La 'carretera' por la que circulará el ciclón de la modernidad energética está anticuada. En nuestro país muchos de sus tramos se construyeron e idearon hace más de medio siglo. Hoy, ni el uso, ni la intensidad del 'tráfico' energético es el mismo y lo será aún mucho menos en apenas unos años. La electrificación de las economías de todo el mundo empieza a tomar velocidad de crucero y en pocos años alcanzará un ritmo mucho mayor. Es en este proceso donde se inserta el pulso que el sector energético está librando con la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC) para que en los próximos años no se frene la captación de inversiones para modernización y ampliación de la red eléctrica española.
Compañías como Iberdrola han anunciado que la mejora de las redes de distribución y transporte serán su prioridad máxima los próximos años. La compañía que lidera Ignacio Sánchez Galán anunció que sólo en los próximos cuatro años invertirá 58.000 millones de euros en redes. Pero solo con eso no será suficiente. La red española se ha quedado obsoleta en muchos aspectos.
Mucha de la demanda de conexión a la red que se solicita no se puede satisfacer por falta de capacidad. Y el escenario que el sector augura en pocos años dibuja una demanda aún mucho más alta. Según datos aportados ayer por el CEO de Iberdrola en España, Mario Ruiz-Tagle, en la próxima década la demanda de energía crecerá un 50%. La electrificación de cada vez mayores sectores de la economía está detrás de ese incremento para el que España se preparar. Fijar un entorno atractivo, capaz de captar las inversiones que requerirá, se antoja esencial.
El colapso de la red española es ya una realidad. La saturación de muchos nudos de conexion de nuestra red es absoluta, sin capacidad para satisfacer nueva demanda. El año pasado más del 85% de las peticiones no pudieron ser satisfechas. Peticiones detrás de las cuales hay proyectos empresariales, ampliaciones de actividad o nuevos desarrollos. La proliferación de centros de datos, el cada vez mayor desarrollo de la Inteligencia Artificial o el avance en la movilidad incrementarán de manera muy importante la demanda que ya hoy no podemos satisfacer. Mejorar la red, `pero sobre todo, captar inversiones que la aceleren es una prioridad para el sector.
Captar inversiones
Pero para atraer inversiones estas deben ver margen para la rentabilidad. Es ahí donde la Tasa de Retribución Financiera juega un papel determinante en la pugna por inversiones entre países. En el caso de España será la CNMC la que deberá decidir cuál es la Tasa de Retribución Financiera (TRF) que tendrá nuestro país los próximos años. Actualmente está fijada en el 5,58%. Es la tasa que los consumidores abonan en sus facturas en concepto 'peajes' por renovación, mantenimiento y actualización de la red. Una retribución que el sector les traslada a modo de rédito por sus inversiones.
Ahora, toca renovar la Tasas de Retribución Financiera. En un primer momento la CNMC planteó una mejora que la elevó hasta el 6,46%. Poco después, ante las críticas del sector, accedió a plantear una remuneración ligeramente mayor, del 6,56%. Pero las energéticas recuerdan que en Europa muchos países plantean remuneraciones que oscilan entre el 7% y el 8% y que en el caso de España, la próxima tasa que se debería aprobar en ningún caso puede estar por debajo del 7,5%. Irlanda, por ejemplo, cuanta con una tasa del 8%. Tasas que, según recuerda el sector, son muy inferiores a las que se aplican a otros sectores regulados como el de las comunicaciones, con un 6,98% o el 8% que se aplica a las infraestructuras aeroportuarias".
El Ministerio para la Transición Ecológica les lanzó ayer un pequeño salvavidas. Lo hizo recordando a la CNMC, que aún debe emitir el informe final, que debe tener en cuenta la relevancia de la electrificación en la que estás inmersa España. Un proceso que requiere de inversiones y renovaciones que permitan acelerar el proceso de la descarbonización y subirse al tren de la electrificación de toda la economía. Por el momento el Ministerio de Aagesen no ha remitido su informe a la CNMC pero se confía en que pueda suponer una aval a las demandas del sector en favor de una TRF más competitiva.
Electrificación de la economía
La modernización y ampliación de la red no sólo permitirá acelerar la electrificación sino al mismo tiempo aportará robustez a la red ante posibles riesgos de suministro. El apagón del pasado 28 de abril ha vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de apuntalar una red capaz de absorber no sólo la demanda creciente sino también de poder incorporar con seguridad las energías renovables.
El foco está puesto en la transformación que sufrirá la demanda con cada vez mayor peso de industrias como los centros de datos o la movilidad eléctrica. Más aún la electrificación que se podría acelerar en la Industria. No contar con una red adaptada podría no sólo ahuyentar inversiones en favor de otros mercados sino también frenar el ritmo de avance en los proceso de descarbonización en marcha.
Ante las advertencias de que un incremento de la tasa de retribución supondría un incremento del pago de 'peajes' por este concepto en las facturas de los consumidores, el sector recuerda que con una mayor demanda conectada ese peso en las facturas se reduciría. Recuerdan que, en cambio, el perjuicio que supondría no ser capaces de actualizar la red y dar el salto de la electrificación sería mucho mayor para los consumidores en forma de proyectos y empleos perdidos.
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