El músico británico Chris Rea ha fallecido este lunes a los 74 años tras una breve enfermedad, según ha informado su familia en un comunicado distribuido por la agencia Press Association. Ha muerto rodeado de sus seres queridos.

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Nacido en 1951 en Middlesbrough, en el norte de Inglaterra, hijo de padre italiano y madre irlandesa, Rea creció en el entorno modesto de la heladería familiar. Durante la adolescencia trabajó en el negocio de su padre y aprendió a conducir con la furgoneta de reparto. Aquel paisaje cotidiano –las carreteras secundarias, los trayectos largos, el desplazamiento como forma de vida– acabaría filtrándose de manera constante en su imaginario musical.

Su carrera discográfica se extendió durante más de cuatro décadas y abarcó 25 álbumes de estudio, en los que combinó blues, pop, soul y rock suave con un estilo reconocible, sostenido por una voz grave y una guitarra de fraseo preciso. Debutó en 1978 con Whatever Happened to Benny Santini?, y ese mismo año obtuvo proyección internacional gracias a Fool (If You Think It’s Over), que alcanzó el Top 20 en Estados Unidos y le valió una nominación a los premios Grammy.

La banda sonora de la navidad británica

Aunque durante años permaneció al margen de las tendencias dominantes del pop británico, su consolidación comercial llegó a finales de los ochenta. The Road to Hell (1989) y Auberge (1991) alcanzaron el número uno en el Reino Unido y situaron a Rea como una figura central del soft rock europeo. Canciones como On the Beach, Josephine, Let’s Dance o The Road to Hell ampliaron su público y terminaron de fijar una obra marcada por la melancolía, el viaje y una épica sin estridencias. En total, vendió más de 30 millones de discos.

Especial relevancia adquirió con el tiempo Driving Home for Christmas, grabada en 1986 y convertida en un clásico navideño persistente en las listas británicas. La canción, escrita durante un viaje en coche con su mujer, creció con los años hasta convertirse en un ritual colectivo del periodo festivo. El propio Rea reconoció que en un primer momento trató de impedir su publicación, temeroso de que una canción navideña dañara su reputación como guitarrista. Décadas después, el tema seguía regresando a los rankings y a las campañas publicitarias, confirmando una popularidad que había escapado a cualquier cálculo inicial.

Hijo ilustre de Middlesbrough

El vínculo con su ciudad natal fue constante. El Middlesbrough FC ha sido uno de los primeros en expresar públicamente su pesar, recordándolo como “un icono de Teesside”, la región donde se ubica la ciudad. En 1997, Rea llegó a grabar una versión especial de Let’s Dance para celebrar que el club disputara la final de la Copa de Inglaterra. El alcalde de la ciudad ha subrayado que el músico “puso Middlesbrough en el mapa” y que el orgullo por sus raíces fue siempre recíproco.

En el plano personal, su salud se vio seriamente comprometida en las últimas décadas. En 2000 fue diagnosticado de cáncer de páncreas y se sometió a una compleja intervención quirúrgica al año siguiente, que le obligó a adaptarse a una nueva condición física. En 2016 sufrió un ictus y en 2017 se desplomó durante un concierto, aunque logró recuperarse.

Chris Rea deja a su esposa, Joan, y a sus hijas Josephine y Julia. Su música, construida a partir de carreteras, viajes y regresos, seguirá sonando como una banda sonora reconocible y discreta, ajena al énfasis, pero profundamente instalada en la memoria colectiva.

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