El estado de salud de Carlos Salvador Bilardo, el histórico entrenador que llevó a Argentina al mundial de México 1986, ha empeorado según reveló su amigo y exasistente técnico Miguel Lemme. En una entrevista con Super Deportivo Radio, Lemme describió con dolor la actual situación del "Doctor", quien a los 87 años padece el síndrome de Hakim-Adams, una enfermedad neurológica irreversible que afecta gravemente sus capacidades cognitivas.

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"Ya no reconoce a nadie", confesó Lemme con la voz quebrada. El exayudante de campo explicó que Bilardo sufre un deterioro cognitivo severo que le impide reconocer incluso a sus seres queridos más cercanos. "A veces confunde a la hija con la esposa", agregó, describiendo uno de los síntomas más dolorosos de esta patología neurológica.

El síndrome de Hakim-Adams, también conocido como hidrocefalia de presión normal, fue diagnosticado a Bilardo en 2017. Esta enfermedad provoca un progresivo deterioro cognitivo, trastornos en la marcha e incontinencia urinaria debido a la acumulación de líquido cefalorraquídeo en los ventrículos del cerebro.

Miguel Ángel Lemme, quien fue futbolista del Estudiantes campeón en 1982 bajo las órdenes de Bilardo, mantiene una relación de amistad que comenzó hace más de 40 años. A pesar de la promesa que se había hecho de no visitarlo cuando dejara de reconocerlo, el amor y la lealtad pudieron más.

"Yo dije siempre que el día que no me reconozca, no voy más. Pero es más fuerte que yo. No lo puedo dejar", confesó Lemme. El exfutbolista visita ahora a Bilardo tres veces por semana, reduciendo la frecuencia de sus visitas anteriores porque "me hace mal".

Durante sus encuentros, Lemme mantiene rituales emotivos: "Siempre que llego, le canto: 'es el equipo del Narigón'. Lo beso y lo abrazo". Sin embargo, la dureza de la situación lo afecta profundamente. "Hay días que me vuelvo llorando a casa", admitió con sinceridad.

La relación entre Lemme y Bilardo se forjó durante la época dorada del Estudiantes de La Plata en 1982, cuando el equipo se consagró campeón del Metropolitano. Posteriormente, Lemme acompañó a Bilardo como ayudante de campo en el Sevilla de España (1992-93) y en otros equipos.

"Él tuvo 200 mil personas alrededor y siempre me buscó a mí", recordó Lemme. "Fue una conexión del año '82 hasta ahora, y más ahora no lo voy a dejar ni loco. Él no me soltó la mano a mí y yo ahora no se la suelto".

Carlos Salvador Bilardo es considerado uno de los entrenadores más importantes de la historia del fútbol argentino. Su mayor logro fue dirigir a la selección argentina en el Mundial de México 1986, donde junto a Diego Armando Maradona conquistó el segundo título mundial para Argentina, venciendo a Alemania Federal por 3-2 en la final.

También llevó al equipo a la final del Mundial de Italia 1990, donde Argentina cayó ante Alemania por 1-0. Como jugador, Bilardo formó parte del histórico Estudiantes de La Plata que ganó tres Copas Libertadores consecutivas (1968, 1969 y 1970) y la Copa Intercontinental de 1968.

Actualmente, Bilardo vive recluido en su departamento del barrio porteño de Caballito, bajo el cuidado constante de su esposa Gloria y su hija Daniela. Su familia mantiene un hermetismo sobre su estado, y solo se conocen detalles a través de las visitas de sus amigos más cercanos.

Los excampeones del Mundial 1986 suelen visitarlo regularmente, manteniendo vivo el recuerdo de aquellos días gloriosos. En su último cumpleaños, el 16 de marzo, varios de sus exjugadores como Garré, Ruggeri, Burruchaga y Giusti lo visitaron y se fotografiaron junto a él.

"La enfermedad que tiene no es recuperable, pero yo siempre lo veo bien", explicó Lemme al referirse al acompañamiento médico y familiar que rodea al exdirector técnico. El síndrome de Hakim-Adams es una patología que afecta principalmente a adultos mayores y se caracteriza por síntomas similares al Alzheimer y Parkinson.

A pesar de los avances de la enfermedad, el entorno de Bilardo continúa acompañándolo con afecto y cuidado constante, intentando sostener su calidad de vida dentro de lo posible. El testimonio de Lemme refleja no solo la dureza de la enfermedad, sino también la fortaleza del amor y la lealtad que trasciende el reconocimiento y la memoria.

La historia de Carlos Bilardo y Miguel Lemme es un ejemplo conmovedor de cómo los vínculos humanos genuinos pueden mantenerse incluso cuando la enfermedad borra los recuerdos, demostrando que a veces el amor no necesita ser reconocido para seguir siendo real y profundo, según informa EFE.

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