Mantener limpia la playa, especialmente de colillas y recipientes de productos altamente contaminantes como los bronceadores y las pilas; no arrancar plantas del entorno; no recoger animales vivos; evitar que los animales domésticos (y lo usuarios) pisen las dunas; no malgastar el agua potable y elegir los lavapiés frente a la ducha siempre que sea posible. Son algunas de las medidas recogidas en el Manual de Buenas Prácticas desarrollado por el Circuito profesional de vóley playa Madison Beach Volley Tour y la Federación Española de Vóleibol, dentro de su programa de concienciación medioambiental llamado “Olas Vivas”.

Como usuarios habituales de las playas españolas, profesionales de este deporte han dado un paso al frente en el cuidado de estos entornos naturales, crecientemente amenazados por la mano del hombre. Las costas y playas españolas están –de forma más o menos visible- “llenas de basura”. Según recuerdan los promotores de esta iniciativa, “Cada año, más de ocho millones de toneladas de basura terminan en el fondo del mar, un problema que amenaza a los ecosistemas marinos y a su biodiversidad. Se calcula que tan sólo un 15% de los desperdicios que se vierten al mar termina en las playas. El 70% se hunde y el otro 15% queda en la columna de agua”.

Ante este problema, vinculado con el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 14 de Naciones Unidas, urgen planes de concienciación social con embajadores que actúen como modelos a seguir. Y quién mejor que los deportistas profesionales de vóleibol. “Nos sentimos en la obligación de ayudar en la protección del entorno en el que ejercemos nuestra actividad, y sobre la que también ejercemos un impacto”, comenta una portavoz de la iniciativa. “Tenemos dos metas claras, el objetivo principal que planteamos es sensibilizar, concienciar y formar a la comunidad del Vóleibol en España y a la población en general, incluyendo a los turistas y a los asistentes al circuito, con un especial esfuerzo en los más jóvenes y en las familias”.

Concretamente, las acciones incluidas en el programa “Olas Vivas” consisten en talleres para niños sobre recogida y reciclaje de residuos; concursos fotográficos para animar a los participantes a mirar a su entorno con otros ojos y detectar los efectos de la degradación del paisaje y rigurosas batidas de limpieza “para dejar las playas mejor de cómo las encontramos antes de celebrar cada torneo”.

Este proyecto, que dio comienzo el año pasado, inauguró su segunda edición este fin de semana en la playa de Maspalomas de Gran Canaria, donde se celebra la Copa de España de este deporte olímpico que practican más de 300.000 personas, de los que 70.000 son jugadores federados. Las siguientes paradas, siempre de la mano de la Federación Española de vóleibol, será en la playa de San Lorenzo de Melilla; playa la Salvé (Laredo); playa L’Arrabassada (Tarragona) y Reserva del Higuerón (Fuengirola).