad Social y actual gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, ingresarán 23.655 millones de euros entre 2025 y 2030: 16.169 millones a través del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), 3.768 millones por el aumento de las bases máximas de cotización y otros 3.718 millones por la cotización adicional de solidaridad.

Así, aunque en total, los ingresos menos los gastos del sistema dan como resultado un saldo positivo de 3.439 millones de euros, hay que tener en cuenta que la recaudación del MEI no podrá utilizarse durante este periodo. Por ello, el verdadero resultado da un saldo negativo de 12.730 millones.

El diseño del Mecanismo de Equidad se orienta, exclusivamente, a reforzar el Fondo de Reserva, la conocida "hucha de las pensiones". Pretende servir de colchón financiero capaz de amortiguar el impacto demográfico del envejecimiento y garantizar el pago de las prestaciones que tendrá que hacer la Seguridad Social cuando la generación del baby boom se jubile masivamente. Precisamente por esto, la reforma de Escrivá blindó su uso hasta 2033.

En este sentido, algunos centros de estudios, como el Ruth Richardson de la Universidad de las Hespérides, han catalogado la herramienta como "un mero artificio contable". Aunque el MEI ingresa dinero en la hucha, ese fondo no se utiliza de manera inmediata. Entonces, para cubrir las pensiones actuales, la Seguridad Social sigue dependiendo de las transferencias del Presupuesto General del Estado, lo que implica realmente un aumento de la deuda pública en lugar de un ahorro inmediato

Más transferencias del Estado

De esta forma, las instituciones públicas no podrán hacer uso del MEI y, mientras tanto, el sistema continuará dependiendo de la buena marcha del mercado laboral —a más afiliados, mayor recaudación por cotizaciones— y del respaldo directo del Estado.

La propia AIReF recuerda que la mejora coyuntural de las cuentas se explica, sobre todo, por la combinación de ingresos extraordinarios y de un aumento del apoyo presupuestario. En su informe, subraya que “la mejora del saldo entre 2025 y 2027 (prevé que el déficit pase del 0,5% del PIB en 2025 al 0,2% en 2027) se explica principalmente por el aumento del peso de los ingresos de los Fondos de la Seguridad Social, derivado tanto del incremento de las cotizaciones sociales como de las mayores transferencias de la Administración Central destinadas a compensar el desfase entre ingresos y gastos”.

Una tendencia que ya se ha ido reflejando en los últimos años. Por ejemplo, en el presente ejercico y hasta el último dato disponible —septiembre— sobre la Ejecución Presupuestaria de la Seguridad Social, las transferencias del Estado han aumentado un 20%, lo que confirma que el sostenimiento del sistema continúa requiriendo un fuerte respaldo público pese al buen comportamiento del empleo. Un respaldo estatal que se irá incrementado ya que, como se ha visto, las medidas de ingresos de la reforma de Escrivá seguirán siendo insuficientes para compensar los gastos.

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