La pobreza infantil es todavía un punto débil para España. En 2016, un 29,7% de los niños en España estaba en riesgo de pobreza. En 2017, según los indicadores de la Encuesta de Condiciones de Vida del INE, este porcentaje ha descendido al 28,1%, un significativo 1,8% menos. Lo cual revela una tendencia positiva de la que hay que alegrarse. Por su parte, el informe Construyendo el futuro de UNICEF señalaba que “casi 1 de cada 3 niños españoles (31%) carece de los niveles mínimos en 2 de 7 dimensiones de bienestar definidas a nivel de los países ricos. Además, el 12% de niños menores de 15 años vive en hogares que presentan inseguridad alimentaria moderada o grave”.

En estos términos también se pronunciaba en su día el informe “España frente a los retos de la Agenda de Desarrollo Sostenible” elaborado por Oxfam Intermón en el que se indicaba que “España debería reducir a la mitad los niveles de pobreza para 2030 respecto a los datos de 2000 y alcanzar la meta de menos de cinco millones de personas en riesgo de pobreza y exclusión social” y añadía que “se debería reducir a menos de 1,1 millones el número de niños en riesgo de pobreza o exclusión social, por lo que se recomienda la adopción de un Pacto de Estado por la Infancia”, que, de momento, no se ha producido y se lleva reclamando desde 2013.

España invierte poco más de la mitad de la media europea en protección social de los niños y niñas y sus familias

“Lo que es una realidad que no podemos ocultar es que casi uno de cada tres niños y niñas en España, más de 2,6 millones se encuentra en riesgo de pobreza o exclusión social. Esta cifra aumenta aún más si se trata de niños con ambos padres extranjeros (70%). En definitiva, España tiene uno de los niveles de pobreza infantil más altos de Europa, pero invierte poco más de la mitad de la media europea en protección social de los niños y niñas y sus familias. Ese gasto es del 1,3% del PIB frente al 2,4% de la media europea, lo que deja a España en el puesto 23 de los 28 países de la UE”, explica Sandra Astete, especialista en Políticas de Infancia de UNICEF Comité Español y experta en la implementación de los ODS.

Hace un mes el Gobierno de Pedro Sánchez anunciaba la creación de un Alto Comisionado de Lucha contra la Pobreza Infantil. Este paso es importante para acercarse a la consecución del primero de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. “Creemos  que la Alta Comisionada deberá empezar por el diálogo y diagnóstico de la situación de los niños, especialmente, los más vulnerables en España. Hay mucho trabajo ya hecho y sobre el que se puede empezar a trabajar desde hoy mismo, pero lo primero es hacer un análisis del impacto de la políticas públicas en los niños, garantizar recursos suficientes y mecanismos de coordinación con los ministerios, comunidades autónomas y el sector social, que son los que aplican e implementan las medidas”, señala a El Independiente Sandra Astete.

Medias urgentes a adoptar

Entre las medidas que desde la Fundación UNICEF entienden que hay que comenzar a aplicar de forma urgente estaría la creación de una prestación universal por niño al cargo cuya cantidad sea de 100 euros mensuales, tal como ocurre en 22 de los 28 países de la UE.

Otra medida que se debería contemplar sería la adopción de la Ley Integral de Violencia contra la Infancia. “No podemos olvidar que en España, cada día 37 niños y niñas son víctimas de maltrato infantil en el ámbito familiar, lo que supone algo más de 13.800 menores al año, según datos de 2015. Desde el año 2012 hasta 2016 el número de niños y niñas víctimas mortales por causas violentas supera las 100. Al igual que en el resto del mundo, la mayoría de los casos de violencia contra la infancia en España no se llegan a denunciar nunca”, argumenta especialista en Políticas de Infancia de UNICEF.

El sector privado tiene mucho que decir al respecto a la hora de lograr cumplir con los ODS

Sin embargo, el sector público no es el único que debe estar implicado en la erradicación de la pobreza infantil. El sector privado tiene mucho que decir al respecto a la hora de lograr cumplir con los ODS. Desde la fundación consideran que desde las empresas se está trabajando de manera sostenida para integrar la Agenda 2030 en sus modelos de negocio y cadenas de valor.

Lo que está claro es que para que toda la maquinaria funcione perfectamente se debe poner a los niños en el lugar que les corresponde, tener esa visión de la infancia y sus derechos de manera interiorizada en todo el aparato estatal así como en las empresas de los diferentes sectores económicos. Es por ello que los pasos que se están dando en estos momentos pueden convertirse en los primeros escalones que lleven a alcanzar la cima en el cumplimiento del Objetivo número uno de la Agenda 2030.