Pese a presentar unas cuentas de récord, el Real Madrid ya no es el club más valioso del mundo. El conjunto presidido por Florentino Pérez ingresó la temporada pasada 620,1 millones de euros, un 7,4% más que durante la temporada 2014-2015. Es la primera vez que el equipo blanco logra superar la barrera de los 600 millones de euros en ingresos, ya que durante el curso que finalizó en 2015 entraron en las arcas de Chamartín 577,7 millones de euros.

Pese a ello, el Real Madrid ha perdido el trono del mundo del deporte. Según el ranking que publica cada año la revista Forbes, el equipo de la Castellana se ha visto superado por primera vez desde que en el año 2013 le arrebatara la primera posición al Manchester United.

La franquicia deportiva más valiosa del mundo es Dallas Cowboys, el conjunto de fútbol americano de la National Football League (NFL) estadounidense. Los de Texas están valorados por Forbes en 4.000 millones de dólares, 3.585 millones de euros, un 25% más que en el año pasado. Es la primera vez desde 2010 que un club de fútbol no ocupa la primera posición de la clasificación, un honor que se han llevado los Cowboys gracias a unos ingresos operativos de 270 millones de dólares (242 millones de euros) y a los beneficios que saca de su estadio.

El coliseo en el que juega el equipo de Dallas, que está en Arlington, se inauguró en 2009 y tiene capacidad para 80.000 personas. La propia ciudad aportó 325 de los alrededor de 1.300 millones de dólares que costó la construcción para acoger los partidos de locales de los Cowboys. El estadio, que es uno de los grandes culpables del alto valor de la franquicia, tiene un techo retráctil que se abre en nueve minutos y la pantalla de videomarcador más grande de un estadio deportivo: 1.070 metros cuadrados y 40 millones de dólares de coste.

Jerry Jones, el dueño de los Cowboys, es uno de los propietarios más mediáticos. Su franquicia ingresa cada año 120 millones de dólares (108 millones de euros), del gigante de las comunicaciones AT&T por ponerle nombre al estadio, además de los 125 millones de dólares (112 millones de euros), que entran en las arcas del equipo cada año por la venta de los asientos premium.

Podio español

El segundo cajón lo ocupa, como hemos explicado, el Real Madrid. El equipo blanco vale 3.650 millones de dólares (3.272 millones de euros), según Forbes. El conjunto merengue ha conseguido reducir su deuda neta desde más allá de los 100 millones de euros hasta terreno negativo, y es el equipo de fútbol más valioso del mundo. Entre sus grandes activos está el contrato que une a la entidad blanca con la firma alemana Adidas, por la que el Real Madrid ingresará más de 1.400 millones de euros en 10 temporadas. La prestigiosa revista americana señala a la pléyade de estrellas que adornan la plantilla de Zinedine Zidane como grandes responsables de la alta valoración del club de Chamartín.

El Fútbol Club Barcelona ocupa el tercer lugar en la clasificación. Los culés le pisan los talones a su gran rival, pues están valorados en 3.550 millones de dólares (3.183 millones de euros). El Barcelona tiene uno de los mayores contratos publicitarios del mundo gracias a su asociación con la firma americana Nike, que vestirá a los blaugranas hasta 2026. Este acuerdo, en el mejor de los casos, podría llevar a las arcas del Barça hasta 155 millones de euros cada temporada.

Forbes ya advierte de que el Barcelona podría superar al Real Madrid en los próximos ejercicios. El principal motivo es el proyecto culé para renovar el Camp Nou, ya proyectado y encargado al estudio japonés Nikken Sekkei. El nuevo coliseo tendrá 105.000 asientos, 6.000 más que el actual, y estará listo para 2021. La obra le costará al Barcelona unos 600 millones de euros, aunque habrá que ver cómo quedan los números una vez que esté inaugurado.

Fútbol inglés

Los equipos británicos son unos de los mayores triunfadores que arroja esta clasificación. El que más valor tiene de todos ellos es el Manchester United, que fue líder del ránking entre 2010 y 2012, con 3.320 millones de dólares (3.048 millones de euros), más que suficientes para colocarse en la quinta posición sólo por detrás de los antes mencionados y los famosos New York Yankees de béisbol.

Los diablos rojos, ahora entrenados por José Mourinho, han perdido fuelle por sus malos resultados deportivos. Llevan años sin carburar en su competición doméstica, y este año ni siquiera participan en la Champions League, con lo que eso significa para las cuentas de cualquier equipo. Los de Manchester sí pueden presumir de tener una de las camisetas más productivas del mundo, pues Adidas les pagará 1.100 millones de dólares (985 millones de euros) a lo largo de 10 temporadas. Según Forbes, el Manchester United tiene un problema importante: su nivel de deuda es el más alto si tenemos en cuenta sólo a los 25 primeros de esta lista.

Precisamente un club de la Premier League protagoniza el mayor avance dentro de la lista, hasta la posición 23. Nos referimos al Arsenal de Arsene Wenger, que está valorado en 2.020 millones de dólares, o 1.810 millones de euros. Los gunners ingresaron la temporada pasada 132 millones de euros en concepto de derechos televisivos, la cifra más alta de toda la competición inglesa. El Arsenal también saca rendimiento a su feudo, el Emirates Stadium, pues tiene unos abonos de temporada muy caros, con precios de entre 1.350 y 2.690 euros para los adultos.

Domina la NFL

De las 50 franquicias más valiosas del mundo, 27 pertenecen a la National Football League (NFL) estadounidense, y sólo cinco equipos de esta competición se quedan fuera de la lista. La salud financiera de la competición ha evolucionado gracias a las enormes cifras de los contratos de televisión y a la capacidad de las propias franquicias para generar ingresos en merchandising.

En el año 2015 los 32 equipos de la competición se repartieron un pastel de casi 4.500 millones de euros en derechos de televisión, gracias a un triple acuerdo con las cadenas CBS, Fox, NBC y ESPN para la emisión de los partidos cada semana. Esto ha provocado que los equipos valgan, de media, casi 1.800 millones de euros, un 160% más que hace una década cuando la cifra apenas superaba los 655 millones de euros.