90 minutos en Alemania separan al Atlético de Madrid de su regreso a una semifinal de Champions. Los rojiblancos han firmado el mejor partido de la temporada, con una primera parte sobresaliente, y viajarán a Dortmund con una ventaja mínima de 2-1.

El Atlético de Madrid salió al Metropolitano dispuesto a meter al Borussia en su propia área desde el primer minuto. La presión inicial dio su fruto en solo dos minutos, cuando De Paul intuyó la trayectoria del balón en la salida de los alemanes. El argentino, siempre con el colmillo afilado, definió con vibeza con el exterior y enloqueció al Metropolitano.

El fútbol son momentos y en los cuartos de final de Champions estos instantes decisivos son contados. El Atlético sentía que este era el suyo, ya que el Borussia parecía ajeno a lo que se jugaban españoles y alemanes.

Los colchoneros, lejos de frenar su ímpetu, fueron con todo a la línea de flotación de un Dortmund que se tambaleaba. Después de los primeros 20 minutos, con un Atlético muy superior, lo mejor para los alemanes era el 1-0.

Media hora tuvieron que esperar los miles de desplazados desde Dortmund para ver cómo su equipo se acercaba a la meta de Oblak con un córner. Todavía se lamentaba Samu Lino de la tarjeta amarilla que le impedirá participar en la vuelta cuando Griezmann fantaseó con una brillante asistencia en picada. Los fantasmas de la sanción desaparecieron en la mente de un despejadísimo Lino. Control y definición sin dejarla caer y 2-0 en poco más de 30 minutos.

Los de Simeone volaban, mientras, el Borussia, cerca del ko, se desperezaba por obligación. Un zurdazo de Maatsen, tan peligroso como lejano, hizo trabajar a un Oblak inédito hasta el momento. El Atlético se dio un respiro antes del descanso y el Dortmund comenzó a mostrar lo que ofrecería en la segunda parte.

El regreso de los vestuarios evidenció el cambio de incercia en el choque. En cuestión de 10 minutos, el Borussia creó más peligro que en toda la primera mitad; sin embargo, el Atlético se repuso de los que hasta entonces eran sus peores momentos y retomó presencia en el encuentro.

La ocasión de la que no esperan tener que acordarse los atléticos la tuvo Lino, que con todo a favor presentó el interior en boca de gol. Ahí apareció un milagroso Kobel, que sostuvo a su equipo con una parada antológica.

Los cambios de los alemanes inclinaron el campo hacia la meta de Oblak. Con un Atlético fatigado y un Dortmund apurado por la urgencia del resultado, el partido cambió por completo. Haller cazó balón suelto en el área y remató como se le pide a los '9'. 2-1 y 10 minutos para el final, el escenario era completamente diferente al que se planteaba segundos antes.

La ventaja que pudo ser casi definitiva se convirtió en una distancia minúscula. El Dortmund despertó y rozó un empate que solo pudo evitar la madera en dos ocasiones. Primero el larguero y después la escuadra, salvaron a un Atlético de Madrid que mostró su mejor y peor cara en tan solo 90 minutos, los que le separan de la semifinal de la Champions.