Las láminas para muñecas de Edivas o el pack de Juegos Reunidos llenaron nuestras casas a principios de los 70. Fueron el boom de una generación que ahora puede presumir de saber a ciencia cierta que su carta a los Reyes Magos se podía satisfacer con juguetes españoles. A finales de esta década las importaciones chinas llegaron a nuestro país y lo hicieron a un coste tan bajo que no tardaron en comerle terreno a la industria juguetera más importante de España: la alicantina. Los juguetes podrían ser los mismos pero no tendrían, en muchos casos, la misma procedencia.

El fenómeno oriental supuso un duro golpe para los jugueteros españoles, que pronto tuvieron que buscar soluciones para salvar sus empresas. José Antonio Pastor, presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEJF), asegura que el cambio no sólo se debió al comercio chino sino a que las grandes superficies veían mayor rentabilidad en aquellos productos (al demandar una mayor cantidad), además de un cambio en la tendencia de compra relacionada con la tipología de los juguetes. Las pequeñas tiendas, que comercializaban producto local, empezaron a cerrar  y las grandes compraban en el otro lado del mundo.

Muchas empresas españolas empezaron a desplazarse a Asia en busca de mejores resultados. Algunos compraban piezas, otros se llevaron a aquellos países parte de su producción. A día de hoy es difícil saber de dónde vienen los juguetes, tendríamos que desmontarlos y así poder otorgar nacionalidad a cada una de sus partes. Lo que está claro es que gran parte de los que se venden en nuestro país proceden del mismo lugar: China.

Atendiendo a los últimos datos disponibles, el gigante asiático es el país que más productos vende en España, alcanzando en 2015 los 650 millones de euros. Para que nos hagamos una idea de su fuerza, Alemania, en segunda posición, no rozó ni los 70 millones de euros. La tendencia no es mayor que en otros ejercicios dado que la industria asiática lleva varias décadas creciendo año tras año en nuestro país. Todos desde los 90 hasta hoy con un descenso en los años centrales de la crisis económica, sobre todo en 2013.

Al llegar las vacas flacas a España, el sector, que ya no andaba en sus mejores momentos, vio cómo sus ingresos se reducían. De 2007 a 2014 el número de empresas jugueteras descendió de 215 a 184, siendo el peor año 2011 con 164, según datos de la AEJF. Se perdieron 31 compañías y otras muchas decidieron exportar su producción para poder sobrevivir y lo hicieron a China. Pero, ¿qué ocurrió en 2013 para que el número de exportaciones descendiera en 50 millones respecto a años anteriores?

El gigante asiático dejó de ser rentable para muchas de ellas. Según el presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, el alto precio del petróleo, unido a un aumento de los costes en dicho país, provocó la vuelta de una parte del sector juguetero. Una de las primeras en irse y que volvió mucho antes que las demás es Injusa. Su caso es el ejemplo perfecto de la evolución del sector. La empresa trasladó en 2003 el 35% de su producción a Hong Kong pero en 2010, con la burbuja en mil pedazos, decidió regresar. Ya no era tan rentable producir en China y para poder innovar y fabricar los nuevos juguetes que demandaba el mercado volvieron a su lugar de origen.

Su presidente, Luis Berbegal, declaró a su vuelta que la decisión había sido una cuestión de costes y que, además, pretendían "apostar fuerte por la tecnología". "Queríamos que nuestra planta de producción estuviese en primera línea", añadió.

Fue de las primeras pero ni mucho menos la última. Las importaciones procedentes de China en 2010 alcanzaron los 624 millones de euros (el 60% pertenece a empresas españolas que han deslocalizado su producción o parte de ella) tras años de continuas subidas. El crack que se produce en 2013, cuando las importaciones no llegan a los 470 millones de euros, no se ve reflejado en la facturación, que aunque baja no lo hace en los mismos términos.

"Muchas empresas que habían trasladado sus fábricas o parte de su producción a China decidieron volver porque los costes empezaron a subir", añade Pastor. Pero las mejoras del sector provocaron que los siguientes años las importaciones chinas volvieran a crecer y en 2016, aunque sin datos, dan por hecho que siguen al alza.

Empresas como la conocidísima Famosa siguen, a día de hoy, fabricando el grueso de su producción en China. Pasó, en pocos años, de importar componentes de sus productos a llevarse gran parte de su fabricación para poder competir en costes.

Ahora el sector remonta. "En España hemos crecido en 2015 un 6% y en este periodo se espera otra subida", asegura Pastor y añade que "parece que los peores años han pasado aunque no tendremos datos de 2016 cien por cien fiables hasta que pase la Navidad, que es nuestra mejor época del año con mucha diferencia".

¿Cuándo empieza realmente la campaña de Navidad?

Grandes almacenes como El Corte Inglés no esperan ni un solo día. Sus ojeadores empiezan a buscar nuevos productos el día 7 de enero. "Tres equipos diferentes se dedican a viajar por España y por el extranjero (incluido China) en busca de los juguetes estrella para la próxima campaña", narra el informe de la multinacional sobre El calendario de los pajes.

Hablan con sus fabricantes, deciden el catálogo, del que se envían tres millones de ejemplares, y se empiezan a confeccionar los productos. "El centro logístico de Valdemoro cuenta con 50.000 metros cuadrados destinados exclusivamente a guardar y almacenar los juguetes que se pondrán a la venta en Navidad", agrega.

Ahí permanecerán esperando hasta la campaña navideña, durante la que salen de 70.000 en 70.000 cada día hacia las distintas tiendas de la multinacional.

En total más de 22.000 referencias distintas repartidas en los 63.000 metros cuadrados que las tiendas de El Corte Inglés dedican a los juguetes en estas fechas.