Garazi Sánchez (Getxo, 1992) no solo nació frente al mar. Con él creció, de él disfrutó y vivió. Pero también por el mar sufrió y a él dedica ahora su atención y cuidados. Hija de deportistas y amantes de las actividades al aire libre, Garazi pasó sus primeros años de vida jugando en la orilla con su hermana mientras su padre hacía kayak surf. Apenas había cumplido 7 años y ya se balanceaba sobre la madera Hang Ten de un vecino surfista. Una tabla que ha conservado junto a los éxitos y las recuperaciones que la han hecho ser campeona, ejemplo de superación y agente de cambio; como demuestra en su participación en Mejor Conectados, una iniciativa de Telefónica que inspira conexiones y empodera a la gente a través de historias motivadoras.

“Lo de menos era competir. Lo que importaba era subir a la furgoneta de los aitas para pasar el fin de semana con los amigos de la escuela de Gorka”, dice Garazi, recordando la primera conexión vital para su carrera. Gorka Yarritu empezó a entrenar a menores en su academia, Gorka Yarritu Surf Eskola Sopelana, en 1998. “Fueron mis primeros alumnos. Para ellos fue el comienzo de su pasión por el surf; y para mi, el inicio de un proyecto vital de 22 años”, explica él, con un recuerdo muy vivo: “Garazi era especial”.

El talento y la ambición inaudita para alguien de su edad llevaron a Garazi a Australia, la Meca del surf, cuando aún no tenía ni quince primaveras. Estudió bachillerato a distancia y presentó un proyecto para irse a las antípodas. De ahí a Maldivas, Indonesia, México, y a cualquier lugar que tuviese olas. Antes de cumplir la mayoría de edad, se le auguraba un exitoso futuro en el deporte tras haber surfeado medio planeta. Hasta que ese mundo conocido se volvió inhóspito para ella y su salud le obligó a dejar el deporte por primera vez.

El deporte como terapia

“El mundo me empezó a dar miedo”, describe Garazi. “¿Cómo me podía dar miedo ir a un restaurante con gente si no me iban a hacer nada?”, se pregunta. “Es un miedo irracional”. A los 18 años desarrolló ansiedad y aprensión hacia el mundo y las relaciones sociales. El reto ya no era dominar las olas, sino el mar revuelto de sus pensamientos. Entonces conoció a otro Gorka, también conexión fundamental para su crecimiento.

“Me encontré con una chavala muy joven, anímicamente muy tocada” cuenta quien pasó a ser su entrenador, Gorka Alegría. La surfista había perdido su equilibrio, y él reorientó sus objetivos para recuperar su estabilidad personal, familiar y deportiva: “Mi primer enfoque no fue intentar convertir a Garazi en la surfista que puede llegar a ser, sino que usé la herramienta del deporte para recuperar a la persona”.

Garazi retomó el control de sí misma a través del deporte y llegaron los éxitos. En 2017 fue campeona de España y subcampeona de Europa, y en 2018 reeditó su victoria nacional y terminó 22ª en el Mundial de Tahara (Japón). Pero en el verano de ese año recibió el segundo y mayor golpe de su carrera: un accidente en el mejor momento personal y profesional que no solo truncó su sueño olímpico, justo cuando las Olimpiadas reconocían al surf, sino que estuvo apunto de retirarla del deporte y dejarla en silla de ruedas.

El éxito es recuperarse y superarse

Era julio y, como de costumbre, disfrutaba de las olas en Hossegor, una de sus playas favoritas al sur de Francia, junto a su compañero y también surfero profesional, Andy Criere, cuando cayó de la tabla y sintió un fuerte dolor en la espalda que casi le hizo desmayarse en el agua. “Me apoyé en la tabla como pude y nadé hasta la orilla”, recuerda. “Cuando las quillas tocaron la arena, intenté levantarme pero me desplomé”.

Cuando llegó al hospital, no sentía las piernas, el daño en la columna era evidente, y la operación inminente. La única incógnita era saber si era un daño medular y si volvería a caminar. “Una operación de columna… ¿Quién te va a decir si luego…?”, recuerda Andy, suspendiendo con un silencio lo innombrable. El surfista, conexión esencial para el desarrollo profesional y humano de Garazi, no se separó de ella en todo el proceso. También estuvo a su lado su entrenador, Gorka.

Garazi no solo se recuperó, pudo caminar y volvió a subirse a una tabla de surf, sino que decidió entrenar con la vista puesta al sueño olímpico arrebatado en 2020, ahora en Paris 2024. “Hacía nada, solo 18 meses, estaba en una cama pensando que igual no volvía a andar”, explica Gorka. “Independientemente de los campeonatos ganados, su éxito es tener este empoderamiento personal para cumplir un sueño”.

Además, Garazi utiliza su carrera para crear nuevas conexiones y sensibilizar sobre diferentes temas. Junto a un documental sobre su recuperación, la surfista estrenó una producción acerca del desconocimiento de los océanos y del impacto negativo de los humanos en ellos ('Vergüenza', 2020), al que siguió otro proyecto de ocho capítulos en los que busca soluciones a sus reflexiones ('Quitando la vergüenza', 2022). “El objetivo no era surfear. El surf era la herramienta que usamos para tener una vida más equilibrada”, resume la deportista.

Garazi Sánchez, protagonista de 'Mejor Conectados'

En línea con esta vocación divulgativa, Garazi también ha participado en la iniciativa de Telefónica, Mejor Conectados, protagonizando el episodio 'Surf para lograr el equilibrio'. Esta iniciativa pretende visibilizar talento e inspirar conexiones para empoderar a las personas interesadas mediante historias que prueban la máxima de que 'cuando conectamos, somos capaces de hacer cosas increíbles'.

Mejor Conectados ofrece historias motivadoras en su sección 'Inspírate', donde se pueden encontrar relatos de personalidades como el tenista Rafael Nadal o el chef Ferrán Adrià, así como historias motivadoras como la del futbolista Keita Baldé, que mejoró la situación laboral de los jornaleros durante la pandemia; o la de Discamino, asociación que ayuda a que personas con discapacidad hagan el Camino de Santiago.

Esta iniciativa de Telefónica se completa, además, con el apartado 'Aprende', que muestra el testimonio en primera persona de grandes expertos y figuras en su campo, como Molo Cebrián, Marta Gilart, Gemita, Iñaki Gabilondo, Toni Nadal, María Zabala, Rafa Nadal o Amaya Valdemoro, a modo de pequeñas clases magistrales que conectan con su experiencia y sirven de inspiración y aprendizaje. “Queremos hacer nuestro mundo más humano conectando la vida de las personas”, afirma José María Álvarez-Pallete, presidente de Telefónica.