El futbolista neerlandés Quincy Promes ha sido condenado a seis años de cárcel por un delito de tráfico de drogas. Promes, que jugó en el Sevilla en la temporada 2018/2019, se ha visto implicado en el tráfico de más de 1.350 kilos de cocaína en dos cargamentos que viajaron desde Brasil hacia el puerto belga de Amberes en enero de 2020.

Según ha adelantado Het Parool, la sentencia de Promes, que actualmente milita en el Spartak de Moscú, es recurrible, aunque todo apunta a que será el final de la carrera deportiva del futbolista de 32 años que también ha pasado por Ajax, Twente y Go Ahead Eagles.

La fiscalía ha destacado que Quincy Promes no ha participado en el proceso judicial porque, según sus abogados, prioriza sus "obligaciones laborales" sobre la investigación criminal.

La fiscalía ha señalado que se colocó un equipo de escucha en el coche del sospechoso y se le vigiló: "La veracidad de la información de TCI (Equipo de Intelegencia Criminal) fue confirmada, en parte, por los teléfonos incautados a otras personas en los que se encontraron conversaciones en las que participaban los sospechosos. Muchos mensajes de chat dejaron claro que ambos estaban involucrados en la entrada, retirada, transporte y venta de estos dos envíos".

La capacidad económica de Promes hace entender a la justicia que, al tener dinero disponible para invertir en el tráfico de drogas, ocupa "un escalón alto en la escala organizacional" del grupo de narcotraficantes. La cifra invertida por el futbolista neerlandés en cuestiones de narcotráfico sería de 200.000 euros.

Problemas con la justicia de Quincy Promes

La causa por la que Promes ha sido condenado no es la única que se le atribuye. El veloz atacante nacido en Ámsterdam fue condenado a un año y medio de cárcel por apuñalar en una pierna y "causar graves lesiones físicas" a un familiar en julio de 2020. El recurso de Promes evitó que tuviera que pasar por prisión por el caso, ya que la Justicia concluyó que Promes debe pagar una compensación económica a la víctima.

El Ajax decidió vender a Promes inmediatamente después de conocerse el apuñalamiento del futbolista a su primo. La cifra que pagó el Spartak de Moscú por el habilidoso extremo fue de 8,5 millones de euros, casi la mitad de los 15,7 millones de euros desembolsado por el Ajax al Sevilla dos años antes.

Por el momento, Promes permanece en Rusia, lugar desde donde no puede ser extraditado a Países Bajos, que en caso de recibirle en su territorio le requerirá.