No corren buenos tiempos para la venta de bonos. Las repercusiones en los mercados de deuda de la victoria de Donald Trump han borrado de un plumazo el apetito de los inversores por la adquisición de títulos de renta fija, obligando a empresas, bancos y emisores públicos a aparcar en un cajón sus planes de financiación.
En este escenario, noviembre va camino de convertirse en el mes con menor volumen de venta de bonos en la eurozona desde diciembre de 2015. Hasta el día 23, empresas, bancos y emisores públicos han colocado en los mercados un total de 32.397 millones de euros en títulos de deuda, según datos de Dealogic. Esta cifra representa un descenso de los volúmenes superior al 70% respecto al mes anterior y, salvo avalancha de emisiones en las últimas cinco jornadas hábiles del mes, supondrá el menor registro del año.
Lo cierto es que noviembre suele ser un mes de actividad decreciente en los mercados de deuda, conforme emisores y compradores van cerrando sus carteras antes del fin del ejercicio. Pero los datos del presente ejercicio se sitúan más de un 50% por debajo de los registrados en los últimos noviembre. De hecho, sin considerar diciembre, un mes tradicional de emisiones muy limitadas, no ha habido una cifra inferior a la del presente noviembre, al menos, en los últimos tres años.
Los 32.397 millones de euros en bonos vendidos en noviembre suponen un 70% menos de lo emitido en octubre
La expectativa de que las políticas del nuevo presidente estadounidense provoquen un incremento de la inflación que obligue a la Reserva Federal a elevar tipos de interés a un ritmo superior a lo previsto ha desencadenado en las dos últimas semanas una desbandada de inversores de los mercados de renta fija.
Las rentabilidades de los bonos -que evolucionan de forma inversa al precio-, que se encontraban en niveles mínimos históricos, han experimentado llamativos repuntes desde que se conoció la victoria de Trump. El monto de títulos cotizando a tipos negativos ha descendido un 23% en noviembre, hasta los 7,6 billones de dólares, según datos de Bloomberg.
"La reducción de volúmenes que suele producirse en noviembre se ha combinado esta vez con las incertidumbres generadas no sólo por la victoria de Trump sino también por el próximo referéndum en Italia. Esta situación provoca nerviosismo entre los inversores, que prefieren no asumir riesgos en los mercados", sostiene Fernando García, codirector de mercado de capitales de Société Générale.
Impacto en los bonos soberanos
La reducción de la actividad ha sido especialmente significativa entre los Estados y demás emisores públicos. En lo que va de mes han colocado en el mercado 9.762 millones de euros, casi un 80% menos de lo captado en octubre.
Esto se produce al tiempo que las rentabilidades de los bonos soberanos mantienen una inquietante tendencia al alza en el mercado secundario. El interés del bono español a 10 años ha escalado en el último mes más de 50 puntos básicos, hasta sus niveles más elevados desde el pasado junio, por encima del 1,6%.
Más reseñable ha sido el movimiento en Italia, donde los tipos a 10 años superan ya el 2%, situándose en máximos desde el verano de 2015. Este hecho se explica por la creciente inquietud que genera la consulta popular del próximo 4 de diciembre, en la que un voto contrario a la reforma propuesta por el Gobierno podría abrir la puerta a un periodo de inestabilidad política en el país.
Los expertos sugieren que las oportunidades para vender bonos en 2016 ya serán muy puntuales
Pero también los títulos considerados más seguros, como los de Holanda y Alemania, han visto un significativo repunte de sus intereses, de más de 20 puntos básicos en un mes, lo que les ha llevado a alejarse de la barrera de los tipos en negativo.
Un escenario similar ha tenido lugar en el ámbito de la deuda corporativa. Compañías españolas como Iberdrola, Abertis y Telefónica, entre otras, han visto como las rentabilidades de sus bonos en el mercado se elevaban de forma considerable, provocando pérdidas latentes a los tenedores de esos títulos.
En este contexto, las emisiones de deuda por parte de empresas en España entre el 8 y el 21 de noviembre, las diez primeras sesiones desde las elecciones estadounidenses, apenas rebasa los 5.600 millones de euros. Se trata del menor volumen en ese periodo concreto de días desde la puesta en circulación del euro.
"Es posible que compañías que estuvieran explorando una oportunidad para salir al mercado hayan aparcado sus planes a la espera de un entorno más propicio. Hay alguna operación en marcha, en espera de esa ventana de oportunidad, pero las opciones que haya hasta final de año van a ser muy puntuales. Posiblemente hasta enero no veamos un repunte significativo de la actividad", explica García.
Tras meses de bonanza, gracias al intenso apoyo de los bancos centrales, los mercados de deuda han encontrado en la victoria de Trump el primer escollo serio en su camino en mucho tiempo. Un contratiempo que ha obligado a frenar los ritmos de emisión de bonos en la eurozona, que no obstante superan ya a estas alturas de año el billón de euros, igualando de este modo las cifras de 2015.
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