120 minutos han sido necesarios para resolver la primera semifinal de la Copa del Rey de un vibrante Real Sociedad-Mallorca. El sueño copero del Mallorca continúa. El conjunto balear es finalista de la Copa del Rey 21 años después gracias a una impecable tanda de penaltis.

Una primera intrascendente durante 44 minutos estuvo a punto de sufrir una importante modificación cuando agonizaba. Una temeridad de Raíllo provocó un penalti por mano que dejaba a Brais Méndez a 11 metros de adelantar a la Real Sociedad en la eliminatoria. El gallego trató de asegurar su lanzamiento y lo mandó al centro donde esperaban los pies de Greif para salvar el 1-0.

Los nervios dominaron un primer tiempo en el que la previa a la final no terminó por romper, algo que haría por por completo en el segundo episodio. Un cabezazo de Gio González superó a Remiro en el minuto 52 y puso al Mallorca a la Real contra las cuerdas.

Con el resultado en contra pero la grada a favor, la Real de Imanol empujó al Mallorca hacia su portería. El factor diferencial, un mermado Mikel Oyarzabal, saltó al césped con la misión de empatar, y así lo hizo. Brais Méndez se resarció de su penalti errado y sirvió una asistencia medida al milímetro para que Oyarzabal cruzase su derechazo directo a la red.

20 minutos restaban de los 90 reglamentarios. El Mallorca resistía el empeño de los locales, que rozaron la final con una doble ocasión que Samú se encargó de desbaratar con dos acciones que ya son historia del club.

Los txuriurdin dominaron el tiempo extra, pero el Mallorca, apoyado en el refresco que aportó Aguirre desde el banquillo, se agarraron a la fortaleza aérea de Muriqi. El killer del Mallorca aportó todo eso que le exige Aguirre, y el Mallorca se encaminó a una tanda de penaltis con la que tumbarían a la Real Sociedad.